Capitulo 17: El Incendio

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Aunque quisiera concentrarme en ese lobo egocéntrico el deber de un alfa nunca acaba, hoy acaban de llegar a mi territorio una familia de 2 lobos mayores, un elemental y una niña hibrida. Con ayuda Max nos encontrábamos construyendo una cabaña para ellos, al parecer huyeron de su última manada para proteger a la niña de los ataques que estaban recibiendo.

—Bienvenidos a la manada Darkmoon soy la alfa Blue Maxwell estoy a su disposición para cualquier cosa, también pueden contactar a mi beta Maximiliano Paretti dije abriendo la puerta de la nueva cabaña.

—Escuche que te gustaba la naturaleza Alya, así que construimos una ventana en tu habitación para que tuvieras la vista más bonita del bosque ¿Quieres ir a verla? Le pregunte.

—Siii salió corriendo hacia su habitación

—Siii –salió corriendo hacia su habitación

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Alya

—Gracias por recibirnos tan pronto Blue, la vida de Alya ya estaba en riesgo dijo Adrián el hermano Como muestra de gratitud tienes la lealtad de todos nosotros, incluyendo la mía como elemental

—Gracias por recibirnos tan pronto Blue, la vida de Alya ya estaba en riesgo – dijo Adrián el hermano – Como muestra de gratitud tienes la lealtad de todos nosotros, incluyendo la mía como elemental

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Adrián

 Los elementales son seres que manejan los cuatro elementos, son muy poderos y despiadados, capaces de destruirlo todo, pero cuando te ganas su respeto y lealtad te siguen hasta el final hasta dar la vida por los suyos. Tengo entendido que la niña es loba, pero también elemental, cosa que sus antiguos alfas han querido usar para cosas de tortura cuando Alya apenas está aprendiendo a controlar su transformación y poderes.

—Muchas gracias, estoy segura de que cuando llegue el momento indicado contaremos con ustedes Si me permiten debo retirarme Les sonrió

—¡Blue! Las gárgolas están atacando la cabaña de tus padres Llega Max agitado

Esto no puede estar pasando – gruño Siena

—Max y Adrian vengan conmigo ¡Ahora! Ordene

La protagonista corre a través del bosque, sus pies pisando con firmeza el terreno irregular. Su corazón late con fuerza mientras intenta alejarse lo más rápido posible de la cabaña.

De pronto, puede oír un estruendo a lo lejos. Mira hacia delante y ve a las imponentes gárgolas sobrevolando su antiguo hogar. Siente una punzada de temor al ver cómo las criaturas comienzan a escupir fuego, prendiendo en llamas la cabaña.

—¡No! grita, deteniéndose en seco. Su instinto le dice que debe vengarse por sus padres no puede soportar la idea de perder su único refugio.

Retoma su carrera, internándose cada vez más en la espesura del bosque. Salta sobre raíces y ramas, ignorando el dolor en sus pies y el ardor en sus pulmones hasta bque llega a la cabaña.

Blue observa con creciente inquietud cómo unas sombras oscuras se ciernen sobre su cabaña. Al principio apenas son siluetas recortadas contra el cielo, pero a medida que se acercan, toma forma una visión aterradora. Son criaturas monstruosas, con cuerpos deformes y alas membranosas que baten el aire con fuerza. Gárgolas, seres demoníacos que descienden desde lo alto, sus ojos brillando con una luz siniestra.

—¡Max necesito que des una vuelta a la cabaña para ver cuántas de estas cosas hay aquí Ordene Tu Adrián quédate conmigo

—¡Si Alfa! respondieron ambos

Sin previo aviso, las gárgolas lanzan un alarido ensordecedor que hace vibrar el aire a su alrededor. Luego, como bestias hambrientas, se arrojan sobre la cabaña, hundiendo sus garras afiladas en la madera y la piedra.

Blue retrocede horrorizada mientras observa cómo esas criaturas sobrenaturales destrozan su hogar. Con golpes demoledores, derriban las paredes, arrancando vigas y techumbre, dejando al descubierto el interior de la cabaña. El crujir de la madera y los gritos de las gárgolas llenan el aire, acompañados por el crepitar de las llamas que empiezan a apoderarse de los restos. Pronto, toda la estructura se ve envuelta en un incendio voraz, las llamas devorando los últimos vestigios de su refugio.

—¡Adrián necesito que uses el agua para detener todo el fuego que puedas, ya!

—¿Crees que un poco de agua será suficiente para detenernos niña? Una de las gárgolas pregunta con ironía

—Sera mejor que ese vayan de mis tierras ¡hijas de puta! Grite transformándome

Los gritos atronadores de las criaturas sobrenaturales perforan los oídos de Blue y Adrián, mientras ella observa impotente cómo destrozan su hogar. Las poderosas garras de las gárgolas se clavan en las paredes y el techo, arrancando la madera y la piedra como si fueran papel. Con cada golpe, la estructura de la cabaña se estremece y se resquebraja. Las vigas crujen y se doblan bajo el peso de los monstruos, que aletean con furia, alzándose hacia el cielo solo para volver a lanzarse en picado contra su presa.

Las ventanas estallan en mil pedazos cuando las gárgolas las atraviesan, introduciendo sus cuerpos deformes en el interior de la cabaña. Dentro, los muebles y enseres se hacen añicos bajo las garras y las mandíbulas de las bestias.

Max entra corriendo hacia la cabaña e intenta morderle a una de las bestias sus alas, fallando en el intento mientras esta se sacude haciendo que Max se estrelle contra los escombros de una pared.

Adrián usa el fuego para intentar cegarles la vista y asi no puedan seguir destruyendo la cabaña, pero las gárgolas se protegen con sus alas, mientras Blue intenta usar su aullido de alfa para aturdirlas.

Una de las gárgolas, desconcertada por el repentino sonido abrumador, se detiene en seco. La loba aprovecha la oportunidad y se lanza sobre la criatura, clavando sus colmillos en su cuello. La gárgola suelta un desgarrador grito de agonía mientras intenta liberarse del feroz ataque. Blue, ahora transformada en una poderosa bestia, no cede en su empeño. Sabe que debe derrotar a la gárgola para poder escapar. Con un último esfuerzo, logra arrojar a la criatura al suelo, donde se retuerce herida.

La ultima bestia que queda escupe la última bola de fuego y se lleva a su compañero mientras le gruñe a Blue con rencor.

El aire se llena de un hedor a azufre y a carne quemada, a medida que las llamas comienzan a devorar todo a su paso. El humo negro y espeso se eleva hacia el cielo, oscureciendo la visión de Blue, que se ve obligada a retroceder por el calor abrasador.

Las gárgolas, enardecidas por la devastación que han causado, lanzan alaridos triunfales, aunque también adoloridos que resuenan en la distancia.

Blue se acerca a los restos de lo que alguna vez fue su hogar, contemplando con dolor y furia la devastación que la rodea. Sabe que debe hacer algo, que no puede permitir que Tristán se salgan con la suya. Con la determinación ardiendo en su interior, se prepara para la inminente confrontación. Está dispuesta a hacer lo que sea necesario para recuperar lo que le han arrebatado y hacer pagar a quienes osaron destruir su hogar.

La Reina de las TinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora