Primer Ataque

59 7 26
                                    


Narra Davina:

 Paz, eso era lo que experimentaba después de meses. Ahora disfrutaba de pintar y practicar su magia por otro lado ya no presionaba a Marcel para negociar mi liberación por unas horas gracias a las malditas brujas de esta cuidad. 

 En relación a ese tema habí­a analizado bien las circunstancias no vale la pena ahogarse en el odio y el rencor. Mejor era idear un plan para destruir a las brujas que desean mi muerte sin afectar mi magia, claro, debía encontrar la manera de liberar la enorme cantidad de energí­a acumulada en mi interior antes de idear algo.

- Davina el desayuno se enfrí­a - ahí estaba el responsable de mis reflexiones. Vestido informalmente cargando dos platos, en ellos se encontraba un desayuno abundante al estilo americano: huevos, tocino, panqueques, tostadas y a parte una pequeña bandeja de frutas. Coloca ambos platos en la mesa y en mi lado ubica dos vaso medianos, uno con leche chocolatada y en el otro jugo de naranja. 

Por su parte llena su vaso con sangre que habí­a traído en una bolsa de hospital, esas donde se guardan las donaciones. Al principio me resultaba un tanto incómodo pero me acostumbre rápidamente, al final mi padrino es un vampiro de unos 230 años aproximadamente.

 - No crees esto un poco exagerado Kol - desde el inicio de sus encuentros ha estado monitoreando cada comida y merienda que ingresa a mi boca, perecía un nutricionista profesional. Temí­a engordar con estos cuidados y Kol poseí­a un talento culinario envidiable gran causante de mi absoluta falta de opinión al nuevo menú . 

 - Eres una bruja Davina, encima adolescente. Tu alimentación definirá cuanta energía y salud física tendrás. Tienes mucha magia ancestral en tu interior, no hay discusión - comienza a degustar sus alimentos, clara señal de no querer hablar más del tema por lo tanto imite su acción empezando a degustar los panqueques . - Por cierto coméntale a Marcel la idea de comprarte nueva ropa. Deberías tener un fondo de armario más variado, no vestidos tan poco coloridos ni favorecedores a tu figura. 

-¿Me veo mal?- observo mi atuendo con duda, a mi juicio no tenía nada de malo. Era sencillo y cómodo, tampoco es que saliera a fiestas ni eventos. - Además ya ha pedido demasiadas cosas: materiales de pintura, nuevas sábanas y cortinas, una cocina equipada junto a un refrigerador completamente lleno de alimentos ricos en proteí­nas, ahora también ropa....

 - Solo has pedido lo necesario para tener una vida decente .  Qué persona no cuenta con una cocina ni comida propia en su vivienda - aprieta el vaso logrando una pequeña grieta en su superficie motivo por el cual termina todo el contenido del mismo para después hacer ejercicios de respiración. Me alegra saber que esta poniendo en practica mis consejos, eran necesarios para controlar su temperamento. Sí­, es curioso que sea yo quien le de lecciones pues también sufro esos ataques. 

Los ojos de Kol se encuentran con los míos - Te ves hermosa con lo que te pongas Davina. -Vuelve a centrar su atención en la comida , por mi parte en cualquier lugar menos a su cara o serí­a detectado el ardor de mis mejillas. - No me presten atención tengo mucho odio acumulado hacia tu padre adoptivo. 

 - Aún no entiendo su odio hacia Marcel - corto los huevos y el tocino para colocarlos encima de mis tostadas .

- Marcel fingió su muerte sin importar el dolo que le causaría a mis hermanos Nik y Rebekah su supuesta ''muerte ''. En primer lugar mi hermano, su padre adoptivo quien lo rescato y cuido de él. La persona que le enseño cada estrategia, medida o castigo. - ingiere el último trozo de panqueque en su plato. - Por otro lado mi hermana, la persona la cual decí­a amar con todo su corazón pero no dudo en abandonarla. No te parece gracioso la situación. Pero no se puede pedir más de alguien....

The OriginalsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora