04

725 49 21
                                    

🍒﹕Bueno, algo que me falto aclarar el otro capitulo es que Griffith ya esta recuperado, por lo que ya puede caminar sin la silla de ruedas, aunque cuando se suele deprimir, ahí es cuando pierde todas sus fuerzas y necesita de la silla.

˚ ༘♡ ·˚ ₊˚ˑ༄ؘ

La fiesta estaba en pleno apogeo cuando Griffith llegó del brazo de Judeau. La carpa principal, decorada con luces y guirnaldas improvisadas, resplandecía con la energía de los miembros de la Banda del Halcón. Al verlo, todos dejaron de hacer lo que estaban haciendo y comenzaron a aplaudir y vitorear.

—¡Capitán! ¡Te ves increíble! —exclamó Rickert, admirando el aspecto renovado de Griffith.

—¡Es bueno verte bien, Griffith! —agregó Corkus, asintiendo con aprobación.

Griffith les sonrió, su corazón latiendo con fuerza, conmovido por la calidez y el apoyo de sus compañeros. Judeau, a su lado, le dio un apretón de ánimo en el brazo antes de soltarse y unirse a los demás. Griffith, aún algo nervioso, se movió entre sus hombres, aceptando las felicitaciones y los abrazos.

La atmósfera cambió cuando Guts y Casca hicieron su entrada. Los dos parecían tensos, Casca llevaba una expresión de disgusto, mientras que Guts lucía irritado. Al ver a Griffith, Guts quedó perplejo. Griffith se veía radiante, más hermoso de lo que jamás lo había visto. El nuevo corte de pelo resaltaba sus facciones y la ropa impecable lo hacía parecer casi etéreo.

Guts quería acercarse a Griffith y hablar con él, pero cada vez que intentaba acercarse, algo se interponía. Primero, fue Corkus, quien insistió en que Griffith probara una bebida especial que había preparado. Luego, Pippin y Rickert lo arrastraron a una competencia de lanzamiento de cuchillos. En otro momento, Casca, visiblemente molesta con Guts, comenzó a discutir con él. La pelea terminó cuando Casca, notablemente furiosa, salió de la fiesta sin dirigirle la palabra a nadie. Guts solo suspiró, estaba empezando a hartarse.

El colmo llegó cuando vio a Griffith y Judeau riendo juntos, Judeau susurraba algo al oído de Griffith, provocando una sonrisa genuina en su rostro. Guts sintió un nudo en el estómago, la imagen de los dos juntos era casi insoportable.

Finalmente, cuando la fiesta estaba llegando a su fin, Guts encontró un momento para hablar con Griffith. Se acercó decidido, aunque su corazón latía con fuerza.

—Griffith, ¿podemos hablar un momento? —preguntó Guts, tratando de mantener la calma.

Griffith asintió, agradecido de tener finalmente un momento a solas con Guts. Judeau, preocupado por la situación, miró a Griffith con una expresión interrogante, pero Griffith le hizo un gesto para que no se preocupara.

—Claro, Guts. ¿Qué necesitas?

Guts se tomó un momento para encontrar las palabras correctas, su mirada se suavizó al observar el rostro de Griffith, iluminado por las luces de la fiesta. Griffith lucía más radiante que nunca, con una belleza que lo tentaba a hacer cosas que no debía

—Quería disculparme por mi comportamiento. Sé que he estado distante y... —Guts hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas—. Y también quería decirte que te ves muy bonito esta noche, Griffith. Más que nunca.

Griffith sintió un nudo en la garganta al escuchar esas palabras. Su corazón latía como loco, pero intentó mantener la compostura. 

—Gracias, Guts —respondió Griffith con una voz apenas audible, sentía su cuerpo temblar por los nervios.

—Griffith, esta noche... ¿puedo quedarme contigo? —preguntó Guts de repente, sus ojos puestos en los de Griffith —. No quiero que estés solo.

Griffith sintió un nudo en la garganta, sabía que era peligroso para ambos, pero la tentación de estar cerca de Guts era demasiado fuerte.

RedenciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora