· Aunque él no podía hablar, entendió lo que dijo y asintió levemente.
Chara: Muy bien, extiende las yemas de tus dedos hacia fuera.
· Obedece y lo hace rápidamente
Chara: Muy bien, ahora muévelas como si estuvieran sosteniendo un globo de agua
· Una vez más, hace caso y las mueve de esa manera, esperanzado en que funcionara, pero lo único que obtuvo fueron las risas de Chara
Chara: ¿¡De verdad creías que te iba a ayudar!? ¡Pero qué iluso! Solo me quería burlar un poco de ti... ¡Y funciono! ¡Pareces tonto haciendo eso! Jajajaja
· Abel, le miro incrédulo, obviamente enfadado, pero sobre todo, decepcionado de sí mismo, que estupidez había cometido, era obvio que no le iba a ayudar aquella chica que conoció hace menos de dos semanas y que solo le había hecho daño. De la impotencia y humillación, empezó a llorar.