Nerea dejó detrás suya el pub y se sentó en la orilla, cerca de donde rompían las olas. Miró fijamente a la Luna, la cuál estaba cuarto creciente. Le dio paz mirarla, entrando en un momento de total estado de nirvana. Todo el alcohol que tenía el cuerpo hizo que esbozara una gran sonrisa al vivir ese momento.
Olaf se sentó junto a su amiga, alargando sus piernas, haciendo que sus pies tocaran la espuma de mar. Miró a la Luna, al igual que Nerea. Realmente era un paisaje bonito. A esa hora, todavía era de día en su pueblo de origen. En ese momento, se dio cuenta que la noche estrellada de verano tenía una magia especial.
Entonces, sitió como su amiga colocó su cabeza en su hombro. Acarició su cabeza con cariño. Su amiga apestaba alcohol. Seguramente por eso cada vez que olía el Vodka, se acordaba de Nerea. Entonces, su amiga tuvo un momento de sinceridad que no esperaba en ese momento:
-Tengo miedo a que destruyan este mundo porque no pueda pararles, Olaf
Olaf no entendió nada. Sin embargo, estaba acostumbrado a las frases suelas de Nerea cuando bebían, muy profundas y bonitas, pero sin ningún contexto anterior para poder consolarla. Él, como respuesta, masajeó más la cabeza, haciéndala saber que, pasase lo que pasase, él estaba ahí para apoyarla.
-Necesito tu ayuda, Olaf
Nerea se separó de él y respiró hondo. Olaf se giró a mirarla. La felicidad se había borrado de su rostro y el del miedo había llegado. Sus ojos azules se mezclaban con el del paisaje. Sus ojos alargados estaban vidriosos. Después de todo, siempre había sido una intensa.
-Dime cómo puedo ayudarte y lo haré
-¿Ha vuelto el supuesto héroe Sven, el que controla el fuego? El del día del reno...
Olaf se quedó algo confuso cuando dijo, pero se forzó en hacer memoria. Siempre había huido de lo que sucedía en el mundo humano, sus preocupaciones iban más allá. Pocas cosas le preocupaban que no fueran las matemáticas o problemas existenciales que elegía, por alguna razón de peso. Sin embargo, ese supuesto héroe había sido una noticia tan importante en Noruega que había llegado hasta a los oídos de Olaf.
-Sí
Al escuchar eso, a Nerea se le hizo un nudo en el estómago. Respiró hondo, intentando así que el alcohol le dejase centrarse en aquel momento.
-¿Cuántas personas han muerto?
Al ver la preocupación en los ojos de su amiga, Olaf no dudó en que había algo realmente importante que no sabía y que era crucial para entender que le pasaba a Nerea. Se limitó a responder, esperando descubrir a medida que avanzaba la conversación que estaba pasando. Por eso, se forzó a recordar en lo que dijeron los medios sobre el tema.
-En total, 5, pero se decía que podían haber muerto muchas más. De hecho, luego hizo un ritual en nombre de esos muertos.
-Teatro. Puro teatro... - resopló Nerea, al escuchar aquello, Olaf sospechó que Nerea tenía información esencial. Una información que, de repente, le interesaba bastante.
- ¿Por qué lo dices? ¿Qué sabes?
Nerea suspiró y apoyó su frente en el hombro de Olaf, de forma bastante dramática. Él se quedó mirando a su amiga. Cuando la conoció, pensó que al tener sangre china no sería tan dramática. Se equivocaba. Nerea era una chica dramática y caótica, pero esa era alguna de las cualidades que tenía que hacían que pasar el tiempo con ella fuera tan divertido.
-Nerea... - le susurró mientras le daba con el dedo índice en el muslo
-¡Ay! – gritó ella, saliendo de su momento dramático
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La elegida de Poseidón (PAUSADA)
Ficção AdolescenteLos dioses griegos han discutido sobre quienes son los mejores humanos. Para comprobarlo, han diseñado unos juegos, cada Dios ha elegido a un humano para ser su representante. Nerea es la elegida de Poseidón, y realmente no sabe muy bien qué signifi...