Amo tu secreto

#08 -El trato con el antiguo

Narrador

La joven pareja estaba en su lugar seguro, rodeados de la hermosa naturaleza y el cantar de algunos pájaros. El demonio estaba recostado sobre la piernas de su pareja, con sus ojos cerrados y una leve sonrisa en su rostro; estaba feliz y con tanta paz.
Ella estaba recargada contra el grueso tronco de un árbol, jugando con el cabello oscuro del chico.

Ella sintió que no podía contenerse así que habló:

—Amo esto. —soltó de la nada, haciendo que el chico abriera sus ojos.

—¿Qué cosa? —preguntó

—Estar contigo.

Zeldris no respondió de inmediato, estaba ocupado ocultando la sonrisa que se le había escapado.

—A veces eres tan sentimental.

Y aunque lo dijo solo para disimular el sonrojo en su rostro, ella sabía que esas palabras significaban en realidad algo más hermoso.

—Te amo, Zel.

Entonces el príncipe se sonrojó aún más, iba a responderle, pero ella ganó la palabra.

—Cada momento contigo, queda guardado en mi corazón y en mi mente, Zel.

—Créeme que a mí me pasa lo mismo, cielo.

Pero su cerebro comenzó a trabajar rapidamente: "mente". Una idea tonta pero quizás correcta pasó por su cabeza en un segundo.
Ellos no podían seguir así; escondiéndose por siempre, viviendo con el temor de ser descubiertos y esperar lo peor. Y en sí fue más eso lo que motivó el pensamiento de Zeldris: que (Tn) no podía vivir para siempre escondida de todas las razas, aislada de todos, oculta como si fuese algo malo, cuando enrealidad era lo más hermoso e hipnotizante que él había visto en su vida.

Zeldris abrió los ojos

—Memorias. —soltó, acomodándose sobre su brazo derecho para poder verla a ella al rostro. —Ya lo tengo. El cómo te unirás ya a un clan.

—¿Y cómo sería eso, según tú? —preguntó ella.

—Gowther.

Entonces ella recordó algo que Gloxinia le había platicado hace tiempo.

"—Existen 10 mandamientos: Meliodas, Calmadios, Aranak, Zeno, Derieri, Monspeet, Galand, Melascula, Grayroad y Gowther..."

—¿El mandamiento?

Zeldros asintió, supuso que tanto Gloxinia como Drole le habían hablado de eso.

—Es un mago. —aclaró. —Poderoso, y eso es lo que importa, tiene habilidades sorprendentes y creo que podrá con esto.

—Espera. —dijo ella sacudiendo la cabeza. —Esto es muy arriesgado, sabrá de lo nuestro, ¿y si no ayuda? ¿Y si habla con tu padre y...

—Tranquila. —le interrumpió él, sentandose frente a ella. —Nos ayudará, estoy seguro. Haré un trato con él.

Ella se quedó callada, pensando.

Eso no asegura que nos ayude. Pero si de verdad pudiera... podría salir al mundo... Podría conocer por mi misma...

El solo pensar que podría salir, descubrir ella misma el mundo y ser libre desató una felicidad enorme en su pecho.

Pero es muy arriesgado. Nos gastigarían a ambos.

—No lo harán si no lo descubren.

Ella lo miró directo a los ojos.