Narrador
Había pasado un tiempo desde que (Tn) logró unirse al Clan de las Diosas. Todo parecía marchar a ma perfección, era como siempre hubiese sido una de ellas. Tenía a Elizabeth, quien era su hermana mayor, y aunque eso le costó a la castaña, el tener que fingir que tenía una hermana, también hubo más problemas, algunas diosas la miraban con algo que no podía deducir si era desconfianza, o celos ¿Serían sus hermosas alas? Ella no tenía la culpa, era, en realidad, algo que a ella le gustaba presumir.
Todo por un momento pareció estar bien; (Tn) fortaleció su relación con Zeldris. Comprendieron a usar si extraña habilidad para hablar en sus mentes, ¿el origen de eso? Aún desconocido para ambos, pero les agradaba. Meliodas y ella charlaban de vez en cuando, se había convertido en alguien cercano a ella, en especial, se había convertido en su amigo. Ella aún recordaba el temor y nervios al contarle la verdad sobre ella, sobre sus orígenes, y sobre la relación que tenía con el hermano menor. ¿La reacción de Meliodas? Una sincera sonrisa, le tendió la mano, como señal de confianza y respeto.
Pasaban buenos momentos, Zeldris se enteró de la amistad entre su novia y su hermano, y una vez que el rubio los descubrió en sus citas fuera del bosque encantado, Zeldris ya no pudo negar su relación. Así pasaron un tiempo, con algunas salidas entre los dos hermanos y las chicas.Felicidad y momentos hermosos que fortalecían la habilidad mágica de (Tn); las emociones.
Almenos así era, hasta que llegó el día que lo cambió todo; traición. La traición de Meliodas hacia su raza marcó y antes y después. Cuando los rumores de que la causa de esa traición fue que era pareja de la hija de la Deidad Suprema se convirtió en algo oficial, un gran revuelo se presentó en todas las razas. Las diosas aprovechando tal desventaja trataban de ganar contra los demonios, causando problemas a Zeldris y por ende a su pareja.
Sus encuentros había disminuido con todo el caos, ya no se veían todos los días, ahora eran más lejanos, y de no haber sido por esa conexión en sus mentes, ambos ya se habrían vuelto locos.
Se había formado "Stigma" un grupo conformado por diosas, hadas y gigantes para solucionar a lo que se le llamó "Guerra Santa". Su líder, Ludociel
Y entre sus miembros estaba Gloxinia, Drole, y el mismo Meliodas al igual que Elizabeth.Allí estaban ahora, sentados en una de las pequeñas colinas flotantes del Bosque Encantado, aprovechando el poco tiempo que lograron tener para ellos.
-Zel ya. -soltó ella ya sin poder contenerse. -Estás tan serio y molesto siempre.
Él pareció reaccionar, sacudió levemente su cabeza, como apartando un pensamiento.
-Lo siento. Es solo que todos estos problemas me tienen de verdad agobiado y... frustrado.
Ella lo sentía, sentía todas aquellas emociones negativas en él.
-Es que cómo es posible... -comenzó a decir, en realidad más para él mismo que para ella. -Mi her... -se detuvo de golpe, como si el pronunciar aquella palabra fuese un error. -Meliodas nos traicionó.
Entonces las emociones negativas aumentaron. Odio. Odio puro había en su corazón.
-Zel, almenos trata de enter. Arriesgó todo por la mujer que ama.
-¡Es que no lo entiendes! ¡Nos abandonó! Nos traicionó por una...
Se detuvo tan pronto como había comenzado a hablar. Maldijo en su interior al darse cuenta de su gran error.
-¿Una qué, Zeldris? -preguntó ella, con una expresión seria.
Zeldris suspiró arrepentido.
-Lo siento... Sabes que no lo quise decir con esa intención. Es solo que...
-otro suspiro cansado. (Tn) se acercó a él y lo abrazó, colocando la cabeza de su amado contra su pecho, entonces sintió cómo lo negativo en él desaparecía. -Todo lo que Meliodas hacía ahora es mi trabajo. Tengo que ir a demasiadas misiones, debo proteger mi reino. Tengo que tomar enserió mi papel de príncipe, del único ahora.
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Amo tu secreto
FanfictionPorque el demonio se enamoró de ella, se enamoró de su perdición, de su caos, se enamoró de aquello que era prohibido para él, porque estaba atado a ella. "Voy a encontrar la forma de volver a ti, ya no me importa mi poder ni a lo que yo me enfrente...