BEATS OF BETRAYAL - KOOKV - JHULYTK

CAPÍTULO 4

Después de la fiesta en el club de Bélgica, Jungkook no pudo dejar de pensar en Taehyung. Esa noche había encendido en él una chispa de esperanza y un deseo ferviente de reavivar lo que una vez tuvieron. Utilizando sus contactos y conexiones, Jungkook consiguió el número de Taehyung.

Al llegar a su apartamento, Taehyung se dejó caer en el sofá. Los recuerdos de la fiesta en Bélgica seguían frescos en su mente. Jungkook había sido tan encantador, tan persistente en su intento de acercarse. Taehyung recordó cómo había terminado cediendo a la invitación a bailar, cómo las luces del club iluminaban el rostro de Jungkook y cómo se sintió especial bajo su mirada.

Esa tarde, mientras descansaba en su apartamento, su teléfono vibró con un mensaje de un número desconocido. Sentado en su sofá, con una taza de té en la mano, Taehyung levantó el teléfono y leyó el mensaje.

Mensaje: —Hola, Taehyung. Soy Jungkook. Me encantaría poder hablar contigo. ¿Podríamos vernos hoy en la cafetería de la esquina xx a las 7pm? Reservé un lugar tranquilo para nosotros.

Taehyung miró el mensaje con escepticismo. Pensando en todo lo que había sucedido, decidió darle una oportunidad a Jungkook, aunque fuera solo para hablar sobre confidencialidad y dejar claras sus intenciones.

Respuesta: —Está bien. Nos vemos allí.

La cafetería estaba vacía cuando Taehyung llegó, salvo por Jungkook, que estaba sentado en una mesa en el rincón, esperándolo. Jungkook se levantó y le sonrió, un gesto que casi hizo que Taehyung se sintiera cómodo. La cálida luz de la tarde entraba por las ventanas, creando un ambiente acogedor.

—Hola, Taehyung. Gracias por venir —dijo Jungkook, su voz suave y cargada de emoción.

—Hola, Jungkook —respondió Taehyung, tomando asiento. —¿Por qué todo esto?

Jungkook respiró profundamente, su mirada fija en los ojos de Taehyung.

—Quería hablar contigo en privado, sin interrupciones —explicó Jungkook. —Hay algo importante que necesito decirte.

Taehyung asintió, su desconfianza inicial aún presente. Jungkook lo miró con ternura y, lentamente, tomó su mano.

—Taehyung, sé que esto suena extraño, pero nosotros nos conocimos hace mucho tiempo. Solíamos pasar horas juntos, riendo y soñando. Uno de mis recuerdos favoritos es cuando fuimos al parque de diversiones y nos subimos a la montaña rusa. Tú estabas tan asustado, pero yo te tomé de la mano y te prometí que todo estaría bien.

El contacto de su mano era cálido y firme, pero Taehyung retiró su mano, incómodo por la cercanía y el tono coqueto de Jungkook.

—Es difícil creer todo esto. Apenas te conozco, y esto... esto es demasiado —dijo Taehyung, frunciendo el ceño y sintiendo un nudo en el estómago.

Jungkook suspiró, intentando mantenerse calmado. Sus ojos reflejaban una mezcla de esperanza y desesperación.

—Lo sé, Taehyung. Sé que es mucho para asimilar, pero solo quiero que me des una oportunidad para demostrarte que todo esto es real.

Taehyung miró a Jungkook, tratando de encontrar alguna señal de que todo lo que decía era cierto. Pero sus recuerdos eran nebulosos, y la incertidumbre lo abrumaba.

—Jungkook, lo siento, pero no puedo hacer esto. Necesito tiempo para procesar todo —dijo Taehyung, levantándose de la silla, sintiendo una mezcla de tristeza y confusión.

—Por favor, déjame llevarte a casa —ofreció Jungkook, con la esperanza de al menos prolongar un poco más el tiempo juntos.

—No, gracias. Prefiero irme solo —respondió Taehyung, casi molesto, mientras se dirigía a la salida.

Taehyung estaba a punto de abrir la puerta de la cafetería cuando escuchó una voz detrás de él, llamándolo por un apodo que casi había olvidado.

—¡TaeTae! —exclamó Jungkook con urgencia. —Por favor, quédate.

Taehyung se detuvo en seco, sus ojos se abrieron con sorpresa. Se giró lentamente para mirar a Jungkook, su corazón latiendo con fuerza. Ese apodo... solo sus padres y amigos de la infancia lo usaban. La confusión se mezclaba con un atisbo de reconocimiento.

—¿Quién eres? —preguntó Taehyung, su voz llena de confusión y frustración, mientras sentía que algo se removía en su memoria.

Jungkook dio un paso adelante, su mirada llena de sinceridad y tristeza.

—Soy Jungkook, tu amigo de la infancia. Pasamos tantos momentos juntos, y siempre te llamé TaeTae porque eras especial para mí. Por favor, no te vayas. Solo dame una oportunidad para demostrarte que no estoy mintiendo.

Taehyung se quedó en silencio, sintiendo una mezcla de emociones. La frustración por no recordar, la curiosidad por saber más y la leve chispa de algo familiar que resonaba en su corazón.

—Está bien, Jungkook —dijo finalmente, con un suspiro. —Pero necesito tiempo. No puedo prometerte nada, pero trataré de recordar.

Jungkook asintió, una leve sonrisa de alivio apareciendo en su rostro, sus ojos brillando con una mezcla de esperanza y gratitud.

—Gracias, TaeTae. Gracias por darme una oportunidad.

Mientras Taehyung salía de la cafetería, sintió que algo comenzaba a despertar dentro de él. Tal vez, solo tal vez, podría encontrar las respuestas que tanto anhelaba en este enigmático hombre que afirmaba ser su pasado. Cada paso que daba fuera de la cafetería, llevaba consigo una mezcla de incertidumbre y esperanza. Sentía que estaba en el umbral de algo significativo, algo que podría cambiar su vida para siempre.

Jungkook observó a Taehyung alejarse, sus pensamientos llenos de determinación y anhelo. Sabía que no sería fácil, pero estaba dispuesto a hacer todo lo necesario para que Taehyung recordara. Porque en el fondo, Jungkook también anhelaba recuperar aquellos días felices, aquellos momentos compartidos que definieron una parte importante de su vida.

"Nunca te dejaré ir de nuevo".