Las horas pasaron y Gaster no volvía. Abel, pensó que lo habían dejado ahí, así que trató de volver a la casa entre lamentos y lágrimas.
Abel: A-Aaaaah... Me duele...
· Al escuchar aquellos lamentos. Asgore se acercó a toda prisa y lo tomó en brazos. Lo llevó rápidamente al baño para tomar el botiquín y trató de sanarle.
· Las horas pasaron y Abel, inconsciente, descansaba en la cama. Sus brazos ahora estaban escayolados con una mezcla parecida a cemento, pero de un color rojizo, casi granate.
A su lado. Estaba Frisk y Chara, que eran los únicos que se habían quedado a vigilarle.
Frisk, le estaba echando la bronca a Chara mientras que esta, para intentar liberarse de la culpa, le hacía pucheritos y ojitos a Frisk. Este, en su infinita bondad, decidió perdonarla, pero aún así, eso no solucionó el problema de Abel.
A la mañana siguiente. Abel se levanto y trato de levantar sus brazos. Pero era incapaz, el yeso pesaba demasiado y sus débiles brazos eran incapaces de moverse. Apenas sus dedos podían mover de manera errática y muy sutil. A su lado, Frisk dormía plácidamente y Chara lo observaba.
