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El mayor había tomado su cinturón y lo puso sobre las muñecas del rubio, apretándolo lo suficiente como para no poder desatarse y sobre sus ojos puso una corbata qué estaba cerca de la cama

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El mayor había tomado su cinturón y lo puso sobre las muñecas del rubio, apretándolo lo suficiente como para no poder desatarse y sobre sus ojos puso una corbata qué estaba cerca de la cama. Acomodándose entre sus piernas volviendo a ponerlas en sus hombros, mientras entraba despacio en el interior del menor.

-Ah...- gimió al poner la mitad de su miembro pero aún faltaba más, miro el rostro del menor quien ya esta rojo y gemia levemente, tratando de respirar para relajarse y que fuera más fácil. -Oh~- gimió el menor al estar completamente lleno, encorvado su espalda debido a la profundidad a la que estaba el miembro de su acompañante.

Empezando un vaivén bastante suave debido a que en esa posición era muy profunda y quería ir acostumbrando al rubio a la sensación. Después de algunas estocadas, empezó a poner un poco más de fuerza, haciendo un ruido al chocar sus pieles, el rubio estaba más sensible debido a que no podía ver, ni mover sus brazos. Gimiendo fuertemente cuando en una embestida sintió un escalofrío lo bastante fuerte, acompañado de un mareo y empezar a temblar. -Oh no, chiqui- le sonrió, aunque este no podía verle, sabía exactamente cuál era su cara, -¿Me dirás que somos?- dijo acercando su rostro a el cuello del menor, dejando pequeños besos que hacían estremecer al rubio. -Somos amigo- fue interrumpido por unas fuertes embestidas qué le sacaban el oxígeno de sus pulmones, empezando a temblar, empezando a sentirse ansioso.

-Por alguna razón...me molesta que tu digas que somos amigos- dijo con un poco de molestia en sus palabras, desde hace días le estaba causando mucho ruido el que rubius dijera que eran amigos. -Tu fuiste quien dijo que lo eramos- dijo en una suave voz el rubio. El mayor serio miro el cuerpo del menor, -Debería dejarte algunas marcas, así no olvidarás a quien perteneces- empezó un camino de besos y dejando algunas marcas por su cuello pecho y otras partes, -¡D-Dios!- gimió alto el rubio, empezando a temblar demasiado, las embestidas eran bastante certeras y tocaban su próstata haciendo que viera estrellas.

FRIENDS || [RUBEGETTA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora