La primera vez para todo By An_onymous, Chiaroscuro555

Capítulo 21

Capítulo escrito por Chiaroscuro555

Para Lan WangJi, cada momento que pasaba con Wei WuXian lo hacía sentir algo nuevo. Ya se había metido en numerosas peleas antes, sobre todo con corredores nocturnos que eran malos perdedores o con bravucones. Su hermano decía que tenía un complejo de héroe, lo que básicamente significaba que tenía que ir a salvar a toda persona que pensara que estaba en problemas. Y WangJi estaba de acuerdo.

Siempre había sentido un odio especial hacia los abusadores. Sin embargo, no odiaba esta cualidad en él porque de alguna manera trajo a su conejito a su vida.

—Ning, WangJi, ¿Les gustaría pasar el rato en nuestra casa esta noche?— Preguntó Cheng.

—Lo siento Cheng pero tengo que ir a casa ya que Jie tiene turno de noche esta noche y Li-jie estará sola. Necesito estar allí si ella necesita algo—. Contestó Ning.

—Ah, cierto. Gracias por cuidar de ella Ning. Estamos muy agradecidos contigo y con Qing—. Dijo WuXian mientras se giraba para mirarlo.

—Realmente me gusta cuando ella está allí. ¡A quién no le gustaría cuando ella cocina una comida tan deliciosa!— Ning sonrió.

—Bien, me voy a colar en el desayuno de mañana—. Dijo HuaiSang mientras daba una vuelta para llegar a la casa de Ning.

—Yo también lo haré.

—Yo también. Lan Zhan deberías venir también—. Dijo Wei WuXian con entusiasmo.

—¿Y que me mate Q? Oh, diablos, no. Ella está de muy mal humor por la mañana, especialmente después de un turno de noche.

—No si Jie está allí para contrarrestar su malhumor. Te juro que te enamorarás de Jie. Es una cocinera increíble.

—Es de otra persona de quien quiero enamorarme—, murmuró WangJi en voz baja, pero nadie lo captó. Entonces se aclaró la garganta y dijo en voz alta: —¿A qué hora planean ir?

—¿Te parecen bien las 9 de la mañana, WangJi?

—Demasiado temprano... Mañana es fin de semana y por fin podré dormir hasta tarde.

—Bien. Ven cuando quieras. Vamos a pasar todo el día de mañana en casa de Ning—. Dijo Huaisang.

—¿No deberíamos preguntarle a Li-jie si está dispuesta a cocinar para tantos de nosotros?— Preguntó Ning.

—Naah, a Jie le encanta cocinar. Le encantará tenernos cerca—. Cheng sonrió.

—Está bien, entonces es un plan. ¡Woohoo!— HuaiSang levantó su puño en el aire mientras gritaba de alegría. —Comida aquí voy.

Después de dejar a Ning en su casa y darle las buenas noches a YanLi, el variopinto grupo se dirigió al departamento que Wei WuXian compartía con Cheng. WangJi había estacionado su moto allí, así que los acompañó hasta el estacionamiento. Cheng y Sang se habían adelantado para comprar un helado en la tienda cercana al complejo de viviendas, dejando a Wei WuXian y a WangJi solos.

—Gracias por esta noche, Lan Zhan—. Dijo Wei WuXian, sintiéndose un poco triste porque era hora de volver a casa. Se dio la vuelta para marcharse, pero WangJi seguía sosteniendo su mano, así que lo miró interrogativamente.

—Wei Ying, ¿puedes venir conmigo? Tengo algo que mostrarte.

No se dio cuenta de que había asentido con la cabeza hasta que lo arrastraron hasta la moto de WangJi. Antes de subir a la moto, le envió un rápido mensaje al GC.

Gays, Lan Zhan quiere enseñarme algo, así que me voy con él. No me esperen despiertos. Además, Cheng, no te olvides de ponerte hielo en los nudillos o mañana estarán hinchados.

Yo me encargaré de Cheng, Xian. Ahora vete y no te preocupes por nosotros. HuaiSang respondió.

Genial, nos vemos mañana en casa de Ning.

Con eso, guardó su teléfono y se dio cuenta de que había sido arrastrado hasta donde Lan WangJi había estacionado su moto.

—¿Otra vez...?— Gimió exasperado, recordando la última vez que estuvo en la parte trasera de esta moto.

—Vamos, gallina, es un paseo corto desde aquí—, sonrió WangJi, —y te prometo que no cruzaré el límite de velocidad—. Hizo la señal de juramento con los dedos y luego le dio el casco de repuesto. Después de conocer a Wei WuXian, WangJi había empezado a llevar el casco de repuesto en su moto en todo momento. Entonces dijo con entusiasmo: —Súbete.

Wei WuXian entrecerró los ojos, dudando de las palabras del otro, pero finalmente se subió a la moto.

—Entonces...

—Entonces...— WangJi extendió su mano detrás de él y luego la envolvió alrededor de su torso, una mano descansando ligeramente sobre los dedos entrelazados de Wei WuXian.

—¿A dónde quieres llevarme?— preguntó Wei WuXian, un poco sin aliento.

Lan WangJi miró hacia atrás y esbozó una sonrisa. —A la farmacia.

Él balbuceó: —¿Qué? ¿Estás bromeando? Y yo que pensaba que me llevarías a un lugar agradable. ¡Humph!— Hizo un puchero.

WangJi se rió a carcajadas. —Eso también, pero primero tenemos que ocuparnos de esto—, le dio unos ligeros golpecitos en el labio al otro, haciéndolo hacer una mueca de dolor. —¿Ves? Entonces, primero la farmacia.

—¡Bien!— Murmuró, fingiendo enfado, lo que hizo reír a WangJi de nuevo.

Después de que Lan WangJi se ocupara de la herida de Wei WuXian, volvió a tapar el frasco de antiséptico y lo guardó en su bolsillo.

—¿Ahora a dónde vamos?

—Paciencia conejito. Lo único que puedo decirte es que te va a encantar. Cierra los ojos y confía en mí

—Ooh... misterioso—, puso los ojos en blanco exageradamente, pero hizo lo que le pedía de todos modos.

Lan WangJi se rió y arrancó la moto. Retumbó y rugió a la vida, como un monstruo gigante y entonces se pusieron en marcha, de nuevo.