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Malversación (s.):
Hacer intencionalmente algo ilegal o moralmente incorrecto que no se tiene derecho a hacer.
Peter

Abrí el cajón a mi izquierda en busca de un frasco de aspirinas. No había dormido bien en más de una semana, y estaba seguro de que en su mayoría tenía que ver con los informes a medias que los internos me entregaban. Eso, o lali envenenaba mi almuerzo.

Leí su informe más reciente y gemí mientras leía sus comentarios escritos a mano: "Me parece muy irónico que pueda darnos una asignación sobre la importancia de la confianza y las relaciones cuando no tiene ni idea de lo que cualquiera de esas palabras significan. PD —No "devoraste" mi coño."
Arranqué la nota y la tiré a la basura, leyendo la siguiente:

"¿Un caso que se trata de un jefe tirándose a su empleada? Al menos este jefe tuvo las pelotas para revelar su mentira y admitir que a él realmente le gustaba la chica, en lugar de echarla como si fuera basura. PD —Ayer el ingrediente extra en su café fueron copos de súper pegamento derretido. Espero que le hayan gustado."

—¿Señor lanzani? —Jessica entró en mi oficina.

—¿Sí?

—¿Quiere que envíe su traje Armani a otra empresa de limpieza en seco? —preguntó—. Esta es la tercera vez que le ha enviado esos pantalones. No creo que esa mancha marrón vaya a salir.

—No, gracias. —Suspiré—. Sólo ordena unos nuevos, por favor.

—¡Lo haré! —Batió sus pestañas cuando se fue, y le envié inmediatamente un correo electrónico lali.

Asunto: Súper Pegamento.
 
Ya no bebo tu puto café, pero desde que has demostrado una vez más que eres novata en lo que respecta a la ley, voy a guardar tu nota escrita a mano por lo que mis amigos sabrán a quién culpar por mi asesinato.
Madura.
—peter

Asunto: Re: Súper Pegamento.
No tienes amigos. Yo era la única. Y no me importa si guardas mi nota escrita a mano porque he guardado todos tus correos electrónicos — especialmente los que dicen: "Ven a mi oficina para que pueda comer tu coño en mi hora del almuerzo", o "me encanta la forma en que tu boca se ve cuando la envuelves alrededor de mi pene".
Tu primero.
—lali.

Empecé a responderle, sin estar dispuesto a entregarle la última palabra, pero oí a Jessica aclarándose la garganta.

—¿Hay alguna otra cosa en la que pueda ayudarte? —Levanté la mirada—. Podría jurar que acabas de salir de mi oficina.

—Se rumorea por la firma que hoy es su cumpleaños.

—Hoy no es mi cumpleaños.

—Eso no es lo que me dijeron en recursos humanos.

—Recursos humanos está lleno de mierda. —Miré la taza de café en el borde de mi escritorio, notando que el café no era ni siquiera marrón. Era de color naranja—. Pero hablando de recursos humanos, ¿podría hacer que le prohíban a la señorita esposito tocar las máquinas de café?

—Lo dudo. —Se acercó aún más—. Entre usted y yo, le vamos a dar una fiesta sorpresa en la sala de descanso. Como, en este momento. Hemos estado esperando que usted se tome un descanso, pero no lo ha hecho, así que ¿Puede salir por un segundo?

—¿Acaba de negarme mi petición con respecto a la máquina de café?

—Me encargaré de ello, después de que vaya a su fiesta. —Sonrió y tomó mi mano, pero me puse de pie por mi cuenta.

—Le he dicho a su abuelo en múltiples ocasiones que no aprecio sus fiestas de cumpleaños de los empleados.

Se encogió de hombros y me llevó por el pasillo.
—Asegúrese de lucir sorprendido. Puse mucho trabajo en esto siempre hago un esfuerzo extra por usted.

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