En el deslumbrante mundo de las carreras de alta velocidad y la fama resplandeciente, dos corazones laten al ritmo del destino en Beats of Betrayal.
Jungkook, un prodigio de las carreras egocéntrico, lo tiene todo: fama, fortuna y la emoción de la p...
Era una mañana tranquila y soleada cuando Jungkook despertó con el aroma del café recién hecho. Se desperezó lentamente, disfrutando del suave calor del sol que se filtraba por las cortinas. Al entrar a la cocina, encontró a Taehyung concentrado en la cafetera, su expresión tranquila y serena mientras vertía el líquido oscuro en dos tazas.
—Buenos días, hermoso —dijo Jungkook, acercándose para abrazar a Taehyung por la espalda y besarle la mejilla.
—Buenos días, Kook —respondió Taehyung con una sonrisa cálida, sus ojos brillando con afecto. —¿Panqueques?
—Con mucho sirope, por favor —dijo Jungkook, guiñándole un ojo de manera juguetona.
Taehyung asintió, y mientras vertía la mezcla en la sartén, Jungkook tomó una botella de sirope y dibujó un corazón en uno de los panqueques que ya estaba listo.
—Este es especial para ti —dijo Jungkook, entregándoselo a Taehyung con una sonrisa.
Ambos rieron y comenzaron a disfrutar del desayuno. De repente, una nube de harina llenó el aire cuando Jungkook accidentalmente derramó un poco al mezclar la masa.
—¡Oh, no! —exclamó Taehyung, riendo mientras trataba de limpiarse la harina de la cara.
—Lo siento —dijo Jungkook, tratando de contener la risa, pero no pudo evitar que se le escapara una carcajada.
Lo que comenzó como un intento de limpieza terminó en una pequeña "batalla" de harina. Jungkook y Taehyung se lanzaban pequeñas nubes blancas el uno al otro, sus risas resonando en la cocina. Jungkook, con el cabello y la cara salpicados de harina, logró esquivar una "bala" de Taehyung y contraatacó, logrando cubrir aún más a su pareja.
—¡Está bien, está bien, me rindo! —dijo Taehyung, levantando las manos en señal de paz, aunque no podía dejar de reír.
Ambos se miraron a los ojos, sus risas disminuyendo a suaves sonrisas mientras recuperaban el aliento. Jungkook se acercó, tomando suavemente el rostro de Taehyung entre sus manos.
—Eres lo mejor de mis mañanas —murmuró Jungkook antes de darle un beso suave en los labios.
—Y tú eres el mío —respondió Taehyung, abrazándolo con fuerza.
La cocina estaba hecha un desastre, pero eso no importaba. En ese momento, lo único que importaba era la felicidad que compartían y el amor que se tenían el uno al otro.
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[18 - Agosto - 2020]
Una tarde, decidieron visitar un mercado local en Bruselas. El sol estaba comenzando a descender, pintando el cielo con tonos anaranjados y rosados. La brisa era suave y cálida, y el ambiente del mercado estaba lleno de vida y colores vibrantes. Jungkook, con una sonrisa traviesa, insistió en comprarle flores a Taehyung.
