#11- El Renacer

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Narrador

Habían pasado casi tres mil años desde que la Guerra Santa finalizó, desde que (Tn) fue sellada, sin saber qué pasó con su demonio y con el resto de los demás.

Meliodas logró sobrevir por la maldición que le impusieron, viviendo en Danafor, siendo líder de los caballero de dicho reino, pero tenía algo que hacer... Tenía que liberar a su mejor amiga.

El rubio se dirigía a donde había visto por última vez a su amiga, donde ella casi perdía la vida. Llegando alas afueras del Bosque del Rey Hada buscó el lugar donde la había sellado, encontrándose con dicho sello se dispuso a liberarla de su profundo sueño.

—Perdón por la espera (Tn)... Pero estoy seguro que tú hubieras querido lo mimo. —dijo el rubio con algo de tristeza.

Meliodas hizo un movimiento y el sello comenzaba a romperse y se podía apreciar la silueta de una chica, y en la cara de Meliodas se formo una sorisa.

(Tn)

Vi la oscuridad agrietarse, y a la luz tomar el poder, entonces un dolor... Un dolor que me asotó terriblemente en mi espalda, me tenté en donde me dolía, y la sorpresa fue aún más grande que el dolor que sentía; mis alas... mis dos pares de alas ya no estaban. Cuando quité mi mano y la vi, estaba toda llena de sangre. Me tenté de nuevo, como si en realidad me hubiese equivocado, pero no, no tenía nada. Mis ojos se llenaron de lágrimas por el dolor, pero no el que sentía en mi cuerpo, sino aquel que explotó en mi cabeza y en mi corazón.

Me habían arrancado mis hermosas halas.

Solté un gritó que me desgarró la garganta, mis fuerzas desaparecieron en un segundo y caí de rodillas al suelo,  deseando que esto solo fuera un error, volví a tentar mi espalda, pero solo sentí mi sangre.

Entonces recordé todo. Los recuerdos de la guerra me asotaron con fuerza: el cómo vi a todos esos sacrificados, cómo explotaba todo el caos, y un vago recuerdo de mi cuerpo lleno de heridas, después solo oscuridad.

No recuerdo nada...

¿Qué mierda pasó ese día?

Mis alas...

Me las habían arrancado y ni siquiera recuerdo en qué momento o quién. Me habían golpeado, me habían dejado tan herida y tampoco lo recuerdo...

¿Qué hicieron conmigo...? ¿Qué me hicieron?

Mis lágrimas no paraban de salir, eran tantas... mi dolor era tanto...

¿Quién me hizo esto...?

Otro recuerdo que me llegó de golpe fue cuando estaba con él...

" —No... —sollozó, y su lágrima cayó sobre mi mano que él sostenía contra su pecho. —Por favor no... No puedes hacerme esto...

—Zel... Sabes que no... no me importa... —mi voz era tan débil que apenas me salía en un susurro que no estaba segura si él podía escuchar. —morir en tus brazos...

—No puedo perderte... No quiero... —me miró entonces con sus ojos totalmente oscuros, y las lágrimas resbalando, y en sus ojos podía ver la duda, la duda sobre lo que estaba pensando. —Te voy a salvar... No quiero que sea así... —otro sollozo. —Perdóname...

Oscuridad"

Cuando sentí una mano sobre mi hombro di un brinco y me arrastré hacia atrás, el cuerpo me explotó en un dolor insoportable, con los ojos llenos de lágrimas, mi corazón queriendo salirse y el miedo apoderado de mí.

Amo tu secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora