Capitulo 15.

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Hoy no me desperté temprano, en cambio, intente dormir por mucho más tiempo del que suelo dormir, pues no sentía que descansaba, me encontraba ansiosa todo el tiempo. Cuando decidí levantarme Jasper ya no estaba acostado a mi lado.
Fui a la cocina y ahí estaban él y Julián, ya estaban desayunando. Sus sonrisas eran tan familiares como desconcertantes para mi.


―Buenos días, mamá ― algo en su mirada infantil me hizo detenerme un segundo para examinarlo y el hizo lo mismo, entorno los ojos en busca de alguna respuesta y sentí un escalofrió recorrer mi piel.
―Buenos días, cariño ―le conteste sonando más cariñosa que de costumbre pero su mirada no se quitaba de mi.


Lo ignore dándole la espalda y preparando mi café, y cuando me senté con ellos ya había dejado de mirarme, preste atención a sus acciones, cada gesto, cada palabra, busque una pista mas que me confirmara lo que ya tenia seguro.

Después del desayuno, fingí tener que ir al supermercado, pero en realidad quería alejarme de ellos. Mientras me cambiaba de ropa note en un bolsillo del pantalón que llevaba puesto una tarjeta, cuando la saque casi grito del susto, era la misma tarjeta que Theo Bianchi me había ofrecido en días anteriores, ¿Cómo había llegado aquí? La volví a guardar rápidamente y salí casi corriendo de mi casa, afortunadamente ni Jasper ni Julián me prestaron atención.

Mi mente era un torbellino de pensamientos mientras caminaba por las calles de la ciudad que ahora me parecía tan aterradora, todas las personas tenían la misma expresión y podía ver que la mayoría vestían igual y tenían rasgos faciales similares, como si todos fueran hechos del mismo molde.

Mientras mas me fijaba en todo a mi alrededor mas fallas encontraba, este no era mi hogar, esa no era mi familia ¿Que diablos era esto?.

Una chica joven paso a mi lado e impulsivamente la empuje contra la calle, ella cayó sin meter sus manos y un carro le paso por encima, quería tener consecuencias graves por eso, quería ver que la que estaba mal era yo pero nada de eso paso, en cambio el carro siguió sin frenarse y la chica se levanto sin ni siquiera una raspadura, tampoco me volteo a ver.

Seguí caminando con una nausea de todo lo que estaba pasando y a menos de cinco metros de mi estaba Theo parado viéndome fijamente. Su presencia ahí me hizo temblar, asi que me arme de coraje y salí corriendo hacia el, cuando llegue a menos de dos pasos suyos le solté un puñetazo que volteo su cara y el emitió un quejido.


―Au, Ana ―se quejo mientras se sobaba la mejilla.
―Oh, dios ―tapé mi boca con mis manos, pensé que pasaría lo mismo que con la chica― lo siento mucho, ¿estas bien?
―No te preocupes, he recibido mejores golpes ―se rio― ¿Qué te pasa? Luces pálida.
―Es que ¿recuerdas la canción de salsa que bailamos y la ultima bebida que pedimos? ―decidí ponerlo a prueba.
―Si, bailamos como tres o cuatro canciones de salsa, así que no te puedo responder con solo una y la ultima bebida que pedimos fueron dos margaritas de limón ―su respuesta fue un alivio para mi, pues eran las únicas respuestas que habían sido correctas― ¿Por qué?
―Todo ha estado tan raro, Theo ―le respondí intentando no caer en pánico y soltarme a llorar― mi familia actúa tan extraño, no lo siento como ellos realmente y todo en la ciudad esta muy mal, no se como explicarlo pero siento como si nada fuera real o como si todos estuvieran siguiendo un guión, me siento como la la maldita protagonista y no en un buen sentido.
―Te entiendo, Ana ―me invito a sentarme en unos asientos que estaban afuera de una cafetería― he sentido lo mismo, todo es tan extraño.
―No se que hacer, Theo ―todo el miedo que había estado guardando ahora salía y no podía dejar de temblar― siento que me estoy volviendo loca y no puedo descansar en ningún lugar.
―Primero trata de calmarte, si en tu casa no te sientes segura puedes estar conmigo, prometo que no pasara nada.


Seguimos hablando de todo lo que esta pasando y yo me comienzo a sentir mas segura, pues el siente lo mismo y sus respuestas a las preguntas que le hago son correctas, decido quedarme con el, pues llego a la conclusión de que el Jasper y Julián que están en mi casa no son mis Jasper y Julián verdaderos.

Sueños de silicio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora