¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
A veces eres demasiado lindo para tu propio bien, y Sukuna simplemente no puede evitar hacerte darte cuenta de lo valioso que eres. Pero siempre es de la manera más vergonzosa, él nunca puede darte un puto respiro.
No le importa que tus manos estén arañando su brazo, no le importa que pueda sentir esas lágrimas sobreestimuladas goteando por su palma, y no le importa que pueda oírte suplicarle que te folle ya...no, en cambio, te tapa la boca con una mano mientras te sientas, extendida en su regazo, mientras su otra mano trabaja entre tus piernas.
"Cállate mocoso, ella está hablando conmigo ahora mismo", gruñe en tu oído, sintiendo la forma en que babeas por toda su mano. Esos dedos estúpidamente gruesos están trabajando tu coño tan bien que los sonidos más desagradables llenan la habitación. "Mierda, ¿Oíste eso? Dios, ella es tan descuidada. Un pequeño coño tan descuidado, jodidamente cremoso en mis dedos".
Es muy malo y odias que te esté acosando. Sintiéndote desafiante, hundes tus dientes en su mano, haciéndolo silbar antes de que un profundo ronroneo lo abandone. "Oh, ¿El pequeño cree que esos pequeños dientes pueden lastimarme? Vamos, escúchalo conmigo", sonríe, su mano gana velocidad mientras te folla con los dedos aún más fuerte, más profundo, curvándolos para golpear ese punto que te hace fundirte con él.
Simplemente se vuelve más fuerte, chapoteos húmedos y chasquidos llenan la habitación. Intentas cerrar los muslos pero no hace nada, ¿Cómo podría? Sukuna es tan jodidamente grande y fuerte que ni siquiera tus muslos gruesos pueden evitar que sus dedos trabajen tu coño.
Intentas gemir su nombre, intentas advertirle, pero es demasiado tarde, estás chorreando por todas partes y las lágrimas brotan de tus ojos, el placer es demasiado bueno. "Oh, ¡Mira eso!Ella está haciendo un desastre, maldita sea... ¿No ibas a decirme que podías chorrear? ¿O es tu primera vez?", bromea. Una sonrisa con dientes, mordisqueando tu oreja. "Ella puede hacerlo otra vez ¿Verdad? Vamos, zorra, quiero que tu pequeño coño brote sobre mí otra vez."
