01 - Tomando decisiones.

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Era un día hermoso, o al menos eso pensaba Fahlada Thananusak. La joven se despertó como de costumbre, tomó un baño y, al terminar, se dirigió al comedor para desayunar con su familia.

Fahlada — Buenos días, familia —dijo Fahlada al tomar asiento en la mesa donde estaban sus padres.

Phuthares Thananusak — Buenos días, hija —respondió Phuthares Thananusak—. ¿Qué tienes planeado para hoy?

Fahlada — Primero iré a buscar a Thaen para que nos dirigamos juntos a la facultad y asistir al seminario, padre —explicó Fahlada.

Phuthares Thananusak — Me alegra escuchar eso —comentó Phuthares—. Especialmente porque sabes que, en un futuro no muy lejano, todos los negocios estarán bajo tu responsabilidad.

Narrador — En ese momento, justo cuando Fahlada iba a responder, su madre la interrumpió.

Russameee Thananusak — Hablando de negocios, Lada —como llamaban sus padres a Fahlada con cariño—, deberías considerar salir con la hija de Alejandro Montemayor. Es una chica encantadora y, créeme, esto sería excelente para la familia. Unir nuestras familias daría mayor estabilidad a los hospitales que gestionamos.

Lada — Mamá —dijo Lada con un gesto de molestia—, por favor, no empieces con estos temas. Sabes muy bien que no me gusta hablar de esto.

Phuthares Thananusak — Mujer, por favor, deja de agobiar a Lada —intervino Phuthares, tratando de calmar la situación.

Russameee Thananusak — ¿Agobiar? Por favor, solo estoy velando por el futuro y el patrimonio de nuestra familia —replicó Russameee Thananusak.

Lada — Sabes qué —dijo Lada, levantándose de la mesa—, se me ha quitado el apetito.

Russameee Thananusak — Detente ahí, Lada. No hemos terminado de hablar. Por favor, piensa en nosotros y en tu padre. Esto es por el bien de la familia —imploró Russameee.

Lada — Sí, mamá, como siempre, solo te preocupa lo que dirán. Dime —se apoyó en la mesa y miró fijamente a su madre—, ¿cuándo te has preguntado o preocupado por mi felicidad, en lugar de centrarte en con quién me relaciono y el tamaño de su cartera?

Narrador— En ese momento, Phuthares decidió intervenir. Sabía que cada vez que su esposa mencionaba el tema de emparejar a su hija con alguien de alto abolengo, la conversación solía terminar mal.

Phuthares Thananusak — Por favor, Russameee, deja el tema. Lada, ve a la universidad, se te está haciendo tarde.

Lada — Sí, papá, con permiso —dijo Lada, acercándose a él para darle un beso—. Adiós, mamá —añadió sin mirarla.

Narrador — Lada tomó sus pertenencias y las llaves de su coche. Se dirigió al garaje para sacar su impresionante Audi R8 V10 Plus blanco, el auto que su padre le había regalado. Lo encendió y, con el rugido del motor resonando en el aire, se dirigió a la casa de su amigo Thaen.

 Lo encendió y, con el rugido del motor resonando en el aire, se dirigió a la casa de su amigo Thaen

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