Capítulo 15. El brownie de la discordia.

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Grace.

Pastel. Bocaditos. Fiesta. Cumpleaños de Jake. Es la primera vez que estoy invitada, y ni siquiera directamente por él. La señora Tanner me encargó hacer su pastel de cumpleaños, que sea prácticamente un pastel de brownie porque Jake lo adora. No sé por qué acepté, cuando el mismo Jake estaba con una cara de disgusto cuando su mamá lo mencionó. Él sigue molesto, o al menos eso pienso, después de la fiesta y el espectáculo que armé según me dijo Penn. Han pasado casi dos semanas y Jake casi me ignora como antes, supongo que eso de ser mejores amigos no iba a durar mucho.

Desde entonces, he intentado mantenerme ocupada con mis propios asuntos. Entre la escuela, mis clases de repostería y darle tutorías a Liam, apenas tengo tiempo para pensar en otra cosa. Pero cada vez que veo a Jake en el pasillo de la escuela o en la cafetería, siento ese pellizco de incomodidad en el estómago. Supongo que lo mejor es simplemente dejarlo estar por ahora. Después de todo, no quiero parecer desesperada persiguiendo su atención. Tal vez las cosas se calmen con el tiempo.

—¿Y te dijo cuántos bocaditos son? —pregunta mamá desde su asiento, mientras anota en una libreta lo que necesitaré.

—Me dijo que son 150 —suelto un suspiro—. Me dio 300 dólares como adelanto, ¿crees que será suficiente?

—Es más que suficiente, cielo —me sonríe.

Asiento con la cabeza, tratando de sonreír.

—Grace, ¿estás bien? —pregunta mamá, mirándome con preocupación.

—Sí, sí, estoy bien. Solo un poco cansada, supongo. —Intento sonar convincente, pero sé que no logro ocultar del todo mi preocupación.

Mamá me estudia con detenimiento durante unos segundos antes de volver a centrarse en su tarea.

—¿Qué tal si te tomas un descanso? Puedo encargarme de las compras.

Agradezco mentalmente la sugerencia y me levanto del taburete de la cocina.

—Gracias, mamá. Voy a mi habitación un rato, solo necesito un poco de tranquilidad.

Con un gesto de afirmación, salgo de la cocina y subo las escaleras hacia mi habitación. Me acerco a la ventana, que da directamente hacia la casa de Jake, y lo veo en su portón, jugando con sus hermanos. No puedo evitar sonreír al ver cómo se persiguen y cómo Mark y Jake se divierten juntos bajando los pantalones de Mike.

Ellos son increíbles, a pesar de que me han estado gastando bromas desde aquella noche de mi borrachera. No puedo negar que fueron muy amables conmigo; me llevaron a comer pizza y me trajeron de vuelta a casa. Jake regresó hasta el día siguiente; supongo que durmió con Ashley. No sé en qué estaba pensando ese día cuando creí que algo estaba cambiando. Ver a Jake cuidarme, sentirlo preocupado por mí, me hizo creer que quizás podía elegirme. Pero olvidé cuando le dijo a Ashley que la amaba, y luego se fue con ella, sin volver.

Me recuesto en mi cama y Liam viene a mi mente, su rostro suave y su sonrisa cálida. Me llama en broma "ángel" ahora y me recuerda que lo mencioné en la fiesta, pero no estoy segura de haberlo llamado así. Liam es tan dulce, ¿qué hice para merecer su atención? Siempre parece estar ahí para mí, como si yo fuera lo más importante. Cada vez que salimos juntos, se preocupa por mí, me hace sentir especial. No puedo evitar sentir un cosquilleo cuando recuerdo, cuando fuimos al cine, a comer pasta y al acuario. No sé si son solo salidas entre amigos o algo más. Penn insiste en que Liam está enamorado de mí y que debería aprovechar antes de que Tina se le eche encima.

~

—¡Vamos, chicas, necesitamos más bocaditos! —exclama mi madre, revoloteando de un lado a otro entre la encimera y el horno.

Quiéreme A Tu ManeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora