6. DOS ALFAS CELOSOS.

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Después de que Charles se subiera a su auto, miró una última vez hacia la puerta de madera, sentía una extraña sensación, no quería irse.

Eventualmente Charles subió a su auto y arrancó hacia su casa, una sonrisa boba se formaba en sus labios.

Sergio había cerrado la puerta hace ya unos segundos, recostándose en ella un par de segundos después de dirigir su mano izquierda hacia su mejilla, justo donde Charles había dejado un cálido beso.

Había sido una gran noche.

Después del trance tomó su teléfono en manos y se dirigió a su habitación. Después de la cena, Oliver había caído rendido en el sofá y Sergio se había asegurado de llevarlo a la habitación.

Marcó el número de Lance en el teléfono, esperando a que este contestara.

"¡Cuéntamelo todo ahora mismo!" exclamó Lance a través de la línea.

Sergio suspiró y aguardó unos segundos. "Él me trajo flores, Lancey..." pensó por unos segundos. "¿Eso que significa?"

"Que quiere casarse contigo, obvio." contestó Lance desde la otra línea, mirando sus uñas en el proceso.

"Basta..." contestó Sergio con nervios observando a Oliver acostado plácidamente en medio de dos almohadas. "También le trajo dulces a mi bebé. Se portó todo lindo y..." por un momento el corazón de Sergio se agitó.

"¿Y? Deja de sobre pensar, Sergio Pérez." reprendió Lance.

"Es solo que fue muy amable, al principio estaba nervioso que moría, pero después todo surgió y él me besó la mejilla y..." empezó a contar hiperventilándose, saliendo fuera de la habitación antes de desmayarse.

"¿Y ahora se van a casar?" siguió bromeando Lance.

"¡Maldita sea, Lancelod! Creo que me gusta..." contestó Sergio ya un poco tranquilo. "Solo lo conozco un poco y no sé... me gustaría volver a verlo."

"Ohh, ohh." comenzó Lance. "Sergio Pérez.... estás cayendo rápido, eh." bromeó Lance.

"No quiero encariñarme, lancie." comentó cabizbajo. "No quiero que pase lo mismo que co-" no terminó de decir el omega.

"Ese idiota no se compara ni un poco a Charles, Sergio." aclaró Lance. "Por una mala experiencia no te puedes resignar."

"De acuerdo, lo siento." bufó. "De hecho preguntó si tenía alfa..." comentó este recordando lo sucedido. "Él fue tan comprensivo y ni siquiera hizo preguntas..."

"De acuerdo, mi mejor amigo está feliz." comentó Lance sonriendo, hace mucho que no escuchaba así a Sergio. "Si él no te invita a salir otra vez, yo me encargaré de que lo haga.”





Después de unas cuantas semanas, Charles se había encargado de alzar el teléfono y marcar el teléfono del omega, no habían salido en unas semanas, pero ambos a veces se texteaban.

Hablaron por una hora, Charles haciendo énfasis en la palabra cita como 20 veces, provocando que el omega soltara risas.

Así habían terminado, uno sentado frente al otro, sin olvidar la pequeña carriola donde se encontraba Oliver embarrado de chocolate que Charles le había reglado.

"Si no duerme esta noche..." comenzó Sergio de manera acusadora. "Será tu culpa, Leclerc."

"Mm..." contestó Charles riendo. "No me arrepiento, Pérez."

Después de haber caminado unas cuantas veces por el parque, Oliver estaba exhausto de dar vueltas y Charles los había invitado a tomar café antes de que se hiciera de noche en una pequeña cafeteria.

Habían llegado hace un par de minutos, Charles no podía parar de reir, sentia que sus mejillas se partirian en dos, Oliver estaba lo bastante energético tarareando canciones en su carriola jugando con su carrito. Sergio no recordaba cuándo había sido la última vez que había sonreído de esa manera.

Sergio revisó la carta del lugar un par de veces, checando los precios inmediatamente e inconscientemente, su cara cambiando a un ceño fruncido.

"¿Qué pasa, omega?" preguntó Charles preocupado.

"Nada, Charles..." mintió tratando de mostrar una sonrisa. Había olvidado su cartera en casa.

"Omega..." comenzó a insistir Charles. "Estás preocupado."

"Solo que..." sus mejillas se encendieron. "He olvidado mi cartera en casa, lo siento."

"Omega..." habló Charles asegurándose que Sergio prestara atención. "Sabes que aunque la hayas traído yo pagaría, ¿cierto?" enfatizó. "Yo te he invitado a salir, cariño." comentó Charles ni siquiera notando el pequeño apodo que salió de sus labios.

Las mejillas de Sergio se encendieron, susurró un pequeño gracias… Antes de que Charles pudiera continuar, el mesero se interpuso entre ellos.

"Lamento la tardanza." comentó el beta, sin siquiera mirarlos.

"No se preocupe." habló el alfa.

"De acuerdo..." habló el beta esta vez prestando atención a los presentes, siendo el omega quien captó su atención. "¿Puedo tomar su orden?" preguntó haciendo un contacto visual con el omega, bastante incómodo.

"Yo quiero un café por favor." habló el alfa. "Macchiato." habló con un tono de voz grave.

"Yo una malteada de chocolate..." habló Sergio bajo. "Por favor."

"Para ti lo que sea, lindo." habló el beta, dando media vuelta, guiñando un ojo indiscretamente.

Ambos alfas, Oliver y Charles, se alarmaron por el cambio en el omega.

Charles tomó la mano del omega sobre la mesa, su sangre hirviendo de repente.

"Mami, yo contigo." habló Oliver desde la carriola, pidiendo ser cargado.

Sergio desabrochó el cinto de la carriola, permitiéndole a Oliver sentarse en sus piernas. El mesero volvió cargando una charola con las cosas encima, y una pequeña rebanada de pastel extra que nadie había pedido en ella.

El chico atrevido e insolente, como Charles había decidido llamar en su mente, puso la malteada delante de Sergio, dejando la rebanada de pastel al igual, una nota atascada en el plato.

"Esto corre por mi cuenta, lindura." habló el beta. "Mi núme-" no terminó de decir el beta.

"Mi mami." habló Oliver de repente abrazando a

Sergio del cuello, dirigiendo una mirada amenazante, como Oliver diría.

"Oh Dios, Oliver." habló Sergio sorprendido.

"De acuerdo..." habló Charles apretando su mandíbula. "No quiero armar una escena aquí, te recomendaría que te fueras."

Sergio miró al alfa, este aún con su mano atascada a la suya, pasó su pulgar por su torso, tratando de ayudar a que tal vez Charles no se peleara con alguien y terminara en los noticieros.

El beta miró al alfa, un poco de miedo en sus ojos, bufó, y dio media vuelta.

Pasaron unos minutos desde lo ocurrido, Charles aún un poco molesto.

"No te molestes, alfa." habló Sergio, por primera vez llamando a Charles de esa manera tan íntima, no estaba seguro si debía de haber dicho eso.

"Lo siento, omega." contestó el alfa. Regresando el toque íntimo que el omega le estaba ofreciendo.

Ambos se sonrieron, Charles provocando que Sergio mostrara su dulce sonrisa, Charles achinando sus ojos hasta que se formaban esas arruguitas que Sergio estaba seguro amaría desde ese día.




Hola, hola! 👋🏻

¿qué les está pareciendo está adaptación?

Es linda, ¿verdad?

Disculpen si en algún momento llego a equivocarme, editar estás cosas desde el cel suele ser algo cansado de repente 🤭

Espero les agrade este pequeño maratón. BYE!

Mess is mine | Adaptación - Checlerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora