11. Digno de nadie.

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Ignacio

Salir con Jude era simplemente desestresante, no sólo por las charlas raras que manteníamos y el humor negro que manejábamos, sino que podíamos contarnos cosas que, por lo menos yo, no podía compartir con mis amigos cercanos por obvias razones.

Paralelamente había vuelto a compartir con los muchachos, pero eran encuentros más tranquilos. Ellos se habían asentado, ya no querían salir a beber algo, preferían quedarse en casa y yo pensé que no había tenido las salidas de ellos en su adolescencia y pensé que esta nueva etapa no estaba mal aunque a veces me pasaba factura en el cuerpo. Claro que no siempre nos embriagábamos, no, a veces simplemente bebíamos un poco, bailábamos y conocíamos personas y luego nos íbamos a dormir.

La mayoría de las veces Jude se quedaba en mi departamento, y habíamos hablado en varias oportunidades de poder conseguir una cama de invitados para no hacer las cosas extrañas, aunque en realidad la cama era grande y nunca nos tocábamos, así que por mí y por él, estaba bien.

También habíamos comenzado a salir al cine en compañía de Hugo, Rob y Ray, cuando se estrenaba alguna película de Anime, y me sentía cómodo haciendo eso. Antes nunca había pasado, nunca había ido a un estreno porque ir solo no era una opción y la vez que había invitado a Nano o alguno de los muchachos me habían rechazado amablemente diciendo que "no les gustaban los dibujitos". No entré en discusiones con ellos aunque muchas veces me hubiera gustado hacerlo.

Un fin de semana llevé a Jude a un show de una banda de Kpop. No puedo decir que le encantó, pero ciertamente no le disgustó y mi plan de comenzar de iniciarlo en ese mundo se estaba dando a la perfección. Fui tan sutil que no creo que él se haya dado cuenta de mis intenciones.

Otro día, fue él quien llegó a mi casa, a pesar de que Amelia estaba conmigo, para pasar la noche porque esa madrugada había un comeback que quería ver. Me felicité mentalmente y madrugamos hasta que se presentaron. Fue un logro personal que haya sido de uno de mis artistas favoritos.

Nuestra amistad fue en incremento más rápido cuando Amelia declaró su amor por él. Lo quería. No podía entender por qué, pero ella dijo que lo quería tanto como a Tiziano y eso era inmenso. Quizás tenía que ver con el hecho de que Jude se entretenía jugando con ella o enseñándole a dibujar hasta que era Amelia quien abandonaba el lugar, o el hecho de que había quedado a su cuidado varias veces cuando Eva y yo no teníamos a quién recurrir.

Eva había dejado pasar su enamoramiento efímero por Jude y le agradecí el gesto porque sino hubiera sido un poco incómodo. En cambio, lo había adoptado de amigo también y era incluido en cada evento que teníamos. Fue en uno de esos eventos, su cumpleaños específicamente, que Jude conoció al resto de los muchachos y a mi ex.

Ese sábado Amelia estaba conmigo, así que pasamos a buscar a Jude por la puerta de su edificio y partimos a la casa de mi hermana. Ella me había dicho que los demás estaban invitados también, y yo sabía el cariño que le tenía a cada uno, además no podía decirle nada, era su festejo.

Me hubiera gustado que no invitara a Nano, digo, ella lo odiaba por los dos había dicho alguna vez, pero fue Amelia quien insistió en que lo invitara, a él y a Stephanie.

Al llegar al lugar saludamos a Eva que se veía absolutamente hermosa, le entregamos el regalo que habíamos elegido entre los tres e inmediatamente nos dirigimos al patio exterior donde los muchachos ya se encontraban decorando.

Aún era temprano, pero sabía que ellos se habían ofrecido para ayudar. Sólo Tiziano había avisado que llegaría tarde porque su turno terminaba a las 22 hs. Tampoco estaba Stephanie, pero no sabía la razón y no quería averiguarla tampoco, nada personal, solo que si eso podía hacerlo menos incómodo mejor para todos.

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