Lisa vive un infierno en su casa, su padre es un alcohólico que abusa de ella, su vida es horrible. No tiene amigos, simplemente dedica su tiempo a trabajar para poder pagar sus estudios.
Jennie es la maestra mas gruñona de la escuela, casi siempre...
Después de ese reencuentro apasionado, supe que mi corazón había sanado por fin. Ya no era la pequeña dañada y con el corazón roto que había sido durante tanto tiempo. Jennie había sido mi maestra, mi guía, mi amor. Me había enseñado a amar de nuevo, a confiar de nuevo.
Y no solo Jennie había estado a mi lado durante este viaje. Mis mejores amigas, Jisoo y Rose, habían sido mi apoyo incondicional. Me habían escuchado, me habían abrazado, me habían hecho reír cuando más lo necesitaba.
Jennie y yo nos miramos a los ojos, sabiendo que nuestro amor había superado todos los obstáculos. Nos besamos suavemente, saboreando el momento.
"Te amo", le dije.
"Te amo", me respondió.
Y en ese momento, supe que todo estaba bien. Mi corazón había sanado, mi alma había encontrado la paz. Jennie era mi hogar, mi refugio.
Y con Jisoo y Rose a nuestro lado, sabíamos que nada podría separarnos de nuevo. Éramos un equipo, unidas por la amistad y el amor.
Así que vivimos felices para siempre, Jennie y yo, rodeadas de amor, amistad y felicidad.
Jennie y yo nos miramos a los ojos, sonriendo. Sabíamos que nuestro amor era fuerte, que nada podría romperlo.
Y en ese momento, decidimos empezar una nueva vida juntas. Nos mudamos a una hermosa casa en el campo, rodeadas de naturaleza y tranquilidad.
Jisoo y Rose vinieron a visitarnos a menudo, y nos acompañaban en nuestras aventuras. Viajamos por el mundo, exploramos nuevos lugares, probamos nuevos sabores.
Pero lo más importante era que estábamos juntas. Jennie y yo, mano a mano, corazón a corazón.
Un día, Jennie me tomó de la mano y me llevó a un hermoso jardín. Me miró a los ojos y me dijo: "Lisa, desde el momento en que te conocí, supe que eras especial. Quiero pasar el resto de mi vida contigo. ¿Quieres casarte conmigo?"
Me quedé sin aliento. ¡Era el momento más feliz de mi vida! ¡Claro que sí!, le dije, llorando de felicidad.
Y así, rodeadas de nuestras amigas y familiares, nos casamos en un hermoso jardín, bajo un cielo azul y soleado.
Y vivimos felices, Jennie y yo, amándonos cada día más, cada día más fuertes.
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