Capitulo 10

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Nate llenó su copa de vino por tercera vez esa noche. La mesa, antes llena de platos y cubiertos, ahora estaba despejada y limpia. El comedor, que hace unas horas rebosaba de vida con las voces de sus compañeros, se había sumido en un silencio casi sepulcral. Estaba solo.

Tomó un sorbo de vino, sintiendo cómo el líquido cálido relajaba sus músculos tensos. Sus pensamientos vagaron hacia Luke, el niño que se había convertido en su responsabilidad en este mundo post-apocalíptico. "Espero que este lugar dure", pensó. "Al menos hasta que Luke pueda tener una infancia lo más normal posible en este nuevo y peligroso mundo".

El sonido de pasos interrumpió sus cavilaciones. Alzó la vista para ver a Steven de pie en el umbral, recién bañado y con ropa limpia. Nate, en cambio, aún llevaba la suciedad y el sudor de la jornada en su piel y ropa.

—¿Te importa si me uno? —preguntó Steven, su voz ronca por el cansancio.

Nate asintió, esbozando una leve sonrisa. —Claro, siéntate. El vino está bueno.

Steven se dejó caer en la silla contigua, sirviéndose una generosa porción de vino en una copa que encontró en la mesa. Dio un largo trago antes de hablar.

—Es extraño estar aquí, ¿no? —comentó, sus ojos recorriendo la habitación con una mezcla de asombro y desconfianza.

Nate asintió, entendiendo perfectamente el sentimiento. —Sí, es todo tan... tranquilo. Casi irreal. Siento que en cualquier momento algo va a pasar y todo se irá al demonio.

—Te entiendo —respondió Steven, dando otro sorbo a su vino—. Es como si estuviéramos viviendo en una burbuja, ¿sabes? Afuera todo es caos y muerte, y aquí estamos, bebiendo vino como si nada.

—Como si nada —repitió Nate, pensativo—. A veces me pregunto si no estamos cometiendo un error al bajar la guardia así.

Se sumieron en un silencio cómodo, cada uno perdido en sus propios pensamientos. Nate terminó su copa y la dejó sobre la mesa con un suave tintineo.

—¿Cómo era tu vida antes? —preguntó Steven de repente, rompiendo el silencio.

Nate sonrió con nostalgia. —Estudié enfermería. Estaba a punto de empezar a trabajar en un hospital cuando todo se fue al carajo. —Hizo una pausa, recordando—. Luke siempre me esperaba despierto para contarme su día. Yo lo ayudaba con sus tareas, y a Sabrina también.

—Se nota que son una familia muy unida —observó Steven.

—Son lo único que tengo —admitió Nate—. Mis padres me echaron de casa cuando Sabrina quedó embarazada. Me culparon a mí, aunque no era el padre.

Steven casi se atragantó con el vino. —Espera, ¿no eres el padre biológico de Luke?

Nate negó con la cabeza. —No. Sabrina quedó embarazada de su ex, quien la abandonó en cuanto se enteró. Sus padres la echaron el mismo día que se enteraron, y los míos me echaron a mí por querer apoyarla.

—Vaya, sus padres sí que la cagaron —murmuró Steven—. Lo siento, hombre. Debió ser duro.

—Lo fue —admitió Nate—. Pero nos las arreglamos. Conseguimos un pequeño apartamento, yo trabajaba de día y estudiaba de noche. Sabrina consiguió un trabajo de medio tiempo en una librería. No era fácil, pero estábamos juntos.

—Suena a que hicieron lo mejor que pudieron en una situación difícil —comentó Steven—. ¿Cómo lo llevas ahora? Con todo esto, quiero decir.

Nate se encogió de hombros. —Día a día, supongo. Me preocupo por Luke, por Sabrina. Intento mantenerlos a salvo, darles algo de normalidad en medio de toda esta locura. —Hizo una pausa, mirando a Steven—. ¿Y tú? ¿Cómo era tu vida antes de todo esto?

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⏰ Última actualización: Sep 23 ⏰

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Latidos Del Apocalipsis (Rick Grimes x Male)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora