In Her Custody (Bajo Su Custodia)

Capítulo V

¡Hello!

Antes que nada, quiero aclarar algo, con respecto a las palabras "Capitán" y "Capitana". Pues los que han leídos mis otras adaptaciones sabrán que soy bastante metida a rollo al respecto de hacer una adaptación o traducción así que investigué un poco respecto al uso del rango capitán y en la historia notarán que a veces está capitana y otras capitán, bueno les aclaro que la palabra "Capitán" no está ahí porque olvide cambiarla al género femenino, si no que resulta que cuándo se está hablando de una mujer si es correcto cambiar el género del rango como por ejemplo "Ella es capitana del ejército", pero cuándo se trata de que sus subalternos le respondan no se cambia como por ejemplo "Sí mi capitán". Es por ello que están las dos palabras en la historia, y la mismo aplica para todos los demás rangos, sargento, general, teniente y otros.

Ahora sí los dejo.

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POV LENA

Cuando la llamada sale de la central, se me hace un nudo en el estómago.

Cinco sospechosos en custodia.

Robo.

Cuanto más escucho la charla entre el despachador y los oficiales que responden, más sé. Un empleado de la tienda también está detenido como sospechoso de ayudar a efectuar el robo. Todo el delito fue captado por las cámaras de seguridad. No se menciona a Kara, pero sé que está entre los cinco sospechosos. Lo sé.

Estoy conduciendo como una maníaca salida del infierno desde el otro lado de la ciudad, acelerando saltándome los semáforos en rojo y girando las esquinas sobre dos ruedas. Debe haber dejado su teléfono en La Guarida Del Diablo, porque la rastreé hasta allí solo para encontrarla desaparecida, un montón de chicos punk en su lugar, ninguno dispuestos a hablar. Más que nada, quiero concentrarme en llegar a ella y hacer que todo esté bien, pero me niego a dar por sentada su seguridad o libertad. Cogiendo la radio, le ladro al receptor —Si uno de los sospechosos es Kara Zor-El, manténgala en la escena hasta que llegue—

Un crujido proviene de la radio montada en el tablero — Recibido, Capitán— Una larga pausa, seguida de una risita —Es Kara, de acuerdo. No sabía que había vuelto a la ciudad. La chica siempre ha sido problemática...—

—No la interrogues. Ni siquiera la mires— Los músculos de mi cuello están tensos —¿Entendido? —

Su tono cambia abruptamente —Sí, Capitán—

Devuelvo la radio a su lugar y rápidamente me dirijo al estacionamiento donde ocurrió el robo. Las luces rojas y azules parpadean en el callejón detrás del Walmart y, con un chirrido de neumáticos, me estaciono y salgo del vehículo, ignorando los gritos de mi nombre y corriendo hacia la fila de sospechosos alineados en la acera.

Ahí está ella.

Esposada en medio de la escoria callejera, como un diamante caído por error entre las cenizas. Sus ojos azul aciano me encuentran inmediatamente, luego se alejan, su barbilla se levanta obstinada. Sin embargo, la punta de su nariz se pone roja, delatándola, y mi corazón da un vuelco.

Maldita sea. Esto es mi culpa.

Fui demasiado insistente.

No le di la oportunidad de confiar en mí antes de empezar a pedirle que considerara su futuro. Mi pobre chica probablemente se asustó hasta la muerte. Por supuesto, volvió a sus malos hábitos. Fue demasiado, demasiado pronto. Soluciónalo.

Aclarando mi garganta con fuerza, me dirijo al oficial más cercano —Llevaré a Kara Zor-El a la estación y le tomaré la declaración yo misma—

—Vigile de cerca sus llaves— Advierte el oficial, sonriendo —Es conocida por robar patrullas y llevarlas a nadar— Da la espalda a la fila de sospechosos y baja la voz —No me importaría llevarla por un pequeño paseo travieso, si sabe a lo que me refiero—