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Eras compañera de trabajo de Bateman, aunque no muy reconocida debias admitir tu buen desempeño, sin embargo tu vida social no era la mejor. Aunque con esfuerzo intentabas alcanzar el punto perfecto de la popularidad parecía que nunca era suficiente, menos para que el te notara...
Desde que entraste a la empresa ese chico "perfecto" te llamó la atencion, discretamente estudiabas todo y nada de el desanimandote cada vez mas, ya que en primera estancia siempre seguia el mismo patron en chicas: Rubias altas pero no mas que el con una diminuta cintura, definitivamente no cumplías los requisitos. En algunas ocasiones te tocaba llevar documentos a su oficina o ir a las mismas reuniones pero el parecía no fijarse mas que en las charlas masculinas y los pronunciados escotes de las blancas secretarias.
Un dia tan sorpresivamente algo cambió tal como aquellos clichés que siempre leías. Por la mañana te vestiste con un bello vestido rojo carmesí y las zapatillas de aguja que siempre acostumbrabas a llevar, a decir verdad en tu persona no había nada que no tuvieras antes. Pero al parecer ese hermoso vestido 𝒗𝒆𝒍𝒗𝒆𝒕𝒕 tenia algo que ese preciso dia te hizo visible a los ojos de tu hombre.
-Buenas tardes- Te anunciaste emtrando a la sala de juntas con la carpeta en mano, un escalofrio recorrio tu espina dorsal al notar los ojos de Patrick recorrerte de abajo a arriba haciendo un inevitable contacto visual, como el de un depredador examinando a su presa. La reunion no tuvo nada fuera de lo normal, solo aburridas charlas de mejoramiento de equipo, y claro que mejor para unir a toda una empresa por su avance que una fiesta en un club.
Tus mejillas se calentaron al imaginar todos los escenarios que podría ocurrir esa noche, no te importaba la mala fama de bateman y las tantas chicas que decia tener, solo querias tu momento con el, solo eso y ya. Normalmente no solías asistir a ninguna de esas fiestas pero este minimo contacto con el te entusiasmaba ante todas las posibilidades.
La tarde llego y decidiste arreglarte para por primera vez asistir a esos eventos que tanto odiabas, con (imaginar el vestido o falda de su preferencia) para despues maquillarte y perfumarte, saliendo a direccion del club.
Estabas caminando tranquilamente ya que habías salido con tiempo de tu departamento hasta que un claxon interrumpió tu comodidad, al dar la vuelta viste a Patrick asomarse desde la ventanilla, su profunda mirada provocó cosquillas y un calor intenso en tu vientre bajo sintiendo humedecer tu núcleo. Era increible el impacto y la cantidad de sensaciones que ese hombre provocaba en ti.
-Hola señorita, subes?- te pregunto abriendo la puerta de su limusina para posteriormente palmear el asiento libre a su lado. Con una sonrisa asentiste subiendo al vehiculo
