Fiesta

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Eran las 7:50 de la noche todo Mystic Falls se estaba dirigiendo con sus mejores galas a la Mansión Mikaelson, comentando cómo sería esta vez la fiesta de esa familia. Ellos recuerdan cuanta elegancia y lujo poseí­a la misma, aunque la fiesta no terminó de la mejor manera debido a la pelea del Salvatore y uno de los Mikaelson, pero fue una velada agradable.

La Mansión Mikaelson se encontraba impoluta, los jardines delanteros con los albustos cortados de una manera perfecta formando espirales, las cuales estaban en los extremos de la propiedad, el camino pavimentado de un color gris claro. La misma presenta una fachada de color blanco hueso dando un toque moderno que a juego con los amplios ventanales tintados en forma de arco transmitían la sensación de ser un lugar luminoso al llegar el día.

- Al parecer nuestros invitados están llegando hermana - habla el hí­brido original con una sonrisa burlona mirando todo desde la ventana de su estudio ya listo para la noche, haciendo compañía a su hermana, quien se encontraba bastante irritante por no decidir que tipo de collar combinaba con su vestido - Sin dudas es el evento más importante de sus aburridas vidas.

- Niklaus no opines sobre la vida de nuestros invitados - anuncia el noble original apareciendo en el marco de la puerta - Creo que deberí­as bajar, los dos deberían.- los mira severamente, hace dos minutos que deberí­a haber empezado la fiesta

- Elijah no saldré hasta estar perfecta - la rubia se voltea extendiendo ambos brazos. En cada uno había un estuche de joyerí­a.

El primero era una caja rectangular de terciopelo azul, en su interior se encontraba un collar de aproximadamente 15 centí­metros con incrustaciones de diamantes formando una enredadera de hojas teniendo al final una piedra ámbar en forma ovalada con una magnitud un poco grande.

El segundo era un estuche rectangular de color negro, en el se encontraba un collar redondo más corto que el anterior. Este contaba con 3 filas de diamantes : la primera formaba una cadena simple, la segunda era una formación de tres que se entrelazaba con la primera fila y la última parecían lágrimas que se ubicaba en la unión de las dos primeras, dándole un toque sútil.

- El segundo te quedará mejor Rebekah. Resaltará en tu cuello, al mismo tiempo no opacará el color de tus ojos. - Niklaus argumentá mirando todaví­a por la ventana. Puede que parezca indiferente ante los gustos de su hermana menor pero la observa más de lo que aparenta.

Esta misma noche Rebekah está deslumbrante, el vestido era amarillo diente de león con corte ball gown, destacándose en el mismo una abertura lateral que llega a la altura del muslo. Entallado en la cintura y un escote de hombros caí­dos. Complementando el conjunto con un peinado recogido a un lado dejando algunos mechones caer delicadamente en su rostro y un maquillaje natural solo un pintalabios color salmón.

- Gracias Nik - sonrí­e mientras extrae el collar de su estuche - Me lo abrochas - comenta dirigiéndose a su otro hermano, quien acepto con una sonrisa.

- Bueno ya estamos listos - pronuncia la original - Recibamos a nuestros invitados - propone sosteniendo a sus dos hermanos, uno en cada brazo. Niklaus sonrí­e para luego decir.

- Como quieras hermana - de ese modo los tres se dirigen a la entrada donde dos hí­bridos estaban vigilando. Al ver a los originales acercarse inclinaron la cabeza levemente. Ante el gesto de Niklaus procedieron a abrir las puertas dejando ver a una multitud, la cual se quedó callada al ver a los anfitriones de la fiesta. Rebekah da un paso al frente y anuncia con voz calmada.

- Bienvenidos todos a nuestra casa nuevamente, espero que esta noche sea de su agrado - comenta mirando a los invitados, percatándose que la pandilla Scooby Doo no se encontraba entre ellos - Les aseguro que será una noche inolvidable - finaliza con una sonrisa. Acto seguido el hí­brido da un paso colocándose al lado de su hermana.

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