VIII

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[varios días antes]

- ¡NO SABES A QUIEN ME ENCONTRÉ AYER EN EL SUPERMERCADO MARTIN! -llegó gritando Paul, sentándose al lado de su amigo en clase-.

- Ay dios cuanta emoción, ¿a quién? -dijo Martin levantando la cabeza de su cuaderno, extrañado por la felicidad de su compañero-.

- ¡A ÁLVARO! -soltó Paul pegando un chillido, a la vez que botaba en su silla de emoción con una sonrisa de oreja a oreja-. Y no sabes la vergüenza que pasé, Martin. ¡Imagínate! Yo, en pijama, despeinado, en chanclas, que tuve que bajar a por una cosa rápida de la tienda y me lo tengo que encontrar a él. -se lamentaba-.

Martin no pudo evitar reprimir una risa al ver el repentino cambio de humor de su amigo.

- ¿Y qué? ¿Hablaste con él?

Paul lo miró como si acabase de decir la mayor estupidez del mundo.

- ¿Pero tú estás loco? ¿Cómo iba a hablarle teniendo en cuenta mis pintas? 

Martin negó con la cabeza, mientras volvía a centrarse en su cuaderno.

- ¿Eres consciente de que si te gusta tendrás que entablar conversación con él en algún momento, verdad?

Paul bufó en respuesta, mientras comenzaba a sacar sus cosas de su mochila. 

- Eso ya lo veremos.

[presente, antes de la quedada]

- ¡Te lo juro que es verdad! -exclamaba Paul mientras se limpiaba las lágrimas que se le habían saltado a causa de las risas-.

- Su cara en ese momento tuvo que haber sido impresionante -dijo Martin entre carcajadas.

Ambos chicos se encontraban saliendo de su última clase. Al llegar al aparcamiento, Martin divisó el coche de su mejor amigo, ya que iban a ir a comer con el grupo esa tarde.

- Bueno, me voy ya, que me esperan, pero me vas a tener que acabar de contar eso otro día -se despidió Martin de su amigo mientras le abrazaba-.

- Dale saludos a mi marido cuando lo veas -suspiró Paul con una sonrisa cuando se separaron-.

Martin lo miró confundido.

- Álvaro. -aclaró Paul encogiéndose de hombros-.

Martin soltó una carcajada mientras negaba con la cabeza, y se encaminaba hacia el coche. Sin embargo, de repente una idea se cruzó por tu mente. Él iba a ver a Álvaro. Paul quiere conocer a Álvaro. Todo encajaba.

- ¡Paul, espera! -se giró de vuelta Martin, corriendo para alcanzar a su amigo-.

Éste se giró confundido.

- ¿Qué tal si le saludas tú mismo?

Paul abrió los ojos con sorpresa.

- Estás diciendo que... 

- ¿Tienes algo que hacer esta tarde?

- No pero..

- ¡Perfecto! -exclamó Martin sonriendo, mientras arrastraba a Paul consigo hacia el coche-.

- Martin, no, espera, qué vergüenza, no me he mentalizado todavía..

Martin el chistó para que se callase cuando legaron al coche. Convencer a Juanjo para que permitiese a Paul venir con ellos no fue difícil, pero Martin conocía a su mejor amigo más que nadie, y sabía que algo no le había acabado de gustar. Decidió aligerar el ambiente sacando cualquier tema de conversación que se le ocurriese, y se anotó mentalmente preguntarle a Juanjo si le ocurría algo.

Significas demasiado | JUANTIN OT23Donde viven las historias. Descúbrelo ahora