Quiéreme A Tu Manera

Capítulo 16. ¿Qué está mal conmigo?

Jake.

El corazón late rápido en mi pecho mientras la multitud ruge a nuestro alrededor, creando un ambiente eléctrico en el estadio. Centro mi mente en el juego, tratando de bloquear las distracciones. Tomo mi posición en el campo y estudio la defensa del equipo contrario. Hay una oportunidad aquí, lo sé. Mis compañeros de equipo están listos para moverse, y en un instante, lanzo el balón. El receptor lo atrapa, y el estadio estalla en aplausos. Avanzamos por el campo con determinación, cada jugada llevándonos más cerca de la victoria. Pero a pesar del ruido ensordecedor, mi atención se desvía hacia las primeras filas, donde veo a Grace. Intento no mirarla, pero es como pedirle a un gato que ignore una lata de atún abierta. ¿Qué pensará de mí? ¿Estará contando las veces que me tropiezo? ¿O tal vez está demasiado ocupada admirando a Liam

Mis ojos la siguen buscando involuntariamente en las gradas. La distancia entre nosotros ha sido abrumadora en estos últimos días. Evitarnos en cada rincón de la escuela ha sido un desafío constante. Y, verla todos los días tan cerca de Liam, compartiendo risas y momentos, solo empeora las cosas. Verlos juntos en el comedor, me hace sentir como si estuviera perdiendo algo importante. Incluso ver que Liam está yendo a su casa, ayudándola con cosas cotidianas. Es como si estuviera perdiendo terreno en una carrera que ni siquiera sabía que estaba corriendo.

Es difícil de tragar, especialmente porque solía ser yo quien estaba ahí para ella en esos momentos. Ahora, ver a Liam ocupando ese lugar me hace sentir incómodo y un poco resentido. Es como si una parte de mi estuviera desapareciendo mientras él ocupa su espacio en su vida.

Trato de sacudirme esos pensamientos mientras me concentro en el siguiente movimiento. Necesito estar presente en el momento, por mi equipo, por mí mismo. Finalmente, llega el momento decisivo. Estamos en los minutos finales del juego y necesitamos un último impulso para asegurar la victoria, guío al equipo hacia adelante, buscando abrirnos paso a través de la defensa rival.

Y entonces, como si fuera una jugada sacada de una película, Liam se lanza a través de la defensa con una habilidad que hasta yo tengo que admirar. Rompe la línea como si fuera mantequilla y se abre paso hacia la gloria. La multitud se vuelve loca, y por un momento, el estadio es un hervidero de alegría pura.

No puedo evitar que una sonrisa se me escape. A pesar de que Liam y yo tenemos nuestras diferencias, el chico tiene talento. Y en ese momento, mientras lo veo celebrar con el equipo, pienso que tal vez no sea tan malo como creía. Es un buen jugador y un buen compañero, después de todo.

Pero mi sonrisa se congela cuando veo el cartel que aparece en las gradas. "Grace, ¿quieres ser mi novia?" Mi corazón se detiene por un segundo que parece eterno. ¿En serio? ¿Aquí y ahora? Siento cómo mis manos se crispan alrededor de mi casco, con ganas de lanzarlo al otro lado del campo. ¿Cómo no vi venir esto? ¿Cómo pudo Liam planear algo así en medio de nuestro partido? Es como si me hubieran sacado el aire de los pulmones.

El estadio es un caos de risas y vítores, pero para mí, todo se reduce al frenético latido de mi corazón y al zumbido de mis pensamientos que no logran callarse. Grace está ahí, con esa sonrisa que podría iluminar el campo entero, y Penn, siempre tan oportuna, le susurra algo que seguro es parte de su plan maestro. La rubia debe estar disfrutando del espectáculo.

Espero contra toda esperanza que Grace ponga las cosas en claro con el tonto australiano, pero mi mundo se desmorona cuando ella corre hacia él y lo abraza. El tiempo se ralentiza cruelmente mientras ellos siguen en su mundo, y yo siento un dolor agudo, como si me arrancaran algo muy mío.

¿Cómo he llegado a este punto? ¿Cómo he dejado que las cosas se tuerzan tanto? Todo parece una pesadilla surrealista de la que no puedo despertar. La imagen de Grace y Liam juntos se quema en mi memoria, y sé que no hay borrador que pueda eliminarla.