Les dejo advertencia de temas sensibles sobre negligencia infantil, claustrofobia que casi casi no se explica del todo. Sentimientos de culpa y platicas que son necesarias.
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Harry estaba un poco demasiado desesperado por salir de la enfermería, a Draco no se le había permitido quedarse otra noche aunque eso no impidió que tomara la capa de invisibilidad de Harry y apareciera a un lado de su cama, pero ya llevaba un mes en esa situación..
Harry estaba feliz por eso, ahora tenía a alguien que se colaría en las noches a la enfermería solo para dormir con él o al menos acompañarlo, no es que sea un ingrato y desconozca que Ron haría lo mismo pero ahora que tiene un novio está más de feliz de ver que se arriesgan por él a la furia de Madam Pomfrey si es necesario. Se sentía feliz, adolorido y muy ansioso por salir pero inmensamente feliz, no podía esperar a tener a Draco en la hora de comida ayudando a hacer sus deberes y alimentando lo suficiente para que según sus palabras "no perdiera todo el músculo".
Estaba mirando al techo con aburrimiento, no había nadie que le hiciera compañia, Draco estaba en clases al igual que sus amigos, Andrómeda no había regresado después de que Teddy se le lanzara encima tan pronto vio que al fin estaba despierto, que aunque eso lo hizo muy feliz hizo que sus costillas dolieran enormemente e hizo que su corazón doliera cuando el pequeño rompió en llanto al momento en que Harry no pudo levantarse a jugar con él. La señora Weasley sin embargo le había hecho compañía en algunas tardes, una donde fue regañado por exponerse de esa forma y advertido con recibir un abrazo que lo mandaría de regreso apenas se recupere por completo. No tenía absolutamente nada que hacer, solo mirar el techo y contar las líneas que lo dividían, 140 líneas llevaba hasta el momento.
Harry terminó de contar cuando las puertas de la enfermería fueron abiertas mostrando a Madam Pomfrey.
"Buenos días, señor Potter" saludo.
"Buenos días, señora ¿su mañana ha ido bien?" Harry le sonrió.
"Me imagino que mejor que la suya" Madam Pomfrey extendió su varita y Harry sintió el cosquilleo familiar de su magia recorrerlo "Tengo buenas noticias."
El rostro de Harry se iluminó por completo.
"Saldrá esta tarde, me alegro informarle que solo necesita un poco más de reposo pero podrá tenerlo en la comodidad de su alcoba y podrá retomar sus actividades diarias, aunque el sexo sigue vetado por una semana más, al menos la penetración ¿a entendido?"
El rostro de Harry estalló en color rojo pero asintió, eso lo podría tolerar y sabía que Draco también.
"Beba esto señor Potter, vístase y vaya a su próxima clase" Madam Pomfrey le entregó la poción y le sonrió antes de irse.
Harry bebió la poción sin hacer una sola mueca, se cambió tan rápido como pudo y salió trotando hasta llegar a su habitación, tomó sus cosas y se encaminó hacia el aula de transformaciones, faltaban quince minutos para que su clase iniciara pero esperaría para ver a su novio y amigos.
Estaba ansioso, quería pasear por todo el castillo, caminar con Draco por el lago y lo más extraño de todo... asistir a clases. Estaba tan desesperado que podría asistir a una o dos clases con Binns e incluso levantar la mano para responder o hacer un par de preguntas. Ya se imaginaba la cara del profesor cuando en vez de dormir prestara atención y tomara notas sobre cualquier cosa que se dijera en clases. Tal vez podría hacer unas demostraciones en transformaciones para sorprender al nuevo profesor o incluso podría tomar notas o terminar sus pergaminos de trabajos.
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La cosa es...
Fanfiction"Harry Maldito Potter y su maldita cara bonita después de la segunda guerra mágica ¿como se atrevía tan siquiera a verse tan bien con esas malditas gafas, sudado, lleno de escombros y sus perfectos ojos verdes? acababa de de derrotar al bastardo del...