Sólo alrededor de las cuatro de la tarde, Tom decidió despertar del coma en el que parecía haber caído la noche anterior. Tenía el pelo despeinado, los ojos somnolientos e increíblemente hinchados y tenía una inagotable e increíble dolor de cabeza por resaca. Se levantó con dificultad de la blanda cama en la que lo habían colocado horas antes, tambaleándose peligrosamente a causa del mareo, y con dificultad llegó a la puerta de la habitación.— Me siento como que me estoy muriendo.— Dijo entonces arrastrándose escaleras abajo, como un zombie, acercándose a la mesa donde Andreas estaba comiendo las sobras del almuerzo: pollo con patatas asadas.
—Bien despertado, Thomas Trümper. Estaba a punto de llamar a un equipo especial para que te levantara.— Se rió mientras comía un bocado de pollo y un trozo de papa juntos. Tom se llevó ambas manos a la cara y rápidamente se la frotó.
—Dios mío, quiero morir. — se acercó a la mesa, retiró la silla y se dejó caer sobre ella, impotente. —Por favor, aleja esa cosa de mi nariz si no quieres que vomite en tu plato.— se tapó la nariz para no oler ese agradable olor a pollo, para él no era así ya que todavía estaba perturbado desde la noche anterior. – Andreas le sacó la lengua y acercó el plato a su pecho. Tom apoyó la cabeza en la mesa, respirando con dificultad. Andreas siguió comiendo, lo que provocó un silencio bastante incómodo. Pensó en lo que Tom había dicho antes, mientras dormía. ¿Quién es Bill? Quería preguntar, pero no lo hizo. Prefirió quedarse en su lugar.
—¿Quieres que te prepare un poco de café?
—No.
—¿Un capuchino? ¿Un expreso? ¿Un café con leche?
—No.
—¿Quieres una propina?
—No.
—Y te lo daré de todos modos. Vete a la mierda.— Tom no reaccionó: todavía estaba conmocionado y aturdido. Después de todo, nunca había bebido tanto hasta el punto de vomitar. Sus dolores de cabeza empeoraba día a día y esos sueños eran cada vez más frecuentes... debería haber ido al psicólogo lo antes posible.
—Tu madre llamó.— Andreas continuó con la boca llena. —Dijo que llamó al restaurante a las tres de la tarde. Se preguntaba por qué no había ido a trabajar.— En cuanto Andreas mencionó el restaurante, Tom saltó como un resorte, como si le hubieran dado energía.
—¡Mierda! Hoy debía ir a las tres. ¡Mierda me van a despedir! —En un abrir y cerrar de ojos corrió al baño. Tiró sus boxers al suelo y rápidamente se duchó, a pesar de que su amigo ya se había quedado sin agua caliente antes. En las prisas dejó abierta la puerta del baño que daba al salón, permitiendo así tener una visión general de lo que le pasaba a Andreas quien, sin darse cuenta, seguía comiendo. Cuando levantó la vista se dio cuenta de la situación, sintió que se le revolvía el estómago. ¡Mierda! Tom dejó la puerta del baño abierta. ¡No tengo que ver! ¡No tengo que ver! Pensó para sí mismo mientras terminaba apresuradamente su almuerzo y salía de la sala de estar. Fue muy tarde. Tom abrió la cortina y salió de la ducha completamente desnudo. El corazón de Andreas dio un vuelco y se atragantó con el último bocado de pollo.
—¡Nada que no hayas visto ya! —Bromeó Tom, tomando una toalla y envolviendose en la cabeza. La única parte que hubo que cubrir quedó al aire libre.
—Está bien, pero recuerda que todavía me atraen los hombres y realmente eres un espectáculo digno de contemplar. — Dijo tosiendo, tratando de mantener la mirada en su plato. Tom se encogió de hombros. En ese momento, para él, estar desnudo delante de Andreas era lo más normal del mundo. Andreas, sin embargo, no era de la misma opinión y se puso morado.
—Eh. Tomás.
—¿Qué pasa? —dijo mientras continuaba frotando la toalla sobre su cabello. Andreas simplemente señaló su pene y le preguntó si podía cubrirlo con una toalla. —¡Dios mío, estás siendo difícil! —Tom se llevó la toalla a la cintura y la abrazó con fuerza.
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¿𝙈𝞔 𝙍𝙀𝘾𝙐𝞔𝙍𝘿𝘼𝙎? ─ Тom﹠Вill
FanficLeipzig. Noviembre de 2006. Una acalorada discusión en la casa de los Kaulitz hace que los gemelos escapen bajo una lluvia devastadora. Los dos, sin embargo, no llegarán muy lejos. Un camión les atropellará y acabarán en el hospital. Sin embargo, cu...