Capitulo 13.

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Un sueño inquietante me despertó en medio de la noche, empapada en sudor. En el sueño me encontraba en un lugar familiar, pero nada encajaba. Las personas se movían de manera mecánica, sus voces eran distorsionadas y repetitivas.

Desperté con el corazón latiendo a mil por hora, sabiendo que ya no puedo seguir ignorando lo que llevo días sintiendo.


Me levantó de la cama sin hacer ruido, dejando a Jasper dormido y camino por la casa en penumbra, sintiendo cada sombra como una amenaza. Entro a la cocina y enciendo la luz mirando a mi alrededor con desconfianza, hoy ya no podré dormir. Así que me decido en prepararme un café pero cuando quiero prender la cafetera esta no enciende.


Me siento en una silla y solo veo hacia el piso hasta que la mañana llega.


―Buenos días, mamá ―la voz de Julián me asusta, pues no me di cuenta en que momento entro a la cocina y se sentó a mi lado con su robot.


―buenos días, hijo ―le respondo observándolo cuidadosamente, algo en su comportamiento me parece forzado, como si siguiera el mismo guion todas las mañanas― ¿Qué soñaste anoche?


―el mismo sueño de siempre ―contesta sin dudar― estaba en el parque con papá.


―¿recuerdas el libro que leímos hace dos semanas, el de dinosaurios? ―indague buscando la respuesta que quería escuchar.


―oh, si mamá, mi favorito ―es mentira, hace dos semanas Julián estuvo hospitalizado grave y no tenia los ánimos como para escucharme leer.


Mi corazón se hunde. Su respuesta no tiene sentido porque ni siquiera tiene un maldito libro de dinosaurios. Siento un escalofrió recorrer mi espalda y me pongo de pie inmediatamente para tomar aire un poco apartada de él. Jasper entra a la cocina asustándome y trato de actuar lo mas normal que puedo. Se acerca a la cafetera y esta vez si funciono.


―¿Hoy no quieres café? ―me pregunta.


―No, gracias ―le respondo mientras trato de recuperar la cordura.


El timbre suena indicándome que mi familia ha llegado, según yo hoy habíamos quedado de ir a su nueva casa pero estan aquí.

Quiero seguir indagando más cosas y poder ver que todo es culpa de mi paranoia, así que decido seguir haciendo más preguntas que solo pueden tener una respuesta.



Ya estamos todos sentados en la mesa mientras desayunamos, yo no me atrevo a probar bocado pero todos comen con gran efusividad.


―Papá ―lo llamo tratando de sonar tranquila― ¿recuerdas el viaje que hicimos a la playa el verano pasado?


―Claro que si, Ana ―me mira con una sonrisa vacía― fue un viaje maravilloso.


―¿Cuál playa era? ―insisto tratando de mantener mi voz casual.


―Ya sabes, la playa a la que siempre vamos ―responde vagamente.


En realidad solo habíamos ido una vez a la playa y fue hace mas de 15 años.


Mas tarde decido llamar a Adriana, pues no la he llamado ni dado las gracias por cubrirme tan bien la ves que mintió por mi, tal vez puedo encontrar un poco de consuelo en su voz. Me escabullo de todos y me encierro en la oficina de Jasper, marco su número y Adriana contesta al primer timbre.


―Hola, Ana ―me saluda muy alegre― que sorpresa escucharte.


―Hola, adri ―le digo tratando de mantener la calma pero estoy a punto de entrar en pánico ― necesito hablar contigo, siento que algo esta muy mal.


―¿Qué pasa, cuéntame? ―me responde llena de preocupación.


―¿Recuerdas la fiesta de cumpleaños de Julián de el año pasado? ―le pregunto para saber si también esta pasando algo raro con ella― ¿Qué fue lo que le regalaste?


―Le regale ese coche de control remoto que tanto quería ―responde con convicción.


Termino la llamada lo mas rápido posible sin dar explicación alguna, pues el año pasado Julián no había tenido fiesta de cumpleaños por que prefirió que fuéramos al disneyland mas cercano y Adriana tampoco le había dado ningún regalo.


Siento que el suelo se desmorona en mis pies . Se que todo esta mal pero tengo que hacer más cosas para confirmar mis sospechas.

Decido salir de esta casa, buscando probar la falsedad de mi entorno. Camino hasta el parque mas cercano, observando a las personas a mi alrededor. Todo parece normal a primera vista, pero cuanto mas observas, mas se notan las pequeñas inconsistencias. Los mismos rostros, las mismas acciones repetidas. Es como si el mundo estuviera atrapado en un bucle interminable.


Me acerco a un hombre que se encuentra paseando a su perro.


―Disculpe, me podría regalar la hora ―le pregunto tratando de sonar despreocupada.


―Claro, son las diez en punto ―me mira con una expresión vacía y ni siquiera se fija en su reloj.


Sigo caminando y mi corazón sigue acelerado. Todo esta mal.

Vuelvo a casa y encuentro a Jasper en su oficina escribiendo efusivamente en su computadora, trato de actuar normal al acercarme a el, me fijo en lo que esta haciendo y me confundo más al ver que aún que este tecleando en realidad la pantalla esta pagada.


Me levanto inmediatamente sin quitarle los ojos de arriba aún que parece que en realidad no ha notado mi presencia.


Me encierro en mi habitación con mucho miedo a mi entorno pues comienzo a sentir que estoy siendo observada a pesar de encontrarme sola.


La noche llega y mi miedo se convierte en pánico. Cada sombra, cada sonido, todo me hace saltar. Siento que las paredes de la casa se cierran a mi alrededor. No puedo confiar en nadie, ni siquiera en mi propia familia, si es que ellos son mi verdadera familia.

¿Dónde estoy?


Sueños de silicio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora