Sin asentó argentino
El sonido de mi teléfono sonando me despertó y de mala gana conteste.
- ¿si?
- hola bebé, ¿estás libre hoy? - era Paulina mi mejor amiga.
- si, ¿porque?
- ¿Quieres venir a mi casa a jugar?
- ya era tiempo de que lo preguntaras - ya llevamos más de una semana desde que no hacemos nada.
- ¿es un si?
- obvio nena -
- cámbiate entonces - colgué y me dí una ducha. Después fui a mi closet y me puse algo cómodo, y medio me maquille.
Después de verme por última vez en el espejo salí de casa y me subí a mi auto para ir donde Paulina.
Me pare frente a la puerta y toque dos veces para que me abriera Paulina.
- pasa - ella se hizo a un lado y yo entre a su casa. Cuando cerro camino donde mi y dejó un beso en mis labios - ¿lo hacemos ya? - yo asenti.
-¿Estás segura de esto, Niki? - siempre nos hemos besado pero nunca hemos llegado tan lejos.
-Sí.
Ella sujeta mi rostro y me sigue besando, luego siento cómo desabotona mi blusa y me la saca. Después se deshace de mi sujetador y mis senos quedan sueltos, aprieta uno con su mano mientras respira agitada a mi oído. Entonces suelta mi falda y me deja en bragas.
-¿Segura que quieres que siga?
Mi respiración está entre cortada.
-Hazlo... -digo, sin poderme contener, me empino para sentir su tacto y ella baja mis bragas, me deja tan expuesta que me siento excitada de inmediato. Sus manos se envuelven alrededor de mi cuerpo. Ella se quita la ropa, luego se pega a mi cuerpo y siento cómo sus dedos entran a través de mis piernas comenzando a acariciar.
-Voy a cogerte muy duro.
Un gemido responde por mí, Paulina introduce uno de sus dedos dentro de mí y empieza a bombear, de pronto lo saca y se lo lleva a los labios, lo chupa frente a mí. Entonces se vuelve a pegar y siento cómo mete esta vez tres de sus dedos.
Sus dedos atraviesan mi sexo con precisión, mantiene un maldito ritmo que me hace chorrearme dentro de poco, quiero aguantarle, así que trato de concentrarme en disfrutar del placer. Luego besa mi hombro y entonces todo su cuerpo se impulsa hacia adelante buscando más.
-¿Te gusta que te coja así?
Me hace empinarme y luego me tira un azote.
-paulina, nos van a escuchar los empleados -sollozo, pero a ella no le importa y me tira otro.
-Entonces no gimas... -Sonríe, su voz rasposa y sexy me hace erizarme de arriba abajo y mis caderas comienzan a temblar, ella comienza a entrar más
rápido, con su pulgar acaricia mi clítoris. Mis caderas tiemblan y siento cómo sus dedos van cada vez más rápido. Me sujeto en vano de la pared, mis
piernas quieren apretarse, mi cabeza se echa hacia atrás, pero le permito continuar. Ella besa mi cuello, sus dedos me siguen follando una y otra vez. Cada vez entran con mayor ritmo.
No puedo más, comienzo a correrme.
Paulina saca sus dedos y se los lleva a los labios, luego de gira de frente y vuelve a besarme. Sentir su cuerpo desnudo contra el mío me está volviendo loca. Nunca he estado con una mujer, pero eso no cambia que me tenga completamente loca.
Mis manos no pueden controlarse cuando van a su trasero y es tan redondito y duro, que no puedo evitar apretarlo.
-¿Alguna vez has probado a una mujer? -me pregunta, yo niego. ¿Y te gustaría?
Sonrío, ella tira una toalla en el suelo y me mira.
-Ponte de rodillas.
Obedezco, me gusta que me mande debo admitirlo.
Me pongo de rodillas, Paulina sonríe, se baja las bragas y se pone detrás de mí, me amarra las manos con alguna tela, quiero suponer que alguna de nuestras prendas, finalmente se pone de nuevo frente a mí y se inclina.
-Solo confía, te va a gustar esto.
Cubre mis ojos con la toallita que traía en mi cabeza y entonces me siento completamente loca, aunque una parte de mí siente la adrenalina. Cualquiera podría entrar y encontrarse contra esta precisa escena. Pues no solo los empleados viven aquí, sino también dos hermanos vividores de Paulina.
-Abre la boca.
No obedezco, ella echa mi rostro hacia atrás y se inclina, rozando sus labios con los míos y luego su lengua.
-Abre.
Abro la boca, siento cómo Paulina roza sus dedos húmedos sobre mí. Se estuvo tocando entre las piernas. Sabe riquísimo.
-¿Te gusta?
Me siento tan excitada y solo asiento, ella vuelve a rozar sus labios, esta vez me llena hasta el cuello de ella y eso me mata lentamente.
-¿Te gusta? Responde.
-Sí me gusta.
Ella ríe, entonces termina de acercarse y sujeta mi cabeza haciéndome entrar en su sexo. Al principio trato de hacerlo cómo creo que es, pero en mi inexperiencia, ella me dirige. Muy pronto la siento sacudirse con mi lengua, luego me toma del cabello y comienza a follarme los labios, sus caderas se mueven follándome la boca.
El sabor de sus jugos son lo más excitante, no puedo sujetarme de nada, pero me siento en completa confianza como control, hasta que inmediatamente, se corre en mis labios.
Luego de correrse me quita los nudos y me ayuda a levantarme, creo que nunca pensé en el dolor de mis rodillas, pero ella vuelve a acariciarme mientras me mira a los ojos y sonríe haciéndome olvidarme de todo y concentrarme en ella.
-Quizá ahora tengas algo más que hacer que darme un beso infantil - sonríe.
Sonrío, me inclino de nuevo y aprieto su trasero de nuevo, pronto siento cómo me besa mientras que sus dedos acarician de nuevo entre mis piernas. Esta vez estamos de frente. Suelto un jadeo y ella me calla con sus besos húmedos y apasionados. Entonces dirige mi mano dentro de ella, ella empieza también a bombearme de nuevo.
-Hazlo así... - Uno de sus dedos se hunde todavía más dentro de mí, hasta que no puedo más y me sacudo, pero comienzo a mover mis dedos también dentro de ella tal y como me explica. Esta vez nos miramos a los ojos, hasta que ninguna puede más. Yo comienzo a correrme y ella se folla libremente mis dedos, hasta que se corre también y de nuevo. No me deja sacar los dedos, sus caderas se mueven de nuevo, ella se traga mis dedos y yo siento cómo resbalan tan bien dentro de ella, hasta que no puede más y se corre por tercera vez.
Se pone su ropa de nuevo y luego se va al baño, yo me quedo parada pensando todo lo que acaba de pasar.
- ven y báñate - dijo desde el baño y yo fui con ella a bañarme. Después de un baño ella me presta ropa y nos acostamos en su cama.
Paulina se queda dormida y yo me quedo mirando su hermoso rostro, unos labios tan lindos y nariz perfecta, es perfecta.
Se que lo nuestro terminará a más que una amistad.
Quiero vivir eso.