Redención

love.

Griffith se había levantado después de un largo sueño, pues había estado con la angustia de que algo malo le pudiera pasar a Guts durante la misión, además de la idea de que estaba junto a Casca. Sin embargo, al hablar ayer con él, pudo calmar un poco sus ansias. Aunque la conversación no fue como le hubiera gustado, al menos ahora tenía una preocupación menos. No iba a negar que el cumplido de Guts la noche anterior, diciéndole que se veía bonito, había hecho que su corazón latiera como loco.

Decidió no pensar más en eso. Ahora iba a salir al campo con Judeau como habían acordado en la mañana y quería calmar sus pensamientos. Tenía planeado hablar con Guts en la cena para arreglar los malentendidos y declarar sus sentimientos.

Griffith lo había estado pensando y sabía que moriría si seguía guardándose todos esos sentimientos. Quería hablar con Guts y declararle todo su amor, decirle cómo lo adoraba desde que se conocieron y cómo amaba todo de él. Y si Dios era tan bueno, Guts le diría que no correspondía a sus sentimientos, pero podrían seguir siendo buenos amigos.

Griffith no creía que había posibilidades de que Guts sintiera lo mismo que él; ya lo había aceptado. Guts estaba con Casca y no pensaba interponerse en la relación de esos dos. Justo para su suerte, las dos personas que más amaba en este mundo se habían hecho pareja, y uno de ellos era la persona que le gustaba a él. Pero se iba a declarar para acabar con el dolor punzante en su corazón y con la esperanza de superar sus sentimientos por Guts y, de verdad, alegrarse por la relación de sus amigos.

Griffith no estaba ni enterado de que Guts había terminado con Casca por él.

Mientras terminaba de prepararse, Judeau apareció en la entrada de su tienda.

—¿Listo para nuestro paseo al campo? —preguntó Judeau con una sonrisa.

—Sí, un descanso me vendrá bien —respondió, levantándose y siguiendo a Judeau al aire libre.

˚ ༘♡ ·˚ ₊˚ˑ༄ؘ

Mientras caminaban, Judeau intentaba mantener la conversación ligera, hablando sobre trivialidades del campamento.

—¿Has visto a Guts hoy? —preguntó Griffith, tratando de sonar casual.

—No, pero estoy seguro de que está por aquí en alguna parte —respondió Judeau.

Al acercarse al campo, vieron a lo lejos a Guts y Casca recostados en la hierba, riendo juntos. Griffith sintió un nudo en el estómago.

—¿Es eso...? —Judeau levantó una ceja, mirando a Griffith.

—Vamos a acercarnos —dijo Griffith, algo inquieto.

Cuando se acercaron, Guts se levantó rápidamente al verlos, apartando a Casca con delicadeza.

—Griffith, no esperaba verte aquí —dijo Guts, sorprendido.

Casca se levantó también, sacudiéndose la hierba.

—Estábamos hablando sobre la próxima misión —explicó Casca.

—Parecía que interrumpimos —dijo Griffith con recelo, sus ojos fijos en Guts.

—No, no interrumpieron nada —respondió Guts, un poco a la defensiva.

Judeau intervino.

—Tal vez deberíamos darles un momento —sugirió, llevándose a Casca.

Cuando se quedaron solos, Griffith y Guts se miraron en silencio. Griffith fue el primero en hablar, con un tono gélido.

—Parecían muy... cercanos.