02-El vestido

73 11 2
                                    

Astrid

—si mamá, te juro que no me eh lastimado en lo que va del mes, si, Bella esta bien— la mencionada entró a mi habitación y le hice señas de que guardara silencio— okey, si, también te amo, adios, saluda a Phil de mi parte— cuando escuché el tono solté un suspiro y dejé el celular en la mesa de noche— llevaba una hora hablando con ella, necesitas llamarla, esta preocupada Bells— me recosté en el cama y la miré, estaba callada— suéltalo— se tiró a mi lado.

—me dijo que no podemos ser amigos— y así comenzó una extensa charla sobre Edward, denuevo...

[...]

Estaba limpiando la biblioteca de mi cuarto, los estaba sacando a todos para reorganizarlos, esta vez por géneros, tomé el último libro que se encontraba en la parte más alta, sonreí con nostalgia al verlo, era el libro sobre las leyendas Quileutes que me escribió Sarah.

Una punzada se hizo presente al recordarla, con mi mano saqué el polvo de la tapa y me senté en mi cama para apreciarlo.

"Leyendas Quileutes"

Bajo el título se podía apreciar mi intento de dibujo de una manada de lobos, lo abrí, en la primer hoja en blanco se podía leer con una inmaculada letra, las palabras que ella me dedicó.

"Para la pequeña Didi, que ama las leyendas y la magia, te dedico a ti, todos mis conocimientos de nuestra reserva, esperando que algún día te sean de utilidad, con cariño, tu tía"

Sarah Black

Sonreí con nostalgia, la extraño mucho, solía pasar mis tardes luego de la escuela en casa de los Black, mientras papá trabajaba ellos me cuidaban, solía tener una fuerte admiración por su cultura, tanto así que convencí a mi padre de llevarme a estudiar a la primaria en la reserva para pasar más tiempo con ellos y mis amigos.

Seguí hojeando el libro, en el se encontraban las leyendas escritas a puño y letra por Sarah y unos dibujos míos como si fuese la ilustradora del libro a mis seis años.

Detuve mi vista en una de las leyendas, "Los fríos", comencé a leerla y mientras más pasaba las páginas más fruncia el ceño.

Debe ser una coincidencia que los frios se apellidan Cullen, ¿Cierto?, tantos años leyendo esto, y, ¿Recién veo ese detalle?

[...]

—debemos ir por los vestidos pronto chicas o no podremos encontrar ninguno lindo— Agnes habló mientras secaba su cabello, nos encontrábamos en el vestuario luego de nuestra práctica semanal, faltaban unos días para nuestro partido.

—si, tienes razón y sería una buena forma de distraernos del próximo partido— coincidió Maggie—¿Tu que dices capitana?— todas me miraron a mí, por el día de hoy era la capitana porque cuando hay sol Anya y su familia iban de campamento, así que me tocaba ser su suplente.

—es una gran idea chicas, le diré a Anya, ¿Que tal si vamos mañana?— mañana sería una buena opción para ir, Bella saldría con sus amigas y papá trabajaba, por lo que estaría sola en casa.

[...]

Llegué a la tienda en donde acordamos encontrarnos con las chicas, era una boutique que por suerte en estas fechas tenía un par de ofertas, mi presupuesto no era tan extenso como el de ellas, pero no lo sabían y yo prefería callarlo, no había necesidad de decirlo.

The Witch ||Emmett Cullen 2.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora