DÍA 4: ROPA DE MATERNIDAD

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La mañana en el Hotel  se desplegaba con la habitual actividad frenética, pero hoy había una chispa especial en el aire. Alastor, el infame demonio estaba en un estado de incomodidad que contrastaba con su usual aire de sofisticación. Sus trajes, que solían ajustarse perfectamente a su figura esquelética, ahora estaban tensos y poco funcionales debido a su creciente estómago. Las complicaciones del embarazo, que de por sí eran inusuales para un demonio como él, habían llegado al punto en el que necesitaba urgentemente ropa de maternidad.

Charlie, con su contagiosa energía y optimismo, había tomado la iniciativa de ayudar a Alastor en su búsqueda. Angel Dust, conocido por su estilo extravagante y sus comentarios afilados, también se había unido, no solo para asistir a su amigo sino también para disfrutar de la oportunidad de explorar las tiendas con un poco de su característico humor.

La primera parada era una boutique de moda demoníaca que, aunque pequeña, tenía una colección impresionante de ropa adaptada a las necesidades de los futuros padres. Alastor, con su elegante pero ya algo ajustado traje, caminaba con una mezcla de desdén y resignación. A su lado, Charlie estaba rebosante de entusiasmo, mientras que Angel Dust parecía estar más interesado en los accesorios brillantes de la tienda.

¡Esto es tan emocionante, Al! — exclamó Charlie, mientras hojeaba una serie de vestidos y pantalones de maternidad. — No te preocupes, encontrarás algo que se ajuste perfectamente.

Alastor, con una expresión de ligera incomodidad, miró los diferentes conjuntos que Charlie y Angel le mostraban. Los diseños eran variados y extravagantes, un contraste marcadamente diferente a su estilo habitual. Sus cejas se fruncieron mientras examinaba los colores brillantes y los patrones llamativos.

No estoy seguro de si puedo llevar algo tan... llamativo. — dijo Alastor, su tono algo sarcástico. — Mis trajes siempre han sido... más reservados.

Angel Dust, con una sonrisa traviesa, se acercó con un conjunto de pantalones de maternidad adornados con brillos y una blusa a juego. Su estilo personal se reflejaba en su elección.

Vamos, risitas, no puedes vivir en un traje todo el tiempo. — dijo Angel Dust, haciendo un gesto exagerado hacia los pantalones. — Estos tienen tu nombre escrito en ellos. ¡Son perfectos para mostrar ese estómago fabuloso!

Alastor miró los pantalones con una mezcla de escepticismo y curiosidad. Mientras tanto, Charlie estaba explorando un estante de camisas más formales y elegantes, intentando encontrar algo que se alineara más con el estilo de Alastor.

¿Qué tal estos? — preguntó Charlie, sosteniendo una camisa de maternidad en tonos oscuros y con un diseño clásico. — Creo que podrían funcionar bien con tu estilo, Al.

Alastor miró la camisa con una expresión más receptiva. A pesar de sus reservas iniciales, comenzó a reconocer que necesitaba algo que no solo fuera cómodo sino también apropiado para sus funciones. Con una respiración profunda, aceptó probarse algunos conjuntos.

La tienda estaba llena de comentarios y risas mientras Charlie y Angel ayudaban a Alastor a elegir ropa adecuada. Aunque el proceso era un poco abrumador para Alastor, no podía negar que la presencia de sus amigos le proporcionaba un alivio y apoyo inesperado.

Finalmente, Alastor encontró un conjunto que, aunque diferente a su estilo habitual, le proporcionaba una sensación de comodidad y ajuste. Era un traje de maternidad elegante, de tonos oscuros con detalles dorados sutiles que resonaban con su estilo sin ser demasiado extravagante.

Charlie aplaudió con entusiasmo mientras Angel hacía una pose teatral, simulando que estaba en una pasarela de moda.

— ¡Eso te queda increíble, Al! — exclamó Charlie, con una sonrisa radiante. — ¡Estoy tan feliz de que hayas encontrado algo que te guste!

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