VII

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- ¿Por qué nunca visitamos Los Olmos?

Jesús miró a Julia por el espejo retrovisor. El cuestionamiento no tenía ninguna otra intención mas que la de saciar la curiosidad de una niña de nueve años, sin saber que su padre tampoco conocía a ciencia cierta las razones por las que la familia dejó de acudir a la propiedad que, en parte, le había pertenecido a su madre, Catalina.

A juzgar por los tiempos, Jesús supuso que ese drástico cambio se había debido a que su madre no quería ensuciar el hogar que le vio crecer y que albergaba muchos de sus mejores recuerdos con los engaños de Damián, luego de que éste le confesara su infidelidad. Evidentemente, esa era una respuesta poco apropiada para una niña que aún amaba y respetaba a su abuelo, así que tuvo que pensar rápidamente en una mentira piadosa.

- Los Olmos es una propiedad muy grande y su mantenimiento complica el visitarla con más frecuencia.

Julia pareció aceptar la respuesta pero generó una nueva al cabo de unos segundos.

- Y, ¿por qué vamos ahora?

- Bueno, la tía Digna tiene ganas de reunir a la familia porque... uhm...

Jesús no encontró las palabras adecuadas que le explicaran a su joven hija la razón real por la que se hacía esa reunión pero Julia, de mente avispada y sin prejuicios todavía, decidió ayudar a su nervioso padre.

- ¿Es porque a la tía Marta le gustan las chicas?

Jesús quedó atónito ante la naturalidad con la que su hija hablaba de las preferencias de Marta, preguntando sin malicia, y esa actitud despertó una ternura en el hombre detrás del volante que sólo le reservaba a la pequeña.

- ¿Cómo sabes que a tu tía le gustan las chicas?

Julia se encogió en hombros mientras su mirada se perdía en los campos aledaños a Los Olmos.

- Mamá dijo que la comida de hoy es para hacerle saber a la tía Marta que le apoyamos como familia ahora que está de novia con una chica. Fina.

Jesús se sintió agradecido con Cleotilde por haber charlado del tema con su hija. Ella era mucho más sensible con esta clase de temas y a él le ahorraba una metida de pata segura.

- Y, ¿tú estás bien con que tu tía tenga una novia?

La niña reflexionó su respuesta y, entonces, volvió a encogerse de hombros.

- No lo sé. ¿Fina es como el ex tío Jaime?

- ¿Cómo es el ex tío Jaime, según tú?

- Aburrido.

La carcajada que dejó escapar Jesús fue inusual, de las pocas que resultaban ser sinceras y llenas de humor.

- Sí, Jaime es bastante aburrido. -Entonces Jesús guardó silencio, intentando recordar a Fina en aquellos veranos en los que solían visitar Toledo pero, a diferencia de sus hermanos, la brecha de edad era demasiado grande y, en aquellos tiempos, estaba más ocupado persiguiendo chicas bonitas y poco le interesaba lo que hacían los críos-. Fina no es para nada como Jaime. Para empezar es guapísima, además le gusta diseñar autos y correrlos.

- Mamá dice que la familia le conoce desde siempre, pero yo no la recuerdo.

- Aún no nacías cuando Fina se mudó a Madrid por la Universidad pero sí, ella creció en la finca de los de la Reina porque es hija de Isidro. Creo que tus tíos Luis y Andrés te pueden decir mejor cómo es ella. Solían ser muy apegados cuando eran niños.

- Y, ¿a ti te agrada?

- ¿Quién? ¿Fina? -Jesús observó a su hija asentir a través del espejo retrovisor-. No hemos tenido el tiempo de platicar seriamente pero sé que tu tía está enamorada de ella y es lo único que importa, ¿no crees?

Destellos de mi Vida ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora