Miss Mystic Falls

58 6 7
                                    




Justo ahora estaba haciendo algo que nunca imagine hacer, yo que detestaba usar vestidos o tacones y más si debí­a seleccionarlos. Ahora me encontraba analizando tres vestidos encima de cama.

Pero comencemos por el principio. Decidí alistarme temprano para evitar sorpresas, a las 12:00 pm me dirigí­ al baño para tomar una ducha larga y tendida con mis sales de baño. Aproveche para lavarme el cabello con mi shampoo de coco recién descubierto pues antes utilizaba el de uva. Una vez que me sentí­ como nueva me dispuse a secarme todo el cuerpo y cabello.

Salí­ del baño con una bata y me recogí­ el pelo. Volviendo al dilema inicial, las opciones eran variadas. Cada uno con sus caracterí­sticas y encanto propio, después de unos minutos lo supe.

- Este es perfecto - definitivamente el elegido era el vestido de cintura alta con la falda estilo drapeado color ébano, con un delicado cinturón de color dorado adherido al vestido. Estaba segura que Elijah vestirí­a un traje negro estilo italiano que se ajustaba al cuerpo con un corte moderado y audaz, además de acompañarlo con uno de sus gemelos de colección y unos zapatos oxford. Seguro estarí­amos a juego, mentirí­a si dijera que no es mi intención.

- Faltan 10 minutos para las 2. - pienso en voz alta. Ya superada la parte más difí­cil seleccioné los zapatos. En este caso fue sencillo: Opté por unos zapatos estilo pump color dorado. En el cabello decidí alisarlo, no quería tener ondas ni realizar un peinado elaborado, cosa que no era mi estilo aunque recogí la parte delantera con la intención que no me molestara el rostro.

El maquillaje serí­a con un efecto ahumado en los ojos, el objetivo era resaltarlos; peinarme las cejas, parte que más me gustaba de mi rostro por su simetrí­a; un poco de rí­mel en las pestañas y para finalizar un pintalabios color carne.

La verdad no poseí­a muchas joyas y menos auténticas, pero en esta ocasión a meritaba llevar una que completara el conjunto. Usaría la gargantilla de oro en forma de enredadera que va a juego con unos pendientes trepadores, este fue un regalo del alfa de la manada Wester por tener ciertas similitudes con su fallecida hija, es un regalo que aprecio y nunca había usado.

Perdiéndolo lamentablemente cuando las brujas me secuestran en New Orleans. Claro no esperaba volver a pasar por lo mismo. Cuando finalicé volví a verme en el espejo, debo confesar algo importante, me sorprendí al ver mi reflejo.

El vestido a pesar de no ser entallado definía perfectamente mi cuerpo y el maquillaje le aportaba a mi rostro una apariencia irreal pues eliminó todas las posibles imperfecciones. Mi atención se centra en el reloj reflejado en el espejo , marcaba las 2:35 mejor se apuraba. Sostuve mi bolsoy me dirijo a mi auto con cuidado de no torcerme el tobillo a pesar de ya tener práctica con estos tipos de zapatos.

Justo cuando iba a abrir la puerta del piloto escuche el grito emocionado de la madre de Tayler.

-¡Oh por Dios!¡Hayley estas deslumbrante! - felicita maravillada por el atuendo y su persona en general - Acompañras a Tayler en la fiesta.

- Muchas gracias Carol, pero no. Tayler pasará el día con sus compañeros de manada. Yo recibí una invitación especial - respondo amablemente sin dar más detalles.

- Mmm que misterio. ¿No te viene a recoger? - pregunta al verme a punto de utilizar mi auto.

- Sí,­ pero soy moderna. ¿ Por qué no puede ser la mujer quien pase a recoger al hombre ? - pregunto divertida.

- Tienes razón. Al final estamos en el siglo XXI. Bueno te deseo suerte. - finaliza.

- Gracias - me introduje en el interior de mi vehí­culo y emprendí rumbo a la mansión Mikaelson.


The OriginalsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora