Décimo segundo Capítulo

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Jongho se dirigía a la habitación de su hermano con muchas preguntas para hacerle.

Hace unos minutos, San había anunciado que se iba a casar algo dudoso, pero realmente lo dijo. Jongho se percató que su hermano lo hizo para protegerlo, pero también sabía que su padre iba hacerle cumplir.

Nada bueno resultaría de eso.

¿Qué carajos acabas de hacer? – preguntó cuando entraba a la habitación.

Tranquilo – respondió San echándose en su cama – Llamaré a WooYoung

¿Acaso te casarás con él? – cuestionó sentándose al borde de la cama, dio un largo suspiro y volteó a ver a su hermano preocupado – ¿Enserio crees que papá te dejará? – a estas alturas Jongho ya empezaba a razonar por sí solo y poco a poco se iba dando cuenta de lo monstruoso que su padre realmente era.

Después de todo lo que su papá le dijo, el sentimiento de decepción chocó fuertemente contra él y perdió todo tímpano de hierro que era característico de su persona. Sintió miedo, un tipo de miedo muy diferente a lo que sintió cuando perdió a Yeosang; nunca había desobedecido a su padre, por "respeto" ni siquiera se le cruzaba por la cabeza o al menos, eso era lo que pensaba él.

San era diferente, ver su actitud tan relajada le llamó la atención y pensaba que seguramente él, Jongho, podría llegar a ser como su hermano.

Después del anuncio, su padre por fin los dejó en paz alegando que tenía que empezar los preparativos y simplemente, se fue. San acompañó a su hermano hacia su habitación preguntando si se sentía bien, puesto que el pelimarrón se había mostrado temeroso cuando estuvieron frente al señor Choi, Jongho asintió, pero pidió que lo dejara a solas un momento para reponerse y que luego iría a buscarlo a su habitación.

"Mi habitación" pensó San desde sus adentros cuando se dirigía a ella. Era extraño y un tanto incómodo volver a aquella habitación que había dejado hace un buen tiempo atrás, ¿qué podría encontrarse allá dentro? Seguramente su padre empezó a usarlo como almacén, o simplemente destrozó y botó todo con tal de olvidarse de él, pero se sorprendió cuando vio todo de la misma manera, como si hubiera sido ayer cuando se fue. Todo se encontraba intacto y también pulcro, se notaba que el personal de limpieza barría, trapeaba y sacaba polvo a menudo. Recorrió todo el lugar, desde el baño hasta el ropero que ocupaba todo un cuarto aparte. Su ropa, sus perfumes, sus accesorios, todas sus cosas seguían allí.

Espero no me hayas extrañado – susurró nostálgico viendo un peluche de perro shiba que estaba encima de su cama. Lo tomó entre sus brazos y acarició un poco como solía hacerlo cuando era un niño. "Me gusta el nombre Shiber" fue lo primero que dijo cuando su mamá le había regalado aquel peluche, recordó que ella había aprobado el nombre y le dijo que Shiber sería el guardián de su habitación a partir de ese momento.

Fue allí cuando Jongho llamó a la puerta y San dejó de lado el peluche.

A papá no le importa, solo quiere una boda y ya – replicó con la mirada en su teléfono buscando el contacto de su novio – ...Eso espero – susurró marcando.

Le preguntas por Yeosang – encargó el otro a modo de susurro, recibiendo un pulgar arriba de su hermano. A pesar de todo, Jongho pensaba en el rubio, así él no quiera saber nada del pelimarrón por el momento.

La mente, cuerpo y corazón de Choi Jongho estaba solamente para Kang Yeosang.

Cariño... hola – saludó San un poco tímido, supo lo que se avecinaba cuando vio los cientos de llamadas perdidas de su novio.

Doy todo por ti [¡Temporada 2!] EN EMISIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora