POV LENA
Me lleva una jodida hora atravesar la estación.
Los teléfonos suenan sin cesar y todo el mundo necesita que firme informes o una nueva visión de sus casos. Cuando finalmente llego a mi oficina y cierro la puerta, estoy tan ansiosa por el aroma de Kara, que casi arranco el cajón de mi escritorio.
Saco la caja de acero y la pongo delante de mí, desbloqueándola con la combinación que solo yo conozco, abriendo la tapa para sacar un par de sus bragas. Me costó cientos de dólares lograr quitarlas de sus pertenencias en el reformatorio, pero son lo único que me han ayudado a sobrevivir sin ella.
Presionando el encaje negro en mi nariz, inhalo profundamente, mi polla completamente erecta por su olor a lavanda. Nunca he tenido una erección así. Mis respiraciones resuenan en la tranquila oficina, me desabrocho los pantalones, bajando la cremallera y meto sus bragas dentro de la abertura, sacudiéndola arriba y abajo de mi rígida polla.
—Oh, joder, nena. ¿Te gusta frotar tu lindo coño en Mommy?
En mi cabeza, puedo verla como estaba esta mañana en el gimnasio. Sonrojada y con los ojos muy abiertos, asustada de sentir el placer que estábamos generando, sus pechos rebotando. Los muslos abiertos para Mommy. Respondiéndome entre gemidos: —Sí. Me encanta. Por favor, no te detenga—
—No lo haré. Nunca me detendré— Arrastro el encaje entre mis pelotas, enrollando el material alrededor de mi erección y masturbándome. Con mi mano libre, abro mi teléfono y reproduzco el vídeo. Yo haciendo sentadillas con Kara abrazándome. Mordiéndome el labio inferior para amortiguar un gemido, veo mi mano deslizarse en sus shorts y agarrar ese joven y caliente culo. Me veo a mí misma follándola a través de nuestra ropa, sus muslos aferrándose a mí incluso mientras tiemblan, nuestras bocas rasgando hambrienta la piel desnuda de la otra.
Su voz entrecortada llena mi oficina y me recuesto en mi silla, masturbándome rápido con los dientes apretados, rezando por el final. Imaginando que ahora está a horcajadas sobre mí, mi polla enterrada profundamente entre sus piernas, sus caderas trabajando hacia arriba y hacia atrás, su coño caliente y empapado alrededor de mi carne, soltando y empalándose en mi polla una, otra, otra y otra vez, su inminente clímax haciéndola torpe.
—Voy a explotar, pequeña. Tómalo profundo y aprieta. Muele con fuerza la polla de Mommy. Hazme un puchero con esos labios que tienes. Hazme venir tan bien—
En mi teléfono, le he bajado los pantalones para darle una paliza y ahora no hay manera de que mis pelotas puedan contenerse. No en una vista tan hermosa como esa. Me drena con tanta fuerza, que esfuerzo los músculos de mi garganta tratando de contener el grito. Sus bragas negras de encaje atrapan la mayor parte de mi venida, pero parte de ella se filtran y ruedan por mis nudillos. Y sigo sacudiéndome, sacudiéndome, tratando de conseguir el tipo de alivio que necesito, pero nunca es suficiente. Dios sabe que masturbarme es mejor de lo que podría haber imaginado ahora que puedo imaginarme a la chica de mis sueños, pero nunca es lo suficientemente bueno cuando sé que ella existe ahí fuera con ese pequeño agujero húmedo entre sus piernas.
Esperando que Mommy lo reclame.
Finalmente, la última gota de semen sale y me estremezco, mi puño cae a mi lado, mi polla aún está medio dura sobresaliendo de mi regazo.
Me tomo un momento para limpiarme y abrir otra aplicación en mi celular. La que se conecta a las cámaras seguridad de mi casa.
Ahí está ella.
Mi corazón palpita con fuerza ante la visión perfecta de ella en mi hogar. Acostada sobre las sábanas que elegí para ella. Tendida, mirando la pantalla de mi portátil, sus dedos gráciles dando golpecitos en las teclas, todavía lleva esos shorts indecentes que apenas y cubren la mitad de sus nalgas.
Sin camisa ni sujetador.
Esa suave pendiente de su espalda está a la vista, hasta la parte superior de su trasero.
Debajo de mi escritorio, mi polla empieza a endurecerse de nuevo, pero la ignoro y me concentro en lo que está haciendo. Al acercarme, puedo ver que está llenando la solicitud y suspiro de alivio. Cuando salí de la casa, me preocupé de haber sido demasiado fuerte.
Demonios, fui demasiado fuerte.
Azotándola. Hablándole de la manera en que lo hice.
Instándola a que me llamara Mommy.
Es solo que he esperado tanto tiempo para tener esta oportunidad con Kara. Parece que he esperado una eternidad que saliera de la correccional. Para que este en casa conmigo, donde pertenece. Bajo mi atenta mirada, siendo cuidada. El buen tipo de cuidado del que ha sido privada durante demasiado tiempo es lo que le daré, día tras día.
Dios sabe que soy una bastarda insistente. Mis medios no son éticos. Pero conozco a esta chica. He leído las transcripciones de su terapeuta de la correccional. He visto todos los videos de ella en el teléfono de Alura, varias veces. He leído sus diarios y cuadernos y la he visto en las cámaras de vigilancia del reformatorio. Su exterior es duro, pero por dentro, le duele. Su alma es la de un ángel. Quiere ser amada y aceptada, pero tiene miedo. Empujarla es mi única opción. Empujarla a seguir sus sueños para poder apoyarla y demostrar que creo en ella, hasta que sea lo suficientemente fuerte para creer en sí misma.
Se suponía que el acercamiento físico no iba a ocurrir tan pronto. Después de todo, soy su madrastra. Si supiera que he orquestado todo el matrimonio solo para acercarme a ella, podría asustarla. Sin embargo, ¿Hay alguna esperanza en el infierno de controlar mi deseo ahora que he sentido sus piernas alrededor de mi cintura?
En la pantalla de mi celular, se da la vuelta en la cama y presenta sus tetas, con los brazos levantados sobre su cabeza. Suspira y se estira, obligándome a envolver mi mano alrededor de mi polla rígida, acariciándola fuerte y minuciosamente —¿La nena quiere jugar de nuevo? — Digo, mi respiración entrecortada—Abre las piernas y frota ese hermoso clítoris. Muéstrame dónde te duele—
Sin embargo, en lugar de obedecer mi voluntad, Kara suspira y salta de la cama, se acerca a su tocador y saca una falda vaquera, se quita los pantalones cortos y se pone la mezclilla apresuradamente, seguida de una camiseta y sandalias. ¿Adónde va?
Instantáneamente en alerta, meto mi palpitante polla en mis pantalones y me subo la cremallera, siguiendo su progreso de habitación en habitación alrededor de mi casa. Y cuando veo la terquedad en su barbilla y la desesperación en sus ojos, el miedo invade mi estómago. Puede que haya cumplido su promesa de rellenar la solicitud, pero está siguiendo su propia agenda ahora, y depende de mí detenerla antes de que haga algo realmente destructivo.
Una vez le pregunté a Alura por qué le dio a su hija el nombre de Kara.
¡Porque está destinada a cosas más grandes que yo! ¿Y no suena Kara como algo grandioso?
Esa fue una de las únicas cosas en las que Alura tuvo razón.
Kara está destinada a más. Es astuta e inteligente. Graciosa. Hermosa. Creativa. Algunos de los bocetos de sus cuadernos parecen hechos por profesionales. Pero después de toda una vida de ser dejada atrás por su madre, no se da cuenta de cuánto merece algo mejor. De lo capaz que es de lograrlo. Y si continúa siguiendo el mismo patrón en el que ha estado, Kara probablemente hará todo lo posible para que la encierren de nuevo y no tener que intentarlo y enfrentarse a la decepción. Es más fácil para ella que fracasar. Se está protegiendo a sí misma.
Pero no tiene que hacerlo más.
Me tiene a mí.
No voy a dejarla caer.
Al ponerme de pie, observo el punto que se mueve en la pantalla, lo que me hace saber que está en movimiento, gracias al GPS que puse en su teléfono anoche cuando finalmente se durmió.
Cuando me doy cuenta de hacia dónde se dirige, murmuro una maldición y agarro mis llaves, corriendo hacia la puerta.
//////////
¿Qué opinan de todo lo que va de la historia?
Odio cuando Wattpad me cambia los guines largos por cortos y debo de volver a publicar para corregirlos o cambiar uno por uno si la publicación fue hace unos días y no me percate en el momento.
![](https://img.wattpad.com/cover/373548509-288-k578408.jpg)
ESTÁS LEYENDO
In Her Custody (Bajo Su Custodia)
Fiksi PenggemarCuando Kara sale del reformatorio, una desconocida pelinegra de ojos verdes y de voz seductora la saluda afuera, con la intención de llevarla a casa. La jefa de la policía Lena afirma ser la nueva esposa de su madre... y a pesar de que Kara nunca ha...