Daniel Liu fijó su mirada en los datos que acababa de recibir de sus informantes y, aparentemente, no había nada bueno que pudiera decirle a Mile.
Sabía cómo se pondría su jefe cuando se enterara de la... situación; sin embrago, él no volvería a actuar como su brújula moral y decirle te lo dije.
Cuando Mile le pidió ayuda hace algún tiempo, supo cuán importante era para su amigo esa persona. Pero lo que le sugirió no le gustó para nada, de hecho, él le había advertido claramente las consecuencias negativas que tendrían sus acciones a largo plazo, pero como siempre, Mile lo ignoró e hizo su voluntad.
Daniel no era tonto ni ciego, siempre supo lo cruel y despiadado que podía llegar a ser Mile, pero lo que hizo fue demasiado. Ni siquiera inflingió dolor físico o tortura, no fue necesario, pero hacerle tal acción a una persona que supuestamente amaba era ser malvado, aunque la intención detrás de todo fuera justa.
Una mueca cruzó por su rostro a medida que continuó leyendo. Bien, lo único positivo en toda esa historia era que probablemente Mile podría seguir adelante y dejar atrás el pasado. Aunque conociéndolo, sería todo lo contrario, se aferraría a lo que fuera como un perro hambriento lo haría con un hueso.
Con un suspiro de resignación, se dirigió al jardín y le llevó la información recopilada en un pen drive.
Mile ya estaba esperando por él con una actitud bastante irritante para ser tan temprano en la mañana.
—¿Qué te tomó tanto tiempo?—fue el saludo de su jefe apenas puso un pie en el césped—
—Buenos días para usted también, señor—se acercó a él y le tendió el drive—
—Déjate de juegos, Daniel—Mile lo fulminó con la mirada y prácticamente le arrebató el objeto—¿Está todo lo que pedí?—
—Así es—
Mile lo despidió con un gesto y conectó la memoria USB a su portátil. Sus ojos analizaron con lujo de detalles todos los informes, fotos, vídeos y perfiles de personas con las que Apo se relacionaba actualmente. Mile parecía un adicto, mientras más leía, más quería saber de Apo. Estaba ávido de información luego de tanto tiempo ignorándolo en el fondo de su mente.
Cuando por fin terminó de revisar el contenido que recibió, se reclinó en su asiento y dio una última dulce calada a su cigarrillo.
—Así que crees que te puedes librar de mí—murmuró con una tenue sonrisa en el rostro mientras reflexionaba sobre el último párrafo que aparecía en su pantalla—
El hijo de puta creyó que haciendo ese movimiento estaría completamente libre de él, pero cometió un terrible error de cálculo.
Con una sonrisa más amplia Mile, marcó el número de su guardia.
—Dan—
—¿Sí, señor?—
—Trae el Lamborghini contigo, tenemos varios lugares que visitar—
Mile no esperó respuesta antes de colgar.
***
Si Mile tuviera que aguantar un segundo más a su hermano, probablemente le encajaría un cuchillo en el corazón para que dejara de ser un dolor en el culo esa noche.
Todavía se preguntaba por qué lo había traído consigo. Ah, por supuesto, el cabrón de Daniel lo convenció de que sería una buena idea llevar al inútil de su hermano para que su aparición en el evento fuera “creíble”.
ESTÁS LEYENDO
Dios de la codicia // MileApo +18
RomanceApareciste en mi vida para destruirme, o al menos eso es lo que te dices a ti mismo todos los días. Eres ambición, codicia y malicia disfrazada de una jodida tentación, pero déjame decirte algo, cariño: ambos terminaremos en la ruina.