─────────── ꔫ ────────── ٠࣪⭑ edward elric (fullmetal alchemist) x lectora. +18 AU. ⟡ ─────────── ꔫ ──────────
. ݁₊ ━━ 𝗥𝗘𝗦𝗨𝗠𝗘𝗡: Edward no logra mantener la compostura en medio de su depresión.
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Dejó con delicadeza el pequeño vaso de vidrio old old en la barra, sin mirar a un punto en específico. Se sentía como la mierda. Sentía un vacío en su pecho, tan profundo, que aquella bebida de whisky parecía su única salida de ello, y eso que casi apenas había llegado.
Se pasó un mechón de cabello rebelde por detrás de su oreja, sin mucho interés. El dolor que se infringía por medio del alcohol no era tan fuerte como su dolor emocional. Y aunque no era para tanto, él no podía evitar sufrir y tener su momento de debilidad.
¿Cómo había terminado así? Él también quería saberlo. Él siempre solía presumir lo fuerte que decía ser a sus 22 años.
Aquel día estaba muy emocionado (todo lo opuesto a como estaba en esos momentos) porque se le iba a confesar a su amor de la infancia, Winry. Su hermano Alphonse y todos los de su círculo de amigos lo animaron incondicionalmente.
Pero ella lo rechazó. Con gentileza, pero lo hizo. Resulta que le gustaba alguien más, un tal «Russell».
Él la quería y la seguía queriendo como la mierda, pero le dolía, muchísimo. Ella había estado presente en los momentos más importantes de su vida, como el de su graduación por ejemplo.
Pero eso ya no tenía importancia. Iba a beber sin control y luego recuperarse, ocuparse de sí mismo por un tiempo, y luego a ver qué sucedía después.
Claro, es lo que él pensaba, no sabía si iba a ser así de rápido.
Sintió una presencia a su lado, obligándolo a girar la cabeza para mirar. Una peculiar joven castaña (más o menos de su edad) se había sentado a un asiento de distancia. Tenía un pequeño pero visible raspón en su mejilla.
—Un vodka, por favor. — le pidió al barman. Su voz era neutral, pero curiosa de alguna manera.
Debía ser el efecto de la bebida, pensó. Al sentir una mirada sobre ella, la castaña miró a su lado, encontrándose con el rubio de trenza. Desvió la mirada de inmediato.
Ella no dijo nada, simplemente se concentró por unos cuantos segundos en lo atractivo que era el rubio, y más con el saco café que traía puesto. Él también pensó lo mismo sobre ella, pero no tardó mucho en volver a mirar fijamente su bebida.
Era la oportunidad perfecta para conocer a alguien más. No necesariamente debían ser algo más que amigos, simplemente lo haría para socializar y conocer más gente. Era un buen momento para dejar de regodearse en su dolor.
