6. 𝑅𝑒𝑚𝑖𝑛𝑖𝑠𝑐𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎𝑠 𝑑𝑒𝑙 𝐴𝑙𝑚𝑎

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"𝐸𝑠𝑡𝑎𝑚𝑜𝑠 𝑐𝑒𝑟𝑐𝑎 𝑑𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑝𝑎𝑠𝑒 𝑒𝑙 𝑠𝑢𝑐𝑒𝑠𝑜"

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"𝐸𝑠𝑡𝑎𝑚𝑜𝑠 𝑐𝑒𝑟𝑐𝑎 𝑑𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑝𝑎𝑠𝑒 𝑒𝑙 𝑠𝑢𝑐𝑒𝑠𝑜"


Desperté con la primera luz del amanecer filtrándose por las cortinas de mi cuarto. Sentí un nudo en el estómago, una mezcla de ansiedad y anticipación. Hoy era el día. El día en que volvería a Colombia después de tantos años.

Me quedé un rato en la cama, mirando el techo y tratando de ordenar mis pensamientos. No había vuelta atrás. El boleto estaba comprado, las maletas estaban listas, y mi mamá ya me había alentado anoche, con un abrazo cálido y sus palabras resonando en mi cabeza.

“Richard, mijo, la vida es un sancocho: a veces hay que revolverla para encontrar lo bueno.”

Me levanté y me dirigí al baño. El agua fría me despejó un poco la mente, pero no logró calmar la tormenta de emociones que sentía. Me vestí con ropa cómoda para el vuelo y revisé mi teléfono. Ningún mensaje nuevo, pero eso no era sorpresa. No había hablado con nadie de allá en mucho tiempo, excepto por mi prima, Juvena.

Mientras me dirigía a la cocina para preparar un café rápido, pensé en lo que me esperaba. Volver a un país en el cual deje una parte de mi ser y enfrentar a personas y recuerdos que había intentado enterrar. Y, por supuesto, estaba Victoria. La persona que más temía ver y, al mismo tiempo, la que más deseaba encontrar. Pero la verdad era que no sabía si alguna vez me cruzaría con ella. Colombia era grande, y nuestras vidas podían haberse separado para siempre. No estaba seguro de si volvería a ver a Victoria, ni si la reconocería después de todos estos años.

Además, estaba el tema de la selección. Ser convocado para jugar con Colombia en la Copa América era un sueño hecho realidad, pero también una presión adicional. Todo el país tendría los ojos puestos en nosotros, y yo tenía que estar a la altura de las expectativas.

Con el café en la mano, me senté un momento en la mesa de la cocina. Sentí el peso de los años que había pasado lejos, la culpa de las palabras hirientes y las acciones egoístas. Intenté imaginar cómo sería verla de nuevo, pero cada intento me llenaba de más dudas y preguntas.

Terminé el café y tomé las maletas. El taxi ya estaba esperando afuera, así que no había tiempo para más reflexiones. Cerré la puerta del apartamento con una mezcla de nostalgia y determinación. Este era el primer paso de un viaje que, esperaba, me llevaría a encontrar una parte de mi pasado.

El trayecto al aeropuerto fue tranquilo. El tráfico matutino de São Paulo apenas comenzaba a despertar, y el bullicio de la ciudad me dio una especie de paz momentánea. Miré por la ventana, viendo pasar los edificios y la gente, y traté de enfocarme en lo que venía.

Al llegar al aeropuerto, todo pasó en una especie de neblina. El check-in, el control de seguridad, la espera en la sala de embarque. Finalmente, el momento llegó. Subí al avión, encontré mi asiento y me acomodé. Cerré los ojos por un instante, respirando profundamente.

Cᴏɴᴅᴇɴᴀᴅᴏs ᴀ ǫᴜᴇʀᴇʀsᴇ - Richard Ríos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora