La Reina de las Tinieblas

Capitulo 14: Las Gárgolas del Rio

—Grandioso ahora también debo lidiar con esta mierda – dije irritado

Necesitamos hablar con Dexter el sabrá como llegar a ese puto lago – sugirió kei

—Al fin dices algo sensato – dije

Nos vemos en 5 minutos en el bar hermano, te necesitamos

Tristán

Cuenta con eso hermano, siempre será un placer sacarte de tu mierda

Dexter

En el bar

—Y por eso es que necesito llegar al lago del bosque – Termine de explicar

—Hermano sabes que las gárgolas son unas perras, debes hacer un jodido sacrificio – dijo preocupado

—Tranquilo eso es lo menos importante, sabes que a mi madre nunca la conocí porque según padre murió en el parto, pero tiempo después decidí investigar y descubrí que estaba viva, trate de acercarme a ella y me negó por completo que era su hijo aun cuando era más que evidente, así que sacrificare ese recuerdo estúpido de mi adolescencia – dije con desinterés

—Pero ¿Tu padre porque nunca te dijo nada? – Pregunto confundido

—Yo lo enfrente luego de lo que paso con ella, dijo que en realidad ella nos abandonó días después de mi nacimiento, el cómo alfa no podía permitir que esa vergüenza se supiera en la manada – lo mire serio – no quiso que nadie supiera así que fingió su muerte – tome un trago

— ¿Qué mierda pero no se supone que hubo funeral y todo? – Pregunto Dexter

—Puro espectáculo Dex él no iba a desabrochar la oportunidad la oportunidad de ser ola víctima – respondí irritado

—Hermano tu padre es una mierda – dijo dándole un trago a su bebida

—Lo sé, igual que yo, dime como llego al puto rio – gruñí cansado del tema

—Debes ir a la parte oscura del bosque, donde nos conocimos tu y yo – se rio – está justo detrás del acantilado donde siempre está tu amada, debes seguir recto hasta que choques con una barrera invisible que te separa de las gárgolas – me miro serio – para llegar a ellos debes pronunciar estas palabras – tomo un papel y las escribió – no puedo decirlas en voz alta aquí, no sabemos quién te puede escuchar – miro al rubio teñido del pajarito rojo que estaba detrás de la barra – cuídate de él y ve al rio lo más pronto posible.

—Gracias hermano te debo una – le di un golpe en el hombro como despedida

                                                          En Alguna Parte del Bosque

Tristán comenzó a caminar por un sendero sinuoso que serpenteaba entre árboles retorcidos y arbustos espinosos. El cielo estaba cubierto por nubes grises que amenazaban tormenta. Conformé él se acercaba el sonido del agua se hizo más fuerte hasta que de pronto choco con la barrera invisible.

Según antiguos relatos, esas gárgolas malvadas fueron una vez seres alados que custodiaron el río sagrado por siglos. Eran criaturas poderosas, mitad bestia y mitad hombre, que protegían celosamente las aguas de todo aquel que osara cruzar sin permiso. Se decía que las gárgolas habían sido creadas por una antigua divinidad del agua, encargadas de mantener el equilibrio y evitar que mortales codiciosos contaminaran o robaran el vital líquido.

Creadas con alas de piedra y garras afiladas, estas criaturas sobrenaturales aterrorizaban a cualquiera que se acercara demasiado. Sin embargo, con el paso del tiempo, las gárgolas fueron corrompidas por la oscuridad. Envidiosas del poder de los dioses, conspiraron para volverse independientes y tomar el control del río para sí mismas. En una cruel batalla, lograron desgajar sus alas de piedra y adoptar formas cada vez más monstruosas y siniestras.

Ahora, las antiguas guardianas del río se han convertido en crueles y despiadadas criaturas que atacan a todo aquel que ose acercarse...y Tristán estaba a punto de hacerlo.

NOTA Dexter en multimedia