Capítulo 18

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A Wen Qing le dolía el corazón al ver cómo Jiang YanLi se derrumbaba por completo delante de ella

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A Wen Qing le dolía el corazón al ver cómo Jiang YanLi se derrumbaba por completo delante de ella. Así que recogió a la otra mujer en sus brazos y la dejó llorar un poco más hasta que las lágrimas de YanLi empaparon la camiseta de Qing. Podía sentir los sollozos quebrados de la otra mujer que sacudían su pequeño cuerpo. Después de lo que parecieron horas, YanLi finalmente dejó de llorar, pero Qing seguía abrazándola.

Lo s-siento...— YanLi se disculpó, sus palabras quedaron atrapadas en el final de su ataque de llanto.

Nunca te disculpes por mostrar tus emociones, Li. Entiendo que tienes que ser fuerte frente a tus hermanos porque crees que es tu deber cuidar siempre de ellos, pero puedes dejar de reprimirte conmigo, ¿De acuerdo?

N-nos acabamos de conocer y-y ahora e-estás involucrada en mi desastre...— YanLi no pudo evitar que se le quebrara la voz.

Me involucré en el momento en que puse mis ojos en ti, bonita mujer...— Qing sonrió.

¿Por qué?

¿Por qué? Hmm... eres especial Li, ¿no lo sabes?

YanLi la miró con los ojos muy abiertos y todavía enrojecidos después de haber llorado durante tanto tiempo. —¿Especial?— No podía entender que una mujer fuerte, independiente y hermosa como Qing la considerara especial. Nunca nadie le había dicho eso. Sí, Xian y Cheng siempre la elogiaban, pero seguramente eso era sólo porque eran parciales.

Sí, especial. Eres hermosa e inteligente. Tienes mucho amor en tu corazón por tus hermanos y tus amigos. Alguien tendría que estar ciego para no verlo.

YanLi negó con la cabeza como si tratara de refutar el cumplido.

No. No te hagas eso—. amonestó Qing. —El hecho de que el imbécil de tu novio no supiera apreciar tu valor no significa que no te veamos. A ti, la verdadera tú.

YanLi se sonrojó ligeramente mientras miraba sus manos que ahora estaban entrelazadas con las de Wen Qing.

Gracias. Eres increíble, ¿lo sabías?

Lo sé— Qing movió las cejas y se rió, haciendo que YanLi riera también. —¿Ahora quieres hablar?

YanLi sólo asintió, así que Qing continuó: —Empieza por el principio, b.

YanLi finalmente tomó la taza de té que Qing había colocado, sobre la mesa de café y tomó un sorbo. —Ugh... está frío.

Qing sonrió. —Iré a calentarlo.

No, deja que lo haga yo. Necesito mantener mis manos ocupadas.

Qing parecía que iba a protestar pero luego se limitó a sentarse mientras YanLi iba a la cocina a prepararles dos tazas más de té.

La primera vez para todo By An_onymous, Chiaroscuro555Donde viven las historias. Descúbrelo ahora