Stendhal Syndrome || SeongJoong

VII

— ¿Siempre hemos sido tres?

—No. Él es nuevo

—Oh, menos mal. Pensé que lo había ignorado hasta ahora.

Yeosang es... Muy bello.

Lo aturde que le causa alegría.

No es más bello que Seonghwa, es tan bello como Wooyoung y ¡Lo hace sonreír! Lo hace tonto estar tanto tiempo con ellos. Sin embargo, le gusta más que estar en casa. Adora ver las nubes que forman en torno a ellos. Los árboles que crecen y sus ropas llenas de volantes y encajes para adornarlos. Son niños mimados. Son niños lindos.

Ellos que pertenecen en un picnic a mitad de bosque, disfrutando cantos, danza y siendo acosados por ojos en la penumbra, figuras misteriosas hechas de forma descuidada por pinceles desgastados. Cómo pintura goteando.

Y que cuando son evidentes, son sátiros.

Los que acosan y quieren abusar de esas encantadoras ninfas que tan solo se divierten.

—Él deja su mente volar incluso más lejos que tú. —bromea Wooyoung y Yeosang se ríe, abrazando a Hongjoong.

—Bievenido ¡Estar aquí es mejor que en cualquier parte! Sobre todo cuando Seonghwa- ¿No?

Wooyoung le hace gestos de que se calle. Hongjoong está demasiado ensimismado como para darse cuenta.

Más flores que surgen. Más árboles que los rodean. Más sonrojo a sus mejillas y más belleza en los trazos perfectos para hacerlos ver cómo las ninfas soñadas por el pintor.

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Seonghwa hoy está enojada.

Rabiando sobre quien sabe qué cosa.

Hongjoong podría saber, pero está demasiado idiotizado como para prestar atención.

Para San es muy divertido de admirar. Realmente Hongjoong esta loco por la mera existencia de Seonghwa. Sea en el estado en el que esté o que amenace con matarlo cada dos frases.

— ¿Algo que decir por lo que hizo tu familia de mierda?

—Maté a mí hermano mayor mordiéndole el cuello. —dice Hongjoong entre risas.

Seonghwa arruga más el entrecejo. Su rostro sucio, el cabello suelto con algunos mechones quemados (tal como parte de la ropa). Tiene un pequeño corte en el pómulo y morado más abajo. Mira hacia San, pidiendo una confirmación a esa información. Esperó cualquier cosa, menos esa respuesta. San da un suspiro.

—Investigué como me pidió, hasta hoy pude confirmar que... sí, él lo mató. No sobrevivió a que le rompiera vasos, nervios y demás partes vitales del cuello. Tenía esperanzas de que me dijera la razón, pero ya sabe como es. —apunta San y Seonghwa suelta aire por la boca, moviendo la mandíbula y volviendo hacia Hongjoong, apretándole la cara. Incluso una de sus uñas se rompió.

— ¿Sabias que iban a atacarme hoy y a destruir mi almacén? —Hongjoong dice que no, de forma apenas comprensible—. ¿Sabías que iba a ir ahí? ¿Ellos te lo dijeron?

—Mis hermanos vigilan tus almacenes. Quieren matarte. Son muy tontos. No podrían matarte. —afirma Hongjoong con una sonrisa y Seonghwa lo suelta bruscamente.

—No matarme, pero sí afectarme... No puedo darme lujos de perder gente, mercancía, lugares o dinero—reclama entre dientes—. Si eso llegara a suceder, si alguna otra familia lo nota, vendrían por mí cabeza y ¿Eso quieres? ¿Qué me maten? O que me conviertan en una esclava.

—Eso no va a pasar. es-

— ¡PUEDE! ¡PASAR!

San retrocede por precaución, Jongho quisiera salir de aquí y Mingi se queda afuera. Apenas venía y detiene a Wooyoung y Yeosang de entrar. Seonghwa en su grito histérico es algo que nunca ha escuchado.