Bruce.
Cuando era un niño de ocho años, deseaba ser como mi padre.Cuando era un niño de diez años quería vengar a mi padre.
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Dick.
Cuando era un niño de nueve años quería ser Batman.Cuando era un niño de trece años, quería alejarme de su sombra.
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Alfred.
Cuando crie a un niño que se sentía solo en este mundo por crees haberlo perdido todo y después a otro pequeño cuya historia se repetía, solamente quise que encontrasen la felicidad en el otro.-
El anciano que todos consideran como más que un mayordomo, coloca delicadamente una taza de chocolate caliente frente a cada uno de sus maestros quienes han tomado asiento en completo silencio.
El caballero de la noche es el primero en moverse, tomando un sorbo de la cálida bebida, internamente agradeciendo que la dulzura no era demasiada, esa pequeña acción demuestra que por leve que sea, ha cedido a no permanecer como una máscara o estatua impenetrable, esto lleva a qué un Dick ligeramente más relajado haga lo mismo con su bebida. Alfred suelta una respiración profunda, podría contar a la perfección la cantidad de veces que ha visto está misma escena frente a sí, pero pocas con la gravedad actual.
— ¿Cómo está el maestro Kent?
— Bien.
— ¿Y el maestro Wallace?
— Bien.
Ambos respondieron de manera tan natural que al darse cuenta de sus palabras, esbozan una mueca casi idéntica y solo porque es incorrecto, el anciano resiste el impulso de reírse, son más parecidos de lo que les gustaría admitir, con esa introducción que logra aligerar medianamente el ambiente, Alfred se lleva una mano a la boca y se aclara la garganta con un elegante carraspeo.
— Les sugiero que arreglen sus diferencias para evitar preocupar a los jóvenes maestros. Y, si observan frente a ustedes, hay pañuelos suficientes para ambos.
Sí bueno, Alfred no tiene problemas en golpear el ego ni siquiera del mismo Batman y siempre que hace comentarios como ese, tiene éxito. Sin darse cuenta, Dick suelta una risilla, esta escena le trae recuerdos de hace décadas, cuando eran solo ellos tres y se enfadaba por la ausencia de Bruce en algún evento escolar o porque le prohibía ir a una patrulla, tal como en ese entonces el caballero oscuro alza una ceja, casi puede jurar que ve el atisbo de una sonrisa avecinándose.
— Gracias, Alfie. — Responde el más joven de los tres sin molestarse en ocultar la sonrisa burlona en sus labios, nada está bien, pero el cambio en el ambiente es gratamente recibido. — Ve a descansar, podemos manejarlo.
El mayordomo les dirige una mirada poco convencida, sin embargo, dado que es algo para ser resuelto entre únicamente ellos dos, asiente con la cabeza, siendo levemente alentado por un propio asentimiento de Bruce. El anciano se retira dejando al primer dúo dinámico a solas, Dick juguetea con la taza de chocolate, balanceando esta a su antojo, de izquierda a derecha, izquierda, derecha, como si eso fuese a acelerar o resolver mágicamente está conversación.
— Clark dijo que debí adoptarte. — Y ese es un buen inicio de conversación como cualquier otro... — Y no es que no lo haya pensado, pero se sentía... Incorrecto. — El pelinegro coloca ambos brazos sobre la mesa, probablemente queden algunos mallugones en sus codos considerando la presión que ejerce sobre ellos, pero no parece importarle. — ¿Escuchaste a Alfred?
— Sí mi suposición es correcta, desde el principio de la historia, tal y como tú.
No es de extrañar, tomando en cuenta que cada uno tiene a un mejor amigo velocista de su lado.
— Hm... — Es la respuesta del mayor, claramente ya lo intuía, solo necesitaba ese punto para proseguir con la conversación, cosas de personas emocionalmente estreñidas. — Pensé en adoptarte, pero no quería reemplazar a tus padres, era jóven, incluso creo haberte visto como un hermano menor, eso cambió cuando llegó Jason porque... Sabía que te veía como hijo, que no adoptarte te afectó... Me hizo no querer cometer el mismo error con Jason, no quería que se sentiera indeseado. — Claramente lo está intentando, las emociones nunca han sido su fuerte y tener que revelar esa serie de pensamientos que guardaba con recelo desde hace años no es fácil, incluso para el caballero de la noche, aquello se demuestra en las lineas de tensión entre sus cejas. — Y eso llevó a que te sintieras traicionado. Tim no tenía figuras paternas decentes en su vida, estaba en un limbo legal, adoptarlo era lo necesario, correcto, necesitaba sentir que pertenecía a un lugar, necesitaba saberlo tanto como Jason... Y Damian. — Un ligero suspiro sale de sus labios, nunca lo había visto tan contrariado como en ese momento, un leve tono rojizo se divisaba en sus párpados, alguien debe grabar el día en el que Bruce Wayne lloró por cada uno de sus hijos. — Damian es mi hijo... A diferencia de ustedes tres, yo no decidí que así fuese o no, Talia... Ya sabes.
— Sí, descuida B, ni siquiera estamos seguros de que los niños duermen así que...
— Hm... — Sus labios se apretan en una delgada línea, le lleva unos segundos volver a recobrar el orden de sus pensamientos, pero lo consigue. — Mis errores con tus hermanos son mi responsabilidad, pero.
— Pero te es frustrante que haya cometido mis propios errores con ellos y a pesar de eso, sean cercanos a mí. — Decide ayudarle a terminar, se gana una mirada ligeramente molesta, pero prosigue. — Jason y yo fuimos los primeros compitiendo por tu atención, luego Tim y Damian compitieron por la mía, independientemente de todo, al final del día lo único que queríamos era tu aprobación, porque eres nuestra figura paterna, yo no soy tu reemplazo, no estoy seguro de que rol represento para Dami, pero en caso de verme como su padre, eso no quiere decir que tu no lo seas, Alfred no reemplazo a tu Thomas Wayne, tu no reemplazaste a John Grayson y yo no reemplace a Bruce Wayne.
— Hm. — Gruñe por lo bajo, de un modo tan bats que causa gracia. — ... Me disculpo por atacarte.
— Disculpa aceptada. — Hace un gesto despreocupado con la mano, vacilante extiende su mano derecha hacia el mayor. — También me disculpo, sabía que te estaba inquietando lo de Damian y no dije nada... Bruce, eres un idiota, definitivamente, pero te amamos, con o sin máscara, queremos conectar contigo y que nos aceptes, pero como diría Jay "sentimientos mi c-", ninguno de nosotros se expresa apropiadamente...
Sin previo aviso, cálidas manos rodean su cuerpo y le lleva unos minutos darse cuenta que realmente está siendo abrazado por Bruce Wayne, el gesto lo devuelve a sus días de niñez en donde moriría por sentirse seguro después de ser atormentado por pesadillas, cuando gotitas cristalinas comienzan a fluir, inmediatamente presiona su rostro sobre el hombro del contrario, definitivamente va a usar esos pañuelos.