capitulo 1: El poder de la lealtad

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"Hace miles de años, en el Reino Celestial, existían dos reinos poderosos: el Reino de los Fénix, con el poder de eliminar cualquier enfermedad y traer vida y prosperidad a su pueblo, y el Reino de los Dragones, guerreros poderosos con fuerza y gran vista, capaces de proteger a los suyos de cualquier peligro. Estas dos fuerzas compitieron durante siglos para demostrar quién era el más fuerte, una rivalidad que otro reino aprovechó.

Lejos del Reino Celestial, se encontraba el Reino de los Demonios, gobernado por un rey que ansiaba la tierra próspera del Reino Celestial. ¿Pero cómo tomarla si había dos grandes fuerzas reinando allí? Atacar a ambos simultáneamente podría hacer que se unieran, pero ¿qué pasaría si uno de los reinos fuera destruido? Sería más fácil deshacerse del otro.

El rey demoníaco perfeccionó durante milenios una técnica de veneno mezclado con su sangre, un veneno poderoso e imposible de curar. Decidió usarlo contra los dragones, ya que infectar a los Fénix sería más difícil. Como una plaga, el rey demonio envió su veneno al Reino de los Dragones, que comenzaron a debilitarse poco a poco hasta caer uno por uno. Cuando el rey dragón murió, el rey demonio tomó su lugar. El siguiente paso sería fácil.

Este caos despertó a la diosa Fénix, madre de todos los Fénix, quien preocupada por su pueblo se presentó ante el rey. Le dijo que una guerra se avecinaba: el rey demonio había derrotado a los dragones y el Reino Fénix sería el próximo en caer. El rey, preocupado, le pidió ayuda a la diosa, quien le dijo que la única manera de vencer era que los Fénix y los dragones se unieran. La diosa entregó su corazón al rey y le explicó que, aunque los dragones estaban infectados, con el poder de su corazón podrían curarse, siempre y cuando juraran lealtad y prometieran proteger a los Fénix.

Así, unidos, los dragones tendrían un gran poder y podrían vivir por siempre. El rey reunió a los dragones restantes y les comunicó el mensaje de la diosa. Los dragones juraron lealtad y se declararon guardianes de los Fénix. El poder del corazón de la diosa fue liberado, curando a los dragones, y los guerreros que juraron lealtad recibieron una marca de un dragón en la mano, sintiendo un poder como nunca antes. Con este poder, desterraron a los demonios a un lugar más oscuro. El Reino Celestial estaba en armonía, reinado por el rey Fénix y protegido por los poderosos guerreros dragones. Decidieron llamarlo Reino Jiangyi (armonía). Después de que hubo paz, el corazón de la diosa se destruyó, tal como ella había advertido al rey, diciendo que el corazón se destruiría cuando el trabajo estuviera completo y que su corazón renacería con el próximo rey, mientras la armonía existiera. El poder del corazón de la diosa haría que el Reino fuera el más poderoso."

—Ya sé que es una historia que les leo siempre, pero como futuros guerreros tienen que conocer nuestra historia y por qué debemos proteger a los Fénix —dijo el general Yi a sus dos hijos.

—¿Entonces somos esclavos? Yo no sé si quiero esa vida, la libertad suena mejor —protestó Nian Chen Yi, de niño.

—Querido hermanito, no es ser esclavos, es pagar con lealtad la vida que nos dieron. Sin su poder, los dragones ya no existiríamos —respondió Quiang Yi, el joven hijo mayor del general.

—Así es, hijos. Si tienen claro eso, cuando llegue su momento recibirán su marca y un gran poder.

—¡Mis hombres! Si ya terminaron de practicar, vamos a almorzar.

—Está bien, querida. Después de almorzar, tengo que ir a la mansión del Rey.

—¿Papá, podemos ir contigo? —preguntó Quiang.

—Si prometen comportarse, los llevaré —dijo el general, mirando seriamente a su hijo menor—. Sobre todo te hablo a ti.

—Sí, papá, me voy a comportar.

El Príncipe Fénix y el Dragón GuerreroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora