Lo primero que veo al abrir Twitter es una foto mía agarrándole la mano a Carre en la velada. La imagen es del momento en que tomé su mano para llevarlo a los vestuarios. El pie de foto dice: "Angie apoyando a Carre después de la pelea 💔"
Mi corazón se acelera al leer los comentarios. Más gente está hablando de la supuesta relación entre Carre y yo que sobre la pelea.
"Siento que hay algo más entre ellos...", dice un comentario.
"Angie y Carre están de novioos😍", dice otro.
Mis dedos tiemblan mientras deslizo la pantalla al recordar los labios de Carre contra los míos y el celular se me cae al suelo llevandome la atención de Carre y Spreen.
Ellos están a mi lado en la cocina hablando mientras preparan el desayuno y cuando dejo caer el celular ambos se quedan callados.
Carre se acerca a mi para recoger mi celular del suelo y me lo da sin decir nada.
—Che, Angie, ¿estas bien? —me pregunta Spreen, al ver que nadie hablaba.
Asiento forzando una sonrisa. Siento la mirada de Carre sobre mí, y el ambiente se vuelve pesado mientras los recuerdos de los vestuarios vuelven a mi mente.
—Bueno, parece que la gente está hablando mucho de ustedes dos —dice con una sonrisa incómoda—. ¿Alguna declaración oficial? —bromea Spreen.
—No hay nada que declarar —dice Carre en tono firme—. No hay nada entre Angie y yo.
Carre sale de la cocina con una expresión que no logro entender. ¿Está enojado? Sus palabras son cortantes, y aunque sé que no deberían dolerme, en el fondo lo hacen. ¿Ese beso no significó nada para él?
Spreen me mira con una mezcla de sorpresa y preocupación.
—¿Estás segura de que estás bien? —pregunta, su voz suave y comprensiva.
Asiento de nuevo, pero mi mente sigue atrapada en el momento del beso y las palabras de Carre.
—No quiero meterme pero, deberías hablar con el...
Y durante el día eso es lo que intento pero, Carre, evita mirarme y parece siempre estar ocupado con algo o alguien. Finalmente, lo encuentro hablando con sus amigos, incluyendo a Spreen, en la sala.
—Carre, ¿podemos hablar? —le pregunto a Carre.
Carre suspira y me mira con una mezcla de cansancio y frustración, y sus amigos se quedan en silencio, observando la escena con curiosidad.
—Mira, Angie, olvídalo ya. Todo fue un error —responde Carre con un tono seco que corta el aire como un cuchillo.
—¿Un error? —susurro, incapaz de procesar lo que está diciendo.
—Sí, un error —repite, su tono impersonal y frío. —No sé qué te hiciste en la cabeza, pero no debería haber pasado. Así que déjalo ya. No estoy aquí para manejar tus sentimientos ahora.
Las lágrimas empiezan a acumularse en mis ojos, y el dolor en mi pecho se vuelve casi físico. Me quedo allí, paralizada, sin poder encontrar las palabras adecuadas. La garganta me duele de tanto contener el llanto, y cada intento de hablar solo parece hacer que el nudo en mi garganta se haga más fuerte.
—¿Qué mierda te pasa, Rodrigo? —exclama Spreen, su voz llena de incredulidad.
Sin poder aguantar más, doy media vuelta y me alejo rápidamente del grupo, mientras escuho las voces de Spreen y Carre de fondo.
Abro la puerta con brusquedad y la cierro detrás de mí. Me apoyo contra la puerta, hundiendo la cabeza entre las manos mientras las lágrimas empiezan a fluir libremente.
Por que Carre me había hablado así. Las palabras frías de Carre resuenan en mi mente, repitiéndose una y otra vez. ¿Cómo pudo decirme eso? ¿Cómo pudo ser tan cruel? Por un un momento creí que el sentía lo mismo que yo pero, fui una tonta.
—¿Por qué, Carre? —me pregunto en voz baja, sintiendo que el dolor se hunde más profundo
De repente, oigo un suave golpeteo en la puerta.
Me limpio las lagrimas rápidamente y aún con los ojos llorosos abro la puerta.
Spreen está allí, con una expresión de preocupación en su rostro.
Entra, cierra la puerta y sin decir una palabra, abre sus brazos en un gesto de consuelo.
Me hundo entre sus brazos y mi llanto se hace más fuerte mientras me aferro a él.
—Lo siento —digo entre sollozos—. Es que... Carre...
—Shh, Angie. No tienes que disculparte.
Spreen me sostiene con más fuerza, sus manos acariciando mi espalda en un intento de calmarme.
Spreen se separa un poco para mirarme a los ojos.
—¿P-por qué hizo eso? E-el me besó y... —mi voz se rompe al hablar.
Spreen se queda un momento en silencio, procesando mis palabras. Sus ojos brillan con ligera sorpresa al decir que Carre me besó.
—Carre no estaba pensado con claridad —dice finalmente, su tono suave pero firme—. A veces, las personas actúan de maneras que no reflejan sus verdaderos sentimientos cuando están confundidas.
Las lágrimas vuelven a llenar mis ojos, y mi pecho se siente oprimido por el dolor.
Spreen me pasa el pulgar por la mejilla, limpiando suavemente mis lágrimas con un gesto tierno y me abraza de nuevo, y me aferro a él, buscando consuelo en su abrazo.
—Gracias... —susurro temblorosamente.
Spreen solo me aprieta un poco más en su abrazo, sin necesidad de decir más.
Después de un rato, Spreen se va, dejándome sola en mi habitación. Me siento en mi cama, mirando la pared sin saber qué hacer ni qué pensar.
Las lágrimas vuelven a llenar mis ojos mientras los recuerdos del beso, su mirada, y todo lo que sentí en ese momento me golpean con fuerza. ¿Por qué me besó si realmente no sentía nada? ¿Por qué me hizo creer que había algo más?
Miro la pantalla de mi celular y veo que son las 3 AM.
Doy vueltas en la cama pero, no puedo dormir. El dolor de su rechazo me consume, y no puedo evitar pensar en todo lo que siento por él.
Escucho un golpeteo suave en la puerta que me saca de mis pensamientos.
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