Cómo lo prometió, Alfred se llevó a los cinco más jóvenes de compras y ninguno de ellos es tonto, como siempre, el anciano mayordomo les permite tener un tiempo de descanso a las "versiones mayores". Jason está internamente agradecido.
Quien sabe dónde está Tim o Damian, espera no tener que ver a Bruce en este momento. Tan pronto como la comida terminó se dirigió afuera de la mansión, caminó hasta llegar a un familiar árbol cuya existencia está desde quizá antes del nacimiento de Bruce.
Sin pensarlo demasiado, golpes su puño contra el tronco del árbol, el dolor en sus nudillos es bienvenido, necesita esa sensación para distraerse. Las últimas horas lo dejaron con una sensación de entumecimiento, el pasado es algo que tiende a evitar, a veces porque hay cosas que no recuerda y a veces porque francamente eso hace que su visión adquiera ese tono de verde que es un residuo del pozo de Lázaro, la ira lo ha consumido antes, ese tipo de emoción que se esparce tal y como el fuego amenazando con destruir todo a su paso.
Se deja caer pesadamente al césped y de su chaqueta saca un cigarrillo junto al familiar encendedor y lo prende, más no lo coloca en sus labios, simplemente observa como poco a poco aquello es consumido y vuelto cenizas. Ver su pequeña versión es pensar en tiempos más sencillos, cuando no tenía que controlarse cada vez que veía a Bruce, ¿Y francamente? Está celoso de lo despreocupado que es... Celoso de como el jodido mini Golden Boy y ese niño se llevan tan bien, ¿Hubiera cambiado algo si desde el inicio se hubieses acercado? ¿Habría muerto? ¿Dick hubiese llegado a tiempo?
El hubiera es la relación más tóxica que tiene el ser humano. Pensar en escenarios que ya no existen como un jodido masoquista, todo está simplemente jodido.
No puede quejarse totalmente, su relación con Dick ha cambiado desde que literalmente regresó de entre los muertos, aun así... No puede evitar sentirse celoso. Llámese complejo de inferioridad o la mierda que sea, no es justo.
Cuando Tim llegó a la vida del justiciero, Dick lo recibió con los brazos abiertos y desde entonces actúa como madre gallina, como el mejor hermano mayor, así sucesivamente con Damian el pequeño asesino que antes no aceptaba ni una muestra de afecto y ahora prácticamente se "derrite" cuando Dick le da una palmadita en el hombro, así sucedió con Cass, Stephanie, Alfred... Bruce. Siempre ha sido el rayo de luz de la mansión, comprende fácilmente los celos que Bruce pudo sentir sobre la relación que Dick tiene con todos porque él mismo lo ha vivido y a la vez está celoso de que su hermano mayor no fue siempre suyo.
No sabe en qué momento llegó, pero cuando una cálida mano se posa sobre la suya y cuidadosamente toma el cigarrillo, no protesta. Un par de ojos azules lo observa y obstinadamente se niega a encontrarse con ellos, porque es capaz de encontrar todo lo que no debería.
Dejan que el silencio los envuelva, vagamente reconoce que se sienta a la par suya, cuando coloca el rostro en su hombro para acto seguido tomar su mano herida y acunarla suavemente, tampoco protesta.
- Sobrepensar no te favorece, little wing.
En respuesta suelta un bufido burlón. Pero por supuesto, su hermano no le va a permitir hundirse en sus pensamientos, porque cuando siente, un par de fuertes brazos lo rodean, llevándolo hacía una tranquila calidez que hace años estaba desesperado por obtener. De todos sus hermanos, Dick es el más táctil, es su propio lenguaje de amor y con pequeños gestos es capaz de reconfontarlos, a veces puede ser difícil cuando ninguno de los demás maneja bien el tacto, pero a este punto, ya todos le dan la bienvenida cuando claramente lo necesitan.
Hay muchas cosas sin hablar entre ellos, el tema de Robin siempre ha sido sensible, cuando se toca salen gritos, comentarios sarcásticos o sonrisas falsas, por eso hace un tiempo hicieron una especie de acuerdo silencioso en dónde no lo mencionaban entre ellos, si Tim y Damian peleaban por eso estaba bien, si Dick o él lo mencionaban, se limitaban.
Una respiración que no sabía que estaba conteniendo escapa de sus labios, se permite hundirse en el cálido abrazo, aunque después negara que parecía un desesperado por afecto.
- Jay... - Ante aquel llamado, no responde. Ninguno de ellos es ajeno a periodos en dónde alguno permanece en silencio, a veces por días. - Jay... - Está vez, aquellas manos suavemente le toman el rostro, obligando a qué sus ojos se encuentren y una mirada azul familiar irradia el más puro de los afectos. - Eres perfecto little wing, siempre lo fuiste. Estoy orgulloso de tí.
¿Cuantas veces necesitará escucharlo para creerlo? No lo sabe, pero su idiota hermano mayor no les miente, no en cuanto al afecto que siente por ellos. Un suave beso en su frente lo vuelve a sacar de sus pensamientos.
- Siento haberte hecho sentir que no eras bienvenido. Lo siento.
Su visión se vuelve borrosa, sigue sin corresponder, pero al mayor no parece importarle, simplemente continúa besándole la frente con la misma ternura de siempre.
- Te amo Jay, te amamos.
Su respiración se realentiza, sin dudarlo, deja que su cuerpo repase en el del mayor y vagamente se percata que sin quererlo está siendo adormecido por él. Les llevo un tiempo encontrar un punto de comprensión mutua, ahora aquí está, permitiéndose ser vulnerable con él.
- Arreglaremos esto, lo prometo. Por ahora descansa, hermanito.
Antes, lo hicieron sentir indeseado, su hermano mayor lo rechazó, sentía que era un sustituto sin importancia, creía que tenía que luchar por la atención de los demás. Luego regresó y todo estaba teñido por el verde de la ira, cuando el afecto le comenzó a ser dado con tanta transparencia y libertad, dudo. Todavía duda. Pero en los brazos de su hermano mayor, aquellos pensamientos que muchas noches previas le habían quitado el sueño, se convierten lentamente en un eco lejano y a penas distinguible.
- Dulces sueños pajarito.
Es lo último que escucha antes de dejarse llevar por completo.
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