Año 113 d.C
Los gritos de una mujer en labor de parto se escuchaban por toda la Fortaleza Roja, la princesa Rhaenyra Targaryen se encontraba dando a luz a su primer vástago, con su esposo Ser Laenor Velaryon. Todos en el castillo se encontraban emocionados por darle la bienvenida al que sería después de su madre, el heredero o la heredera al trono de hierro. Era de noche, con una gran tormenta afuera, quizás la más fuerte que haya habido en Kings Landing en muchos años, cada grito de la princesa se mezclaba con el impacto de los rayos que azotaban el ambiente con su prominente tronido.
En la habitación de al lado se encontraba la amiga y madrasta de la princesa, la reina consorte Alicent Hightower con un vientre algo abultado de unas dos lunas de su cuarto vástago, y los hermanos de la princesa; el principe Aegon, la princesa Helaena y el principe Aemond.
–Mami –se acercó el pequeño Aegon de unos seis días de su nombre–. ¿Nyra va a estar bien?.
La pelirroja sonrió leve alzando a su pequeño, poniéndolo sobre su rechazo y acariciando levemente su cabello.
–Si mi niño –dejo un casto beso en su frente–. Rhaenyra va a estar bien, su bebé también va a estar bien, solo que a veces unos bebés tardan un poco más en llegar que otros.
El pequeño platinado asintió de manera leve, pensando si el cuervo traería para el un sobrino o una sobrina, con el cual jugar, pelear con espadas, o cuando fueran más grandes, salir a pasear con sus dragones. El pequeño Aegon le hizo una seña a su madre para que lo bajara, y se acercó de manera leve a la chimenea, dónde se encontraba una gran cacerola, la cual tenía dentro un huevo de dragón de color negro azulado, que brillaba gracias a la luz del fuego. Los otros dos pequeños fueron junto a él y se sentaron al frente de la chimenea viendo como brillaba.
–Cuando nazca el bebé de Nyra, este va ser su dragón –hablo leve a sus hermanos y viendo cómo su madre se agachaba para estar a la altura de los tres, el pequeño Aegon la vio–. ¿Crees que escogí un buen huevo para el bebé, mami?.
Alicent volvió a sonreírle a su pequeño, y asintió leve.
–Creo que es un huevo muy bonito hijo –la reina iba a continuar hablando, cuando un fuerte rayo cayó, atrayendo hacia si a sus niños, y sin tardanza el llanto de un bebe resonó de manera estruendosa, inundando el ambiente.
Una de las doncellas de la princesa Rhaenyra entro de manera rápida a la habitación, dando una leve reverencia a la reina y a sus hijos.
–Majestad, el bebé de la princesa Rhaenyra ya nació –hablo de manera feliz–. Es una niña, majestad.
–Alabada sea la madre –dijo la reina poniéndose de pie–. ¿Podrías llamar a las nodrizas para que acuesten a Helaena y a Aemond por favor?.
–En seguida majestad –dijo para salir de manera rápida. Alicent se agachó de nuevo a la altura de sus hijos, las cuales la vieron curiosos.
–Su sobrina acaba de nacer mis niños –Aegon sonrió de manera tan radiante como el sol, la pequeña Helaena dió unos pequeños aplausos y Aemond, al ser el más pequeño solo se dedicó a sonreír.
Las nodrizas entraron de manera rápida, tomando a la princesa y al príncipe Aemond para llevarlos a dormir, no antes sin que su madre les dejará un beso de buenas noches. Alicent le hizo una seña a Aegon el cual se levantó de manera rápida y tomo la mano de su madre.
–¿A dónde vamos mami? –cuestiono curioso el platinado mientras su madre lo levantaba para tomarlo entre sus brazos.
–Vamos a ver cómo está Nyra –respondió y Aegon abrazo a su madre por el cuello.
La puerta fue tocada un par de veces y cuando la voz de la princesa indico un adelante, ellos entraron, llamando la atención de la platinada mayor.
–Alguien ha estado muy preocupado por ti –dijo la reina acercado a su hijo mayor a la cama de la princesa dejandolo sobre la misma.
–Nyra –hablo Aegon, acercándose a su hermana y dejando un casto beso sobre su frente.
–Hola Egg –la princesa tomo la mano de su hermano menor.
–¿Cómo te sientes? –pregunto curioso.
–Un poco indispuesta hermanito, pero ya se me pasará –se notaba en su voz que había sido un parto algo complicado, pero que gracias a los siete había salido bien.
–¿Y el bebé? –pregunto emocionado el vástago haciendo sonreír a Rhaenyra.
–Esta allá en esa cuna –dijo señalando una pequeña cuna de madera, la cual Alicent había mandado a hacer.
–¿Puedo ir a verla? –pregunto, y su hermana asintió.
–Ali, ¿La puedes acercar, por favor? –pregunto la platinada a su amiga, la cual sonrió.
–Por supuesto –la reina se acercó a la cuna, y tomo a la niña en brazos, quedando hipnotizada por la imagen tan linda que la pequeña recién nacida le daba, se acercó a paso lento para luego entregarla a su madre. El pequeño Aegon no dudó en sentarse al lado de su hermana para verla.
Era una niña pequeña, algo delgada, tenía los ojos cerrados y tenía un aura de sensibilidad que lleno a Aegon de una necesidad intensa de protegerla de cualquier cosa, le pasaba algo parecido con su hermanita, pero con la bebé fue algo más fuerte. Rhaenyra y Alicent sonrieron por la manera en la Aegon se le quedó viendo a la pequeña.
–¿Te gustaría cargarla? –cuestiono Rhaenyra a su hermanito, el cual asintió de manera rápida sin despegar la vista de la pequeña.
Al estar sentado sobre la cama se le hizo más sencillo tomarla, su hermana le explicó cómo debía sostenerla, y Aegon sintio como si tuviera en sus manos un plato de cristal, algo tan bonito pero frágil.
La reina tomo asiento en una silla del lado donde se encontraba la princesa tomando su mano y dejando un beso sobre la misma.
–¿Viste que fue más rápido de lo que parecía? –pregunto la reina, y la princesa rio.
–Fue rápido, pero dolió como no tienes una idea –dijo y la pelirroja asintio, llevando su mirada a su vástago el cual dejaba un leve beso sobre la cabeza de la bebe.
–¿Cuál es su nombre? –pregunto la pelirroja.
–Su nombre es Daelys–dijo la princesa, y la reina sonrió.
Ambas se dedicaron a ver cómo Aegon veía a Daelys de manera tan linda y como la tocaba de manera delicada, como si fuera a romperse en algún momento.
De manera inconsciente, ambas amigas se dieron cuenta de que sus hijos habían tenido una conexión inmediata, de que Daelys, sin importar los años, siempre sería la debilidad de Aegon.
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the favorite niece [Aegon II Targaryen]
Fanfiction"-Aegon, no sabes lo que dices -la Velaryon dió un paso atrás haciendo que su espalda chocará contra la pared. -Si, si se que estoy haciendo Daelys -el platinado se acercó a ella-. Se que hago porque es imposible que tú no lo sepas. La menor estaba...