❝𝐄𝐟í𝐦𝐞𝐫𝐨❞ ☯ ┆ Tom K.

12

— 12 de Agosto, 2010, Hamburgo. —

Estaba acostada en mi cama, mirando a la nada, habíamos salido de vacaciones, y estaba bastante aburrida, mi única vida social eran mis amigos y Tom.

Escuché como la puerta de mi habitación se abría, lo que me hizo desviar toda mi atención a aquel ruido.

— Oye, vendrán mis amigos, no molestes. — Dijo Nico mientras miraba su reloj. — En unos 5 minutos.

Asentí sin darle importancia, continúe mirando a la nada mientras mi teléfono vibraba, indicando una notificación.

Mi hermano volvió a cerrar la puerta, tomé mi teléfono y me fijé en la notificación, era Cindy

Decidí llamarla, me daba flojera escribir y esperar a que responda, así que mejor le marque de una vez.

— ¿Estas en casa, Abby? — Preguntó tras el teléfono.

— Si, ¿Vas a venir?

— Pues claro que iré, llegó en unos 20 minutos, vamos a hacer una pijamada.

Le colgué y me puse levanté de mi cama para cambiarme la pijama, pues tenía puesto un short corto y un top.

Antes de que pudiera sacar mi próxima pijama, la puerta de abrió, lo que me hizo ver quien la había abierto.

Fue Tom, el chico al que no quería ver.

— Linda, ¿Vas a bajar? — Preguntó, su mirada fue directamente a mi trasero mientras una sonrisa se formaba en sus labios.

— No, y deja de verme así, baboso. — Dije mientras continuaba sacando una pijama larga.

Elegí un pantalón largo con estampado de perritos y una camisa larga.

— ¿Que esperas?, sal de mi habitación. — dije mientras caminaba hacia la puerta y la cerraba, poniéndole seguro.

Me vestí rápidamente y me hice una coleta, tenía un poco de flojera, pero salí de mi habitación y bajé por las escaleras, viendo que los amigos de mi hermano traían mochilas y cobijas.

— No te los voy a presentar porque ya los conoces. — Dijo mi hermano mientras les ayudaba a hacer una cama en el suelo con todas las cobijas.

— ¿Se van a quedar a dormir? — Pregunté con un suspiró de fastidio.

— Si, son mis amigos y hoy vamos a hacer de todo.

— Bueno, yo solo decía por qué Cindy igual se va a quedar.

— ¿Cindy?, Seguro, podemos jugar todos. — Dijo Gustav.

— ¿El que? — Pregunté mientras caminaba a la puerta.

— Verdad o reto. — Dijo Tom mientras me miraba con una sonrisa y se acercaba a mi.

Me logré alejar gracias al timbre de la casa, Cindy había llegado, por lo que abrí rápidamente la puerta y la dejé pasar.

La saludé, ella miró a todos los chicos e igual saludó.

— ¿Y ellos? — decía mientras me miraba.

— Son amigos de mi hermano, Gustav, Georg, Bill y bueno, Tom.